Presentado del estudio de Empelo Verde elaborado por Ineca.VALÈNCIA/ALICANTE. Una personal convencida por su contribución al medio ambiente, que invierte una media de 16.000 euros, normalmente procedente de sus ahorros personales, con una media de cuatro trabajadores y que en su mayoría prevé que le vaya bien en el futuro y que creará más empleo. Este es más o menos el perfil del emprendedor verde de la Comunitat Valenciana. Es el resultado de una encuesta realizada por la Dirección General de Emprendimiento de la Conselleria de Economía, que dirige Teresa García, y cuyas conclusiones formarán parte del Plan Estratégico del Emprendimiento Verde de la Comunitat.
Todos estas conclusiones fueron debatidas y analizadas este viernes, en una sesión de Diàlegs del Emprendiment Verd, en la que participaron varias startups. De acuerdo con los resultados expuestos, el 66% de las respuestas han venido del sector de empresas consolidadas, que llevan operando menos de tres años y medio en el mercado. El grupo de edad mayoritario es el formado por los emprendedores de entre 35 y 55 años, siendo los hombres un 75%, también en su mayoría de zonas urbanas frente a un 26% de los que proceden zonas rurales.
Según la consulta realizada por la Conselleria de Economía, el factor más determinante para iniciar la tarea de emprender fue la contribución a la sociedad y el medio ambiente, casi con un 85% de las respuestas. Otros motivos fueron el hecho de tener independencia personal y disponer de libertad en cuanto a organización de trabajo. De las respuestas mayoritarias, destaca que casi el 95% detectó necesidades en el mercado algo que los promotores del estudio consideran que pueden tener más cimientos para su superviviencia, y que tiene un impacto mayor en la creación de puestos de trabajo.
En cuanto al tamaño de la empresa, según lo declarado por los encuestados, la mayoría cuenta con una media de cuatro trabajadores, un 90% contaban con menos de 10 empleados y el resto, entre 10 y 50 operarios.
Por sectores de las empresas emprendedoras, el grueso de las startups concentra su actividad en facetas relacionadas con el sector servicios y de consumo y en segundo lugar, el sector transformador. No obstante, en este apartado, al ser un respuesta de carácter múltiple, figura en primer lugar las dedicadas a tareas relacionadas con la formación, educación e información ambiental.
Ya dentro del campo verde propiamente dicho, la actividad a la que más se dedican los emprendedores es la gestión de residuos y economía circular (21%), seguido de energía y renovables (18%); la agricultura ecológica y alimentación sostenible figura en el tercer lugar. Le siguen las TICs, el turismo sostenible y los sectores tradicionales de la economía que han aplicado criterios de sostenibilidad, y que es un elemento diferenciador de su producto.
En este caso se les preguntó por las fuentes de financiación de su actividad. Y la respuesta fue que, en el 67% de los casos, la financiación procedía de ahorros personales; el 31% los programas o las ayudas públicas; en tercer lugar, los bancos y entidades financieras (22%); los familiares o amigos (21%) y los inversores privados, en un 15% de los casos. El croudwfunding supone el 9% de las respuestas.
El capital semilla invertido medio para iniciar la actividad fue de 16.000 euros. Sólo en el 50% de los casos fue superior de los 50.000 euros. En la mayoría de los casos, la inversión no superó los 5.000 euros.
Respecto a la caracterización de la actividad, la mayoría la considera muy innovadora y que tiene algún competidor en su campo de acción. Sólo un 25% exporta; es decir, que la mayoría de los productos es para el mercado interior.
Sobre la posibilidad de crecer en el número de empleados, sólo un 4% cree que disminuirá; el 30% sostiene que se quedará igual y el 57% cree que aumentará algo en los próximos años, pese a que la encuesta se realizó en pleno confinamiento por el Covid-19. El tipo de empresas que cree que ve más optimismo es la dedicada a I+D+i ambiental; es decir, las tecnologías y las energías renovables; la movilidad sostenible, la economía circular, agricultura ecológica y alimentación sostenible.
El objetivo de análisis de esta campo es que los emprendedores encuestados valoraran el actual marco institucional, sí lo percibían como apoyo u obstáculos. Y la respuesta es que todos los aspectos fueron valorados en negativo. Sólo se salvó con el aprobado fue el programa de asesoramiento y formación al emprendedor. Lo peor valorado, por este orden, fue el tema de la fiscalidad; seguido de los trámites administrativos y burocráticos, la financiación pública, las subvenciones públicas; y la financiación privada.
Y por último, se pidió la opinión a los emprendedores verdes sobre determinadas medidas. Y lo más valorado, o lo que más reclaman, es que exista una garantía por parte de los poderes públicos de una estabilidad en el marco legislativo y regulatorio, con un 54%, ante posibilidades modificaciones como ocurrió con las renovables hace ahora unos años. En segundo lugar, lo que más reclaman es la mejora del sistema de incentivos y beneficios fiscales para actividades vinculadas al medio ambiente, y en tercer lugar, la posibilidad de potenciar el desarrollo de redes que permiten conectar inversores, financiadores y promotores. Aparece también como una demanda la implementación de programas de compra pública verde en todos los niveles de la administración pública.
