La 'locomotora germana' acomete un plan que es el más radical al que se ha enfrentado Alemania desde la reconstrucción de la posguerra como explica el analista
MADRID. Alemania está tomando una serie de medidas extraordinarias empujada por la situación económica actual, y estos cambios se están aprovechando para hacer alguna revolución económica dentro del país germano.
Con un plan de rescate por valor de 600.000 millones de euros consiguieron en un primer momento evitar el posible colapso. Puede parecer que dicha medida se tomó de manera acelerada y sin sopesar la trascendencia de la ayuda, pero este plan ya se propuso el año pasado siendo desaprobado.
La situación actual ha llevado a acelerar el consenso y sitúa este plan como el más radical al que se ha enfrentado Alemania desde la reconstrucción de la posguerra donde la cancillera Merkel será la líder de este proyecto.
El proyecto tendrá una directriz clara: focalizarse en una especie de capitalismo estatal. No es un secreto que los gobiernos participaran en la compra de participaciones de compañías -siendo este momento más importante- y este poder inversor disociara y seleccionara empresas potentes y dejará aquellas que no sean tan rentables. De este modo se focaliza la ayuda de manera restrictiva -pero más eficiente-, ocasionando empresas ganadoras y desechando aquellas que perjudican, ocasionando costes y no aportando al balance productivo germano.
Estas medidas son tomadas para marcar un correcto funcionamiento de la economía durante esta crisis y alinear los intereses generales del país, siendo conocedores que es un claro intervencionismo estatal, pero sabiendo que actualmente el mercado necesita de estas ayudas, ya que de no haberse producido esta crisis se hubiera llevado por delante mucho del tejido empresarial a nivel mundial.
Este nuevo ajuste económico que se está dando en Alemania busca también potenciar la presencia de las compañías locales frente al poder de algunas compañías extranjeras en algunos sectores; así como invertir y focalizar los esfuerzos en las industrias cuyo potencial en los próximos años sea mas prometedor como es el caso de la inteligencia artificial, las energías limpias... Resumiendo: las compañías locales vuelvan a ser potencias globales, es decir, se fomenta el nacionalismo en un mundo que por el momento todavía sigue siendo globalizado.
Este sistema es claramente proteccionista y parece que este tipo de medidas se está extendiendo a lo largo y ancho del planeta. Estas actuaciones se enfrentan al supuesto apoyo de Alemania al libre mercado, lo que ha provocado diferentes comentarios opuestos dentro de la Unión Europea. Pero lo que debe dejar claro este tipo de políticas es que nos encontramos ante una crisis que antepone la soberanía de su industria a los intereses globales.
Los diferentes acuerdos comerciales y las sinergias entre países están desapareciendo cada vez más; mientras esta crisis acentúa un nuevo comportamiento que venimos arrastrando desde hace unos años. Y es que las reglas están cambiando y la idea de un mundo globalizado y de libre mercado se está encontrando con tendencias totalmente opuestas en las maniobras que están llevando los diferentes gobiernos centrales. En los próximos años veremos la trascendencia de estas actuaciones.
Jorge López es analista de XTB
Sus problemas parecen hoy bastante estructurales y se derivan en parte de opciones políticas pasadas, tal y como explica el experto