CASTELLÓ. Las obras de renovación de las cubiertas de la Escuela Infantil Príncep Felip de Burriana avanzan a buen ritmo y el curso comenzará con normalidad el próximo 6 de septiembre con el centro ya renovado, así como ha informado el consistorio en un comunicado.
La alcaldesa de Burriana, Maria Josep Safont, ha informado de que “las obras se están realizando según lo previsto, por lo que no afectarán al inicio del nuevo curso escolar”. La primera edil ha explicado que “se han aprovechado los meses de verano para minimizar el impacto de la reforma en la actividad educativa del centro y poder realizar así estas importantes obras de urgencia con todas las garantías requeridas”.
En este sentido, los técnicos de la obra han constatado que la aluminosis que afectaba a las viguetas del techo se encontraba en una fase avanzada en algunas de las cubiertas del edificio, por lo que la reforma requería hacerse con inmediatez para evitar todo tipo de riesgos para los usuarios. Cabe recordar que en su momento se decidió anular el uso de algunos espacios por seguridad.
Los trabajos sobre las cubiertas del edificio tienen un presupuesto de 186.224 euros y con ellos se han sustituido las infraestructuras de los techados del edificio y se está impermeabilizando el conjunto de tejados del centro.
Además, se ha aprovechado para substituir y actualizar las acometidas principales de las instalaciones de agua y electricidad, con más de 40 años. Por lo que, entre otras actuaciones, se han desmontado y retirado cinco depósitos de agua de fibrocemento, un material que debe ser eliminado de las construcciones por su riesgo nocivo.
La alcaldesa de Borriana ha indicado al respecto que “el edificio ya necesitaba una reforma después de tantos años, no hay que olvidar que su construcción data de 1974. Con esta actuación se garantizan cuarenta años más de vida del actual edificio”.
Las obras empezaron a principios de julio, al acabar el curso escolar, después de que los usuarios del centro, primero, y los técnicos municipales, después, advirtiesen del desprendimiento progresivo de cascotes de las viguetas autoportantes de una de las seis cubiertas del centro, la más grande, que fue acotada inmediatamente.
En ese momento el Ayuntamiento encargó una inspección para conocer el estado de conservación de los techos del edificio, que confirmó la pérdida de resistencia del cemento aluminoso de las viguetas, sobre todo en el bloque que corresponde al comedor, por lo que se decidió emprender esta reforma con urgencia.