Conoce algunos tips que la ciencia ha demostrado que nos ayudan a incrementar ese sentimiento de plenitud interna.
Este domingo 20 de marzo celebramos el Día Internacional de la Felicidad. Esta fecha fue impulsada por la ONU como una forma de recordar la importancia que tiene la búsqueda de la felicidad como un objetivo humano fundamental.
Aunque este día, en realidad, fue una iniciativa del reino de Bután, un pequeño país al sur de Asia en el que su cuarto rey, Jigme Singye Wangchuck, en 1974 y en su discurso de coronación, llegó a afirmar: “La felicidad interior bruta es mucho más importante que el producto interior bruto”. No fue solo un slogan, sino que desde aquel día la filosofía de la FIB ha guiado la política de Bután y su modelo de desarrollo, basándose en la idea de que el modo de medir el progreso no debe basarse estrictamente en el flujo de dinero, sino que el verdadero desarrollo y los pasos de una sociedad deben valorarse en la medida que conducen o no a la felicidad, y no solo en función del rendimiento económico.
Pero felicidad es un término complejo, implica mucho más que estar alegres. De hecho, la felicidad va unida a un sentimiento de plenitud interna. ¿Y por qué nos cuesta tanto encontrar la felicidad? Hay tres mitos que nos impiden disfrutar de ella, y son los siguientes: Por un lado, pensamos que la felicidad se tiene que encontrar. Lo que implica por tanto que está fuera de nosotros. Por otra parte parte, la felicidad consiste en cambiar nuestras circunstancias (“seré verdaderamente feliz cuando…”). La fastidiosa incapacidad de estar feliz en el presente. Y por último, la tienes o no la tienes (nacemos con ella y poco podemos hacer para cambiarlo).
Estas tres creencias o mitos nos limitan, pues hacemos responsables de nuestra felicidad a lo externo, a las circunstancias, a la genética… olvidando que va unida ese sentimiento de plenitud interna, que poco tiene que ver con lo que sucede afuera. Pero ¿qué determina entonces nuestra felicidad? ¿hay algo que podamos hacer para ser (más) felices?
Sonja Lyubormirsky, licenciada en Psicología por Harvard y doctorada en psicología social por Stanford, lleva más de 20 años estudiando científicamente en qué consiste la felicidad y cómo desarrollarla. Todas sus recomendaciones están basadas en investigaciones científicas gracias a las cuales ha obtenido hallazgos realmente sorprendentes y útiles. El 50% de nuestra felicidad o bienestar viene determinado por nuestra genética. Nacemos con unos parámetros (valor de referencia) que nos regalan nuestros antecesores. Así pues, la magnitud del valor de referencia con el que nacemos determina en gran medida lo felices que vamos a ser a lo largo de nuestra existencia. Tan solo el 10% depende de las circunstancias de nuestra vida (ser ricos o pobres, estar sanos o enfermos, ser atractivos o poco agraciados…)
Este es para mí el descubrimiento más increíble, ¿o no estamos cansados de escuchar a personas que atribuyen su infelicidad a sus circunstancias vitales? Pues esas circunstancias, solo representan un 10%. Y el 40% restante, ¿de qué depende? De nuestra actitud y nuestro comportamiento. Es por tanto deliberado. “Aparte de nuestros genes y de las circunstancias a las que hacemos frente, queda un elemento decisivo: nuestro comportamiento”.
Por tanto, la clave de la felicidad no consiste en cambiar nuestra constitución genética (imposible), ni en cambiar nuestras circunstancias (muy difícil) sino en nuestras “actividades deliberadas” de todos los días” (S. Lyubormirsky).
En este Día Mundial de la Felicidad, te comparto algunos tips que la ciencia ha demostrado nos ayudan a incrementar ese sentimiento de plenitud interna:
Expresa gratitud con lo que te rodea y con quienes te rodean. No des nada por hecho.
Cultiva el optimismo. Pensar que lo que está por venir saldrá bien, nos carga de energía para afrontarlo.
Practica la amabilidad. Hay muchas oportunidades a lo largo de un día.
Cuida tus relaciones sociales. Potencia los encuentros con tu gente, con tus “personas vitamina”.
Fluye más, piensa menos.
Ocúpate de tu cuerpo, y de tu mente.
Saborea las alegrías de la vida. Porque cada uno de nosotros es el máximo responsable de su propia felicidad y no es tanto lo que sucede sino lo que hacemos con lo que nos sucede.
Feliz 20 de marzo
La autora es miembro de la organización Networking Directivas Castellón y experta en Desarrollo de Personas y Organizaciones
Edgar Cabanas y Eva Illouz desmontan en 'Happycracia' el gran negocio de la industria de la felicidad y su nula base científica