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EL INVERSOR ESTÁ DESNUDO / OPINIÓN

¿Alimentan las políticas monetarias de los bancos centrales el desequilibrio social?

14/04/2021 - 

VALÈNCIA. Aparecen las primeras críticas en Estados Unidos que sostienen que las políticas monetarias de los bancos centrales serían uno de los factores responsables que aumenta la brecha entre pobres y ricos. Las críticas vertidas vienen del sector privado, por parte de expertos con fundado conocimiento en el análisis de la supervisión bancaria -como también en políticas monetarias-, y que llevan investigando la materia desde los años 80. Se trata de una 'colleja' a los banqueros centrales actuales (y algunos anteriores) porque estos entienden su labor como claro referente de contribución a la prosperidad y estabilidad de los países, con intervenciones que influyen en la creación de los precios y evitando así situaciones de mayor descontrol económico.

Lo que sin duda ha cambiado es que la actitud de los supervisores monetarios es hoy mucho más intervencionista que hace 20 años. De ahí que se busque relacionar una de las principales causas que provocaría un desarrollo social inadecuado en Estados Unidos y en muchas otras regiones del planeta. Hoy en día las intervenciones no solo son a efectos de los tipos de interés sino también para dar apoyo a los mercados financieros, con la compra de bonos y acciones de manera sistemática. También la influencia sobre políticas bancarias en materia de concesión de créditos es hoy mucho mayor que hace años.

Podríamos tal vez cuestionar si la actual manera de analizar indicadores económicos todavía tiene sentido en el mundo presente o si necesita importantes ajustes. Proyecciones erróneas en el pasado serían causa del desarrollo equívoco en materia social e incremento de la pobreza a nivel mundial argumentan los críticos. Un ejemplo de esto podría ser la intervención de Ben Bernanke en el Congreso americano en otoño de 2007, cuando afirmó que no existía un riesgo de crisis inmobiliaria... y luego estalló con las subprime o 'hipotecas basura' durante 2008. Aun siendo este un ejemplo complejo -donde sin duda influyeron otros factores y todos a la vez-, sí se puede extraer que el modelo utilizado aquella vez por la FED carecía de un detector fiable para anticipar dicho riesgo.

Lo cierto es que en la actualidad todavía se utilizan datos agregados para los modelos de previsión económica, cuando probablemente sería más útil 'extirparlos' a gran escala y analizar en profundidad lo que salga de este minucioso proceso. Si se utilizan solo datos agregados como en la actualidad -relacionados con el desempleo, la evolución de los salarios, los ahorros netos acumulados de los hogares y los precios inmobiliarios- podrían reflejar una foto que carece de la realidad. Al menos este es el argumento que utilizan los que ahora cuestionan el procedimiento actual.


Dicen que cuando vas a la fuente -si investigas la situación 'en la calle'-, la realidad no refleja lo que habían anticipado los modelos de los bancos centrales. Este efecto sería sin duda muy interesante analizar en mayor profundidad lo que estos modelos proyectaban hace seis meses sobre la situación actual de hoy en la calle y en las empresas, y así buscar una manera de integrar los hechos reales en los datos que proyectan los modelos que miden la situación futura.

Si seguimos como hasta ahora, el descontento social es una amenaza seria que con la aparición de la covid-19 se ha visto claramente ampliada. Muchos proyectos profesionales estancados y a punto de morir, que obliga a las personas a reinventarse como sea después de uno de los periodos de expansión económica más largos de la historia (2009-2020) y del que solo parte de la población pudo aprovecharse, ya que muchos hoy se encuentran en situaciones económicas peores que cuando inició aquel ciclo. Vamos, una olla de presión que si no aprendemos a encontrar modelos de integración que haga participe a la gran mayoría de la población en los momentos de expansión económica, corre un serio riesgo de explotar.

Adaptar los modelos de previsión económica

Para evitarlo debemos poner las primeras piedras en todos los ámbitos, tanto en los sectores públicos como privados. Hay que adaptar los modelos de previsión económica para que reflejen con mayor precisión lo que ocurre a pie de calle, y ayudar a los hogares a construir ahorros seguros por iniciativa propia para no depender tanto del Estado. Ahora mismo es un momento clave para esto último debido a que la política de tipos de interés tan bajos limita mucho la capacidad de las familias de acumular ahorro de manera estable, dado que obliga a tomar mayor riesgo cuando se trata de hacer trabajar un dinero. Un gran número de hogares todavía no están familiarizados con los productos financieros que invierten en los mercados de capitales, y se aconseja buscar ayuda de expertos independientes para establecer planes de ahorro individualizados. Todo ello para lograr los objetivos planteados en un entorno cada vez más cambiante.

Para terminar mis reflexiones comentar que no es cuestión de tirar por la borda la manera de hacer previsiones económicas de futuro, ni mucho menos. Se trata de mejorar la manera actual de hacerlo y así cubrir las deficiencias para nuestra sociedad que parece se están destapando. Pienso que no debemos desoír los argumentos de los críticos del sistema actual. Como todo en la vida siempre hay una parte de verdad y otra de exageración en lo que expongan. Si somos listos aprendiendo a detectar la parte que refleja la verdad y la utilizamos para tenerla en cuenta para los modelos que utilicemos en busca de la prosperidad económica colectiva, ya habremos dado un gran paso adelante.

Christian Dürr es socio-director en ETICA Patrimonios EAF

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