VALÈNCIA (EFE). La automoción, el calzado y el juguete han sido los sectores económicos más afectados por la pandemia en la Comunitat Valenciana, mientras que el cerámico, energético o químico han experimentado una evolución más diversa en el último año. Son datos extraídos del “Estudio del impacto de la COVID sobre las empresas industriales”, basado en las aportaciones de una muestra de 520 empresas, y que ha sido presentado este martes por el conseller de Economía, Rafael Climent.
El 90,4 % de las firmas de calzado consultadas han asegurado haber sufrido un descenso en sus ventas por la pandemia, un porcentaje que alcanza el 100 % en el caso de la automoción, del 80 % en el caso del sector del juguete y el 78,7 % en el del embalaje.
Por el contrario, en el sector energético las firmas que han informado sobre un descenso de sus ventas es del 60 %, en el cerámico del 56,6 % y en el químico un 52 %. En el otro extremo, hay compañías que han incrementado las ventas durante la pandemia, es el caso del 20 % de las firmas químicas y del 16,6 % de las azulejeras.
El estudio refleja que la pandemia ha ocasionado un amplio impacto de la pandemia sobre las ventas actuales y futuras con un efecto mayor para las pequeñas empresas y desigual según sector de actividad. Por lo que respecta al empleo, el uso generalizado de los ERTE ha actuado como mecanismo de flexibilización para amortiguar el impacto.
La mayor parte de pymes industriales manifiestan no haber implementado nuevas políticas de recursos humanos en respuesta a la pandemia pero, a medida que las empresas ganan en tamaño, también se incrementa el número de las que han cambiado las políticas de conciliación laboral, de reciclaje profesional o de contratación de perfiles digitales.
En cuanto a la financiación, las empresas han manifestado una estrategia conservadora en todos los sectores y tamaños, priorizándola para poder mantener la actividad. Una amplia mayoría de las empresas valencianas no ha necesitado financiación o ha mantenido la que tenía antes de la crisis, aunque las empresas más grandes presentan necesidades de financiación más importantes.
Cabe destacar que la internacionalización de las compras y ventas sigue siendo muy significativa y con expectativas de mantenerse, sobre todo en aquellas industrias que trabajan más con clientes exteriores. Otro dato relevante es que casi la mitad de las empresas no adquieren productos de proveedores foráneos, y mantienen la confianza con los suministros. Además, casi tres cuartas partes de las empresas declaran cooperar con otras empresas locales.
El estudio también refleja que una tercera parte de las empresas no ha aplicado ninguna política verde o de economía circular y que la mayoría mantienen las mismas prácticas desde la pandemia. De hecho, la mitad de las empresas no conocen los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) y no disponen de herramientas para gestionar la responsabilidad social. Por el contrario, se observa un mayor uso en las industrias que, por la naturaleza de su proceso productivo, son particularmente sensibles a las cuestiones medioambientales. Es el caso de la cerámica, el cartón y embalaje, la química y la automoción.
Respecto a las ayudas públicas, una significativa cuarta parte de las empresas encuestadas admite que ha solicitado y ha recibido ayudas públicas. Las más utilizadas son las líneas de financiación y avales y los aplazamientos tributarios, y las más valoradas son las dirigidas a ayudar a las empresas en la internacionalización, el teletrabajo y la digitalización.
El conseller de Economía, Rafael Climent, ha destacado que “durante la crisis sanitaria de la COVID ha habido una aceleración en cuanto a la tecnología e innovación", pero se han evidenciado otras necesidades "como una estructura laboral más flexible y eficiente, mayor implantación de la economía circular, transición energética y sostenibilidad y la necesidad de cooperación entre las industrias”
Climent ha participado en la presentación del “Estudio del impacto del COVID sobre las empresas industriales”, realizado por iniciativa de la Conselleria de Economía Sostenible a través de la colaboración de la Universitat Politècnica de València a través de su Cátedra de Economía Valenciana y el Centro de Investigación en Gestión de Empresas (CEGEA). El informe se ha elaborado a partir de una muestra estadística de 520 empresas.