El exjefe de Gabinete Jaime Peris y la consellera de Sanidad, Ana Barceló. Foto: VPVALÈNCIA. El pasado 26 de marzo se hicieron públicos una serie de cambios importantes en la Conselleria de Sanidad: el hasta ese momento jefe de Gabinete, Jaime Peris, pasaba a convertirse en director general de Régimen Económico e Infraestructuras, mientras la hasta entonces responsable del área, Carmelina Pla, dejaba el puesto para incorporarse poco después al gabinete del presidente de la Generalitat, Ximo Puig, como asesora.
Sin embargo, la vacante dejada por Peris no ha sido cubierta oficialmente hasta el momento. O lo que es lo mismo, la jefatura de Gabinete de la Conselleria de Sanidad sigue desierta pese a encontrarnos todavía en mitad de una complicada pandemia.
Bien es cierto, tal y como informan fuentes de la conselleria, que el puesto está siendo ocupado oficiosamente por la periodista Esther Segura, si bien no se ha producido el correspondiente nombramiento, tal y como puede comprobarse en la web GVAOberta, donde dentro del personal eventual su categoría sigue siendo C2 con el puesto de "asesora de asuntos generales".
En cuanto a los motivos por los que no se ha movido ficha, las fuentes oficiales guardan silencio pero dentro del partido y del propio departamento apuntan a diversas razones por las que no existe un nombramiento en firme. Dirigentes del PSPV aseguran que se han puesto nombres sobre la mesa Sanidad pero no han convencido a Presidencia, por lo que se ha preferido dejar a una persona "de la casa" en el puesto aunque sea en una situación de interinidad.
Otras fuentes del departamento creen que no se está acometiendo la consolidación de un cambio ante la posibilidad de una remodelación en la conselleria a las puertas del verano. Es decir, que aprovechando la bajada de la curva y la inmunidad de rebaño que podría alcanzarse en agosto, Barceló dé por finalizada su etapa en Sanidad y Puig la encamine hacia otros horizontes.
En ese caso, es cierto que un nombramiento tan personal como la jefatura de Gabinete no tendría demasiado sentido, puesto que si en un par de meses hay nuevo conseller, podría querer relevar al que se nombrara ahora. Un argumento algo rebuscado pero que a los convencidos de que habrá cambio les parece encajar con la ausencia de la designación dos meses después de la salida de Peris.
