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Bailar al ritmo del 'power point': una conferencia para demostrar que la danza "no es aburrida"

Benicarló acoge este original encuentro el próximo 2 de octubre en el Auditori Pedro Mercader

30/09/2020 - 

CASTELLÓ. Toni Jordar se mueve de una parte a otra del escenario, gira los brazos, se para y de repente te empieza a explicar datos que seguramente no conocías de la danza moderna y contemporánea. Y aunque no sea lo habitual, es este el objetivo final de su performance: hacer de mirilla del arte para conocer toda su historia. Tradicionalmente no se ha hablado de la danza, de sus tendencias y referentes en las escuelas. Por eso, hacerlo por su propio pie fue el propósito con el que se embarcó este artista catalán hace 18 años. Y en esas continúa. Junto a Beatriu Daniel, codirectora y productora artística del espectáculo, han recorrido desde entonces teatros y escuelas de todo el país, incluso de Londres, París y China.

"Hay mucha gente que cree que la danza contemporánea es aburrida, pero nuestro lema desde el primer día es defender que la danza no es difícil, es desconocida", manifiesta Daniel, quien tiene precisamente una relación bastante peculiar con la misma. La profesional lleva 30 años en contacto con la danza, sin ser ella bailarina ni haber organizado ninguna coreografía. "Empecé a bailar hace muchos años, pero me aburría hacerlo, porque has de estar muchas horas ensayando y repitiendo los mismos movimientos hasta que te salgan bien. Yo soy más poliédrica, me gusta estar en muchos sitios y sentía que la dedicación que te pide el baile no podía dárselo solo a él, quería estar en muchos lugares de la vida. Aun así, me quedé cerca con un oficio que me permite tener una mirada más amplia. Siempre digo que hago de puente entre diferentes necesidades de la danza". 

Foto: Gala Jodar

En su caso, el de Jordar sí es un "matrimonio" en toda regla. Más de 40 años lleva el artista en movimiento, desmontando aquella afirmación que dice que la danza tiene fecha de jubilación. "A mi edad ya no se tiene esa explosión energética y rapidez que tienen los cuerpos más jóvenes, pero la edad te da cualidades diferentes. No soy un tren de alta velocidad, pero la ralentización y calidad del movimiento solo te la da el tiempo y la sabiduría", afirma. 

Es pues a partir de este caldo de cultivo que ambos han generado, que se han desarrollado sus conferencias bailadas. Una iniciativa que pretende "curar" la invisibilidad y el "rechazo" que provoca, sin quererlo, el arte contemporáneo. "La nula divulgación de la danza es un vacío cultural que tiene nuestro país. Mientras se dan clases de música y de introducción al teatro, la danza ha carecido de un espacio. Quiero pensar que poco a poco va a haber más interés por esta, porque el movimiento es fundamental para conocer nuestro cuerpo. ¿Y qué mejor momento que ahora en plena pandemia? El baile es necesario para conocer el cuerpo e incluso para prevenir y curar enfermedades. Es una herramienta muy importante, tanto desde un punto de vista físico como emocional. La gente debe de saberlo", recalca la catalana. 

Foto: Tristán Pérez-Martín

¿Vive la danza su peor momento?

No obstante, la danza, al igual que muchos otros artes, pasa por una crisis no solo económica, sino también de identidad. Decía el bailarín y coreógrafo Albert García Sauri hace meses, en una entrevista con Castellón Plaza, que prefería no bailar a tener que hacerlo con mascarilla. Y no son pocos los artistas que piensan como él. No solo por la incomodidad, sino por la evidente falta de expresión que conlleva ponérselas. El debate está abierto y la decisión de adaptarse o no también. Por su parte, Jordar no ve tanto problema en tener que hacerlo. Es a su parecer como las máscaras que ha utilizado históricamente la comedia del arte o los incómodos vestuarios que han tenido que ponerse en muchas ocasiones los mismos bailarines. "Solo me la he tenido que poner una vez en un espectáculo y durante muy poco tiempo, pero creo que es una sensación física soportable y que en un futuro nos podríamos adaptar".

No es, en cambio, tan optimista la radiografía que ambos profesionales hacen a términos generales del sector. "La danza no es diferente a la resta de sectores y a lo que estamos viviendo, por eso también está gravemente afectada. Hemos hecho todos una campaña importante para demostrar que la cultura es segura. Y la hemos hecho pese a que en otros ámbitos no parecen ser tan estrictos con las medidas de seguridad. Solo hace falta ver las colas de los supermercados, que al poco tiempo tienes a alguien "enganchado" a ti. La cultura ha conseguido un protocolo muy seguro, que no siempre se valora", afirma Daniel, quien pese a todo confía en los cambios de criterios y de programación para hacer mucha danza, online y presencial. 

 

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