CASTELLÓ. La Organización Mundial de la Salud (OMS) predice que para el 2050, un 50% de la población mundial padecerá miopía y un 10% sufrirá un cuadro de miopía alta, lo cual puede conducir a lesiones graves en la vista. Cada año hay más miopes y con miopías más altas que llevan asociados un alto riesgo de enfermedades oculares.
Tal como explica Elena Santolaria, optometrista del Hospital Vithas Castellón, “la miopía es un defecto visual muy frecuente que cursa con un déficit en visión lejana. El mayor riesgo es cuando aparece la miopía en niños pequeños porque a medida que van creciendo es cuando les puede aumentar más rápidamente la graduación. Para controlar la miopía es fundamental atajarla cuando está comenzando. Por tanto, es clave realizar controles anuales por parte del optometrista u el oftalmólogo para detectar la miopía tan pronto aparezca”.
Al comenzar la miopía a edades más tempranas, las posibilidades de que aumente a cantidades de más de 4-5 dioptrías es mucho mayor (1). “Por este motivo, -comenta la profesional-, los riesgos de sufrir patologías oculares graves como pueden ser un desprendimiento de retina o una maculopatía miópica crecen exponencialmente. Además, en la infancia la miopía elevada podría influir en su rendimiento escolar”.
Por otra parte, según Elena Santolaria “este incremento de la miopía está muy relacionado con los hábitos o estilo de vida actuales (4): el uso excesivo de móviles y tablets desde pequeños, pasar poco tiempo al aire libre, no haber comido fruta y verdura durante la infancia son factores que inciden en el desarrollo de la miopía y propician que el problema vaya creciendo cada vez más. Así que son factores de riesgo que se pueden modificar como el tiempo que pasamos realizando tareas en cerca, el tiempo al aire libre, o la ingesta de vitamina D”.
La Unidad de Oftalmología-Optometría del Hospital Vithas Castellón dispone de tratamientos farmacológicos y ópticos para el manejo de la miopía basados en los mecanismos de acción que intervienen en el crecimiento de la longitud axial del ojo. Por tanto, hoy en día es posible ralentizar su progresión.
Según la especialista, “el tratamiento de la progresión de la miopía con las técnicas óptico-optométricas se basa en manipular la formación de la imagen en la retina de tal manera que genere una potencia en la superficie frontal, bien sea con lente de contacto o con lente oftálmica, que alterará el crecimiento axial ocular responsable del aumento de la miopía”.
Además, con estas técnicas se influye directamente en el enfoque/desenfoque de la imagen central/periférica para y también modificar el retraso acomodativo tan asociado al desarrollo de la miopía. “Cada dioptría que se consigue frenar en el avance de esta proporcionará reducciones significativas en el riesgo de padecer enfermedades asociadas a la miopía”, concluye en un comunicado Elena Santolaria.