No habíamos abandonado el AñoZero, cuando LosRave comenzaron a vagar sin rumbo por la faz de la tierra, como apestados, dejando atrás la tierra quemada a su paso. Eran seres autodenominados antisistema, que se dedicaron en aquellos primeros años de la pandemia a organizar fiestas multitudinarias sin las medidas preventivas anti-covid: test, mascarilla y distancia social. Su lema era vivir sin límite ni control apelando a la libertad individual.
Aquella Nochevieja del 2020 marcaría una antes y un después. Como los aviones Fokker, que dominaron los cielos de la Primera Guerra Mundial, los drones comenzaron a poblar el espacio aéreo a la caza de LosRave y de cualquier otro ser humano que escapara al control del toque de queda.
LosRave se convirtieron en muertos vivientes. Formaron colonias errantes que vivían en un submundo bajo el imperio de su dios: sexo, drogas y "high tech”. La última Rave pseudo-legal amaneció el día 1 del AñoUno en la ZonaZero-Cat. Tras su desalojo, cientos de participantes fueron utilizados para un estudio clínico sobre las mutaciones del virus, dado que se habían mezclado varias cepas procedentes de distintos países del Territorio-Europa. Los que se ofrecían voluntarios para los experimentos de laboratorio eran exonerados de su pena. Muy pocos llegaron a reinsertarse en la NuevaNormalidad.
Durante los últimos 50 años el coronavirus SARS-2 conocido por Covid-19 había mutado repetidamente, incluso bajo el sistema mundial de vacunación centralizado por la OMS. Hoy en día, en la covid-70 aún se pueden encontrar restos de aquellas primeras cepas mutantes, como la del Reino Unido, que cerró sus fronteras para siempre al resto del continente, primero, y después al resto del mundo. La cepa británica se expandía más rápidamente que cualquier otra, siendo “un 70% más eficaz en cuanto a su contagio”, según estudios históricos del Dr. E. Volz, del Imperial College de Londres.
El problema principal era que su alto grado de mutación podría limitar potencialmente la efectividad de las vacunas que iban desarrollando los científicos en todos los laboratorios a nivel mundial y con una rapidez excepcional. No olvidemos que en el mes 1 del AñoUno, casi todos los países habían comenzado a vacunar a su población, al menos en el mundo occidental. En Oriente, hacía meses que se estaban vacunando. De hecho, la Comisión Nacional de Sanidad de China cerró el 2020 con la detección de siete contagios locales, entre los 24 nuevos positivos del coronavirus SARS-CoV-2 diagnosticados el último día del año occidental.
Precisamente, el día que se firmaba entre el gobierno de la Unión Europea y el gobierno de la República Popular China el primer Acuerdo Global de Inversiones (CAI), entre el presidente chino Xi Jinping y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. Estaban presentes el presidente del Consejo Europeo Charles Michel, la canciller alemana, Angela Merkel y el presidente francés Emmanuel Macron. En el acuerdo se establecían las “normas contra la transferencia forzosa de tecnologías”.
En el horizonte, el 6G, el internet de los sentidos, ya estaba a las puertas de Europa y, como el coronavirus, procedía de China. LaGranFabrica estaba preparada. Como auguró un gurú de la época, Pedro Baños Bajo, “quien controla las emociones, controla las decisiones”. El pensamiento único regido por el corazón…
-Hola David, no pude conectarme ayer. Los drones del eHealth estuvieron haciendo una batida on line y off line, a la caza de LosRave que se escaparon de su último party en una nave abandonada del milenio anterior. Ni siquiera con mi chip descontrolado estaba segura. Me hubiese gustado visitarte con mi holograma, pero es más inseguro que nuestro encuentro en la terraza. Espero verte antes de volar a la ZonaZero-BRX, de nuevo con PCR doble y cuarentena…