VALÈNCIA. Tras las elecciones de 2019, el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, plasmó una de sus apuestas en el segundo acuerdo del Botànic: la creación de una nueva cartera que tendría su sede en Alicante.
Así nació la Conselleria de Innovación, Universidades, Ciencia y Sociedad Digital, un departamento alumbrado con el objetivo de potenciar esta materia en Alicante (sede del Distrito Digital) pero también con un objetivo simbólico de poner de manifiesto la vertebración y descentralización en la Comunitat Valenciana, uno de los caballos de batalla del jefe del Consell.
Para esa misión, la formación socialista puso al frente a la ingeniera de Telecomunicaciones Carolina Pascual, un perfil técnico sin carné del partido. Los inicios fueron complicados: crear de cero una conselleria en Alicante no fue tarea fácil por distintas causas. La problemática de la reasignación de funcionarios (de hecho, muchos como los relacionados con Universidades siguen en València) o la propia puesta en marcha de las nuevas instalaciones asignadas en Ciudad de la Luz.
Pero sin duda, una muestra de la complejidad para hacer rodar el proyecto ha sido la dificultad para mantener un personal estable en los puestos de dirección en la conselleria. La última variación se ha producido en la Secretaría Autonómica de Universidades, y con este serán una decena de cambios -en apenas tres años- cuando se cubra además la vacante que ha quedado libre en la dirección general de Ciencia e Innovación.
Precisamente esta área ahora sin dueño ha sido una de las más movidas desde que en 2019 se iniciara la legislatura. Comenzó ocupándola Carmen Beviá, que la dejó en enero de 2020 para acceder a la Secretaría Autonómica de Universidades que abandonó Rafael Tabarés por discrepancias con la consellera.
Este departamento estuvo, nada más y nada menos, que ocho meses sin responsable designado hasta el nombramiento de Ángel Carbonell en agosto de ese año. La marcha de este en octubre dio paso a María Auxiliadora Jordá quien, no obstante, recibió el encargo hace pocos días de sustituir a Beviá como SA de Universidades.
En este sentido, hay que remontarse a julio de 2020 para encontrar la segunda baja tras la marcha de Tabares. Inma Sánchez se convertía en la nueva directora del Instituto Superior de Enseñanzas Artísticas de la Comunidad Valenciana (ISEACV) en sustitución de Josep Manel García, tras haberse trasladado ese área de Educación a Innovación.
En septiembre de 2020 dijo adiós el subsecretario José Villar, siendo ocupada su plaza por Verónica López. Unos meses después, en mayo de 2021, era el director general de Avance de la Sociedad Digital, Pedro Pernías, el que anunciaba su marcha siendo relevado por Juan Ignacio Torregrosa.
A partir de ahí, se atravesó un periodo de cierta tranquilidad de un año. No obstante, en el seno del Gobierno valenciano, especialmente en las filas socialistas, se expresaban internamente las dudas sobre la gestión de Carolina Pascual. Unas dudas que fueron corroboradas en mayo de este año cuando Puig decidió incluir a esta cartera en su crisis del Consell.
Pascual fue sustituida por Josefina Bueno y ello dio lugar a otros cambios. Compromís también sustituyó a su máximo representante en la conselleria, el secretario autonómico Jordi Juan, que le relevó la exdiputada Marian Campello. Una serie de variaciones que también ha tenido su eco en el grupo de asesores del departamento, que también se ha modificado sustancialmente en estos algo más de tres años.
De esta manera, sólo tres altos cargos de los diez de esta conselleria siguen en sus cargos desde que se inaugurara este departamento en 2019: son la directora general de Universidades, Pilar Ezpeleta; la directora general de Innovación, Sonia Tirado, y la directora general de Brecha Digital, María Muñoz.