El físico y divulgador se convierte ahora en colaborador del nuevo programa 'Celebrity School' de À punt
VALÈNCIA. Arcadi García se graduó en Física hace cuatro años en la Universitat de València, ha sido investigador, ilustrador, podcaster, divulgador de física y youtuber en el canal Tippe Top Physics. Todo lo que ha hecho ha estado siempre vinculado a la ciencia, y ahora se une al nuevo programa de À Punt, Celebrity School, que enfrentará a niños contra famosos y será presentado por Eugeni Alemany. García acercará la ciencia a los más pequeños con sus experimentos. Culturplaza ha aprovechado para hablar con él del programa, que se estrena este sábado, y para ahondar en las dificultades a las que los divulgadores científicos se enfrentan en España.
-La primera pregunta es obligada: ¿cómo llevas la cuarentena?
-Bastante bien. Como de normal trabajo para YouTube, encerrarme en un cuarto frente al ordenador no me resulta nuevo. Mi rutina no ha cambiado mucho más allá de no poder ir al gimnasio.
-¿Qué me puedes contar de Celebrity School?
-Es la primera vez que hago televisión. Al principio estaba muy nervioso, pero todos me han animado mucho. Cuando me contaron la idea del programa me mostré un poco escéptico, pero en el momento de grabarlo, yo mismo, viéndolo en directo desde el backstage, estaba emocionadísimo. Creo que a la gente le va a gustar mucho. Si a mí me gustaba después de estar horas y horas grabándolo, imagínate al verlo con ojos frescos.
-¿Qué harás en tu sección?
-Yo soy el profesor de Ciencias y Educación Física. Hago, o bien un experimento para explicar un concepto científico con una pregunta al respecto, o bien una prueba de mover el cuerpo, más física, para no estar todo el rato sentados.
-¿Cómo llegaste a que te ofrecieran formar parte del programa?
-Estaban buscando a un divulgador científico que no tuviera la típica imagen de siempre. Varias personas me recomendaron. Me llamaron para hacer el casting y les gusté. Además, como sé de ciencia, conozco las cosas de las que hablo, en vez de memorizar un guion. Eso era un punto a mi favor.
-¿Hasta qué punto es importante enseñar a los niños la ciencia de forma divertida?
-Yo no diría que 'divertida' sea la palabra más adecuada. La ciencia es muy interesante. Muchas veces nos venden que la ciencia es una ristra de respuestas que le quita la magia a las cosas, pero tal y como yo lo veo, es una ristra de preguntas que tú te haces a ti mismo. Creo que no todo el mundo tiene por qué ser experto en física molecular, por ejemplo. Simplemente conociendo unos pocos conceptos, sabiendo que existen y apreciando la ciencia por lo que es; creo que el mundo sería bastante mejor.
-¿Crees que debería haber más divulgación científica en televisión?
-Sí. Siempre que se han hecho las encuestas de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT) sobre la percepción de la ciencia en la ciudadanía, los resultados que se extraen muestran que la ciencia es uno de los temas que más interesa a la gente. Sin embargo, por algún motivo, en televisión se tiene la falsa idea de que la ciencia no interesa. Y eso que tenemos grandes ejemplos que demuestran lo contrario, como Félix Rodríguez de la Fuente, que forma parte de la memoria cultural nacional; o como Eduard Punset, que es conocido por todos. Yo creo que realmente interesa, y de hecho está empezando a haber más divulgación científica, lo que me parece muy buena señal.
-Carl Seagan, el gran astrofísico y divulgador, decía que "vivimos en una sociedad totalmente dependiente de la ciencia y la tecnología, en la cual prácticamente nadie sabe nada acerca de la ciencia o la tecnología" . ¿Estás de acuerdo con esta afirmación?
-Creo que ha sido un fallo tanto de las instituciones como de la propia ciencia, a la que no se le ha dado muy bien el marketing históricamente. Sin embargo, pienso que esto está empezando a cambiar. Y por otro lado, tampoco diría que nadie sabe de ciencia y tecnología. Yo creo que casi todo el mundo entiende qué es el router wifi aunque no sepamos exactamente los tejemanejes que hay por ahí dentro. Aunque es cierto que sabemos, en general, menos de lo que nos convendría. La evidencia de ello es la gran cantidad de pseudoterapias que hay hoy en día, ante las cuales, si no sabes un mínimo de ciencia, pueden colártela en cualquier momento. A mí me ha pasado: pensar que algo sobre medicina tiene todo el sentido del mundo, y luego, al hablar con un médico, ver que es una soberana estupidez.
-La ciencia a veces utiliza una terminología que es muy importante a la hora de hacer comprender los conceptos. Teniendo en cuenta esto, ¿a veces es demasiado compleja como para poder hacerla accesible a la gente?
-La ciencia es increíblemente compleja, pero no creo que lo sea tanto como para no hacerla accesible a la gente. El problema es que, evidentemente, usamos un lenguaje que, a primera vista, asusta. Cada vez que digo que soy físico, me dicen: "madre mía, que listo tienes que ser", y la verdad es que no (ríe). La cosa es que si te pasas seis años dedicándote a esto acabas sabiendo. Si tú estuvieras seis años estudiando física sabrías lo mismo. Toda esa terminología que usamos es tremendamente importante para hablar con propiedad y evitar confusiones. No obstante, cuando divulgo, yo siempre intento meter una o dos palabras extrañas y explicar lo que son para que se pierda el miedo. Que a primera vista creas que no eres capaz de entender algo no significa que sea incomprensible. A veces simplemente le ponemos nombres extraños a cosas fáciles de explicar porque es más sencillo usar un solo adjetivo que toda una frase.
-El Catedrático de Electrónica Ignacio Mártil, decía lo siguiente en un artículo para el periódico Público: "La tarea divulgativa es estrictamente voluntaria, sin la posibilidad de encontrar reconocimiento formal o cuantificable por ella. Esto desanima a muchos científicos, en especial a los más jóvenes, que deben priorizar sus carreras académicas, para las que la divulgación puede representar un obstáculo en vez de una ayuda o un incentivo". ¿Te sientes identificado con esto?
-Totalmente. En España se le ha dado muy poco valor a la divulgación científica históricamente. Cuando un científico pide una beca o presenta un proyecto, en sus méritos propios tan solo figuran sus publicaciones académicas, sus participaciones en congresos, y aportaciones de ese estilo. Cualquier cosa fuera de eso que pueda ser relevante, como blogs, charlas en institutos, etcétera, no cuenta. A nivel de méritos, todas esas cosas resultan una pérdida de tiempo. La parte buena es que poco a poco se le va dando valor, se está empezando a tener en cuenta.
-Tanto en el programa como en tu canal de YouTube Tippe Top Physics buscas hacer la ciencia accesible y atractiva para los más jóvenes. ¿Porqué crees que esto es importante?
-En primer lugar, porque desarrolla el sentido de la curiosidad y del escepticismo. La ciencia hace que te preguntes "¿por qué pasa esto?", y en lugar de creerte la primera explicación que te dan, a través de la ciencia puedes ahondar un poco más. En segundo lugar, porque me parece muy valioso ser capaz de apreciar los pequeños milagros del día a día. Hay muchas cosas que damos totalmente por sentado. Por ejemplo, el teléfono móvil: uno normal tiene una veintena de avances en su interior que han sido Premios Nobel en el último siglo.
-También en tu canal, hacías antes la sección Gastrofísica. ¿Porqué combinar cocina y física?
-Principalmente porque siempre me ha gustado mucho la cocina, pero también porque me di cuenta de que no entendía exactamente el funcionamiento de muchas de las cosas que suelo dar por sentadas en la cocina. El primero lo hice porque no comprendía cómo el azúcar se convierte en caramelo.Quise averiguar cómo pasaba de ser blanco y granuloso a ser tostado y duro. A medida que iba leyendo sobre el tema, me di cuenta de que era algo interesantísimo. Y como tenía el canal de YouTube, me dije: vamos allá.
-¿Cómo surgió, Tippe Top Physics?
-Fue un proyecto que hicimos varios compañeros y compañeras de clase para un concurso de la Universitat de València de innovación educativa. Salimos ganadores, y como nos lo habíamos pasado muy bien, decidimos seguir haciendo vídeos. Con el paso del tiempo, por unas cosas u otras, mis compañeros lo tuvieron que dejar. Ahora estoy yo solo.
-¿Qué otras dificultades te has encontrado a la hora de divulgar la ciencia?
-En primer lugar, en España está el problema de que la divulgación científica no está del todo profesionalizada. Hay personas que se dedican a la divulgación y viven de ello, pero son como unicornios. Los ves y dices: "¡No puede ser! ¿Esto existe?". Y por otro lado, yo he visto gente cobrar cantidades irrisorias por una cantidad enorme de trabajo y de horas. Eso disuade bastante, porque ese tiempo que inviertes podrías utilizarlo en algo que te diera de comer. En tercer lugar, muchas veces apartamos la cultura científica de la cultura en general. Si yo no sé quién es Don Quijote soy un inculto, pero si no sé que el agua es H2O, no pasa nada. Eso es un poco frustrante, aunque tampoco lo llamaría dificultad, pues es el motivo por el que me dedico a esto.
-¿Dónde se puede encontrar buen contenido científico?
-Aparte de encontrarlo mi canal, que la autopromoción es importante (bromea), en YouTube se está haciendo divulgación de gran calidad. Quantum Fracture es un ejemplo paradigmático. Tienen ya más de un millón de suscriptores y son tremendamente rigurosos. Está también El Pakozoico, que divulga sobre paleontología; Javier Santaolalla y su canal Date un Vlog, sobre física... En podcasts está A ciencia cierta, de CVRadio y Coffee Brake. La sección de ciencia de La Razón también es muy buena.
-¿Próximos proyectos?
-Lo primero seguir con mi canal de Youtube, que subo vídeo cada vez que Plutón se junta con Júpiter, porque la vida no me da para más; tenemos ahora un proyecto en marcha sobre divulgación en directo en internet, donde vamos a hacer un programa sobre ciencia LGTB, entrevistando a científicos y científicas del colectivo, para hablar de la ciencia que hacen y sobre los problemas a los que se han enfrentado por el hecho de no encajar en el molde de la cisheteronormatividad.
El momento más visto fue la bajada de la Senyera con un 20,4% de cuota de pantalla, donde À Punt lideró la audiencia por delante del resto de cadenas.