La recuperación de las exportaciones, la evolución de la vacunación y un buen aprovechamiento de los Fondos Next Generation EU serán clave para la reactivación económica
VALÈNCIA. «Aunque la situación sigue siendo complicada, se empieza a ver la luz al final del túnel». Así lo ha asegurado David Conde, director territorial Este de BBVA, en la presentación del Informe Situación Comunidad Valenciana del BBVA Research. Según este informe, las previsiones apuntan a que el crecimiento del PIB para 2021 de la Comunitat será del 5,9%, cuatro décimas por encima del esperado para España, y del 6,6% en 2022 (frente al 7% de España), siendo 0,8 puntos porcentuales mayor que el de 2019..
Para ello van a ser clave tres factores: la recuperación del comercio exterior, la evolución de la vacunación y el aprovechamiento de los Fondos Next Generation de la Unión Europea. Por lo que respecta a las exportaciones ya han dado muestra de mejoría. De hecho, tal y como ha destacado Rafael Domenech, responsable de Análisis Económico de BBVA Research, en el último trimestre de 2020 ya se habían alcanzado los niveles de finales de 2019, siendo una las autonomías que más rápido ha avanzado en la recuperación, tras una caída, durante el confinamiento, también menor que la media. Alimentación, bienes de equipo y semimanufacturas han apoyado esta evolución positiva.
Por su parte, la evolución de la vacunación será fundamental para la recuperación de uno de los sectores más afectados por la crisis: el turismo. Por ello Domenech hace una llamada a la prudencia a la hora de relajar restricciones y aboga por ayudas directas para llegar al verano con todo listo. «No tiene sentido correr y dar un paso para luego dar dos pasos hacia atrás. Nos jugamos mucho. Hay que generar confianza de cara a la campaña de verano y mostrar que tenemos controlada la situación. Una vacunación rápida, efectiva y masiva, que permita relajar las restricciones a la actividad económica y la movilidad, sin duda será un avance para que en el tercer y en el cuarto trimestre del año se note la recuperación de las cifras del turismo».
A ello hay que sumar el papel que pueden jugar los Fondos Next Generation EU, que pueden suponer casi 1,8 puntos del PIB regional en 2021, pero no será hasta 2022 cuando se observen plenamente sus efectos. «Son una oportunidad única para crear una Comunidad Valenciana diferente, más moderna y más sostenible, por lo que nadie se puede quedar atrás», ha resaltado David Conde. Aunque todavía no están del todo definidos los criterios de reparto, el informe de BBVA Research cree posible que la Comunitat Valenciana resulte algo más beneficiada que la media nacional. «Los fondos europeos van a tener un impacto muy importante en la economía valenciana, por eso es fundamental su adecuado aprovechamiento y el foco en inversión. La colaboración entre los distintos niveles de gobierno (local y regional) y el sector privado serán cruciales para una adecuada elección y ejecución de los proyectos con mayor impacto sobre el empleo y la productividad, no sólo a corto sino también a largo plazo», ha apuntado Rafael Domenech.
Además, hay que tener presente que aunque el impacto de la pandemia ha sido significativo y muy heterogéneo (ya sea por zonas geográficas, como por sectores afectados, edades, nacionalidades o género), la Comunitat Valenciana ha afrontado un poco mejor la coyuntura que la media nacional. Por ejemplo, la caída en los servicios turísticos fue menos acusada en 2020, por ser menos dependientes de los visitantes extranjeros que otros destinos españoles como Cataluña, Baleares o Canarias. El consumo interno registró caídas inferiores al promedio nacional, siendo la Comunitat una de las autonomías que más rápidamente se recuperó en el segundo semestre hacia los niveles de consumo interno pre-Covid. De la misma forma, las exportaciones de bienes de la región mostraron una evolución algo mejor que la española, gracias al empuje del sector de la alimentación y de las semimanufacturas y a pesar de la mayor debilidad del sector automotriz.
Aún así, y de acuerdo con las estimaciones de BBVA Research, las medidas provocaron una disminución relevante del PIB regional ya en el primer trimestre (-3,2%), que alcanzó una magnitud sin precedentes en el segundo (-19,2%). La posterior relajación de las restricciones permitió un rebote importante en el tercer trimestre (+16,2%), pero el deterioro de la situación sanitaria en la región, en España y en la UEM en el último trimestre del año habría provocado una desaceleración del PIB de la Comunitat Valenciana a finales de 2020 (+1,1%).
El estudio de BBVA Research resalta que esa recuperación empezará a notarse en el tercer y cuarto trimestre de 2021 y se consolidará en 2022, donde se espera que la actividad aumente en la región en un 6,6%, con un crecimiento del empleo que podría situarse en el 4,7% (se habrán creado 77.000 empleos, principalmente en los sectores que se han visto más afectados por la crisis y que tienen que ver con el turismo, la restauración y la hostelería). Eso retornaría la tasa de paro al 13,8% (tres décimas por debajo de la de 2019 y una décima inferior a la media nacional).
Esto se apoyará en la recuperación del consumo y la inversión, que serán reflejo de: los avances en la vacunación, que permitirán ya la transición hacia la normalidad, entre otros en el sector turístico; la mejora de la actividad en Europa; la continuidad de los impulsos a la demanda, en particular los de los fondos NGEU; la política del BCE que continuará incrementando la liquidez (TLTRO III), tipos de interés que se mantendrán bajos y un euro que reducirá su ritmo de apreciación; y una elevada capacidad de producción sin utilizar después de la fuerte caída del gasto (aunque inferior en la industria que en los servicios).
Aún así, Rafael Domenech ha remarcado que los riesgos siguen siendo relevantes debido a la elevada incertidumbre existente. Esa incertidumbre se basa en varios factores. El primero, el sanitario, debido a que estamos saliendo de la tercera ola, la aparición de variantes del virus y la ralentización en la llegada de vacunas y por tanto su inoculación, «que hacen que el gasto esté contenido, condicionando las decisiones de consumo e inversión, la situación del mercado de trabajo y aumentando los riesgos de solvencia empresarial». A este riesgo se suma el no abordar las reformas necesarias, asociadas a crear las condiciones para una recuperación vigorosa, que facilite el máximo aprovechamiento de los fondos NGEU, y también para corregir las debilidades crónicas de la economía española.