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EL INVERSOR ESTÁ DESNUDO / OPINIÓN

¿Cansado de los mercados financieros?

30/01/2019 - 

VALÈNCIA. Cuando uno lleva décadas en su sector, la relación constante con clientes y con otros profesionales le ayuda a tener muy tomado el pulso a los acontecimientos. Y en este momento, la sensación predominante entre ambos es la misma: hartazgo.

Desde 2015, en Europa hemos visto mercados muy dañados. Los increíbles vaivenes del mercado han vuelto loco al inversor sin plan, pero los dos últimos años no han sido mejores para el profesional y sus clientes; en particular 2018 para todas las clases de activo (incluyendo renta fija). Llueve sobre mojado.

Las políticas monetarias ultralaxas del BCE no han prendido, y podríamos estar marcando un punto de inflexión en el ciclo económico global. Es sin duda un entorno inaudito, muy desgastante, que va haciendo mella tanto en clientes como en profesionales, ya que ninguno obtiene los resultados para los que trabaja. Es precisamente lo que las autoridades quieren: echarnos del mercado para que invirtamos en economía real por la fuerza.

En nuestra opinión esto es un error. El principal motivo es que las economías son sistemas complejos, como los organismos vivos, y de la misma forma que las dietas milagro ni funcionan ni son saludables a largo plazo, las políticas monetarias tampoco lo son si no van acompañadas de medidas de apoyo al emprendimiento y flexibilización del mercado laboral. Y esto es inviable (hoy) para una Europa que nació anciana, miope y fragmentada, y que ya no sabe decidir con fuerza.

Europa, un mercado de poca liquidez

El resultado es que los mercados americanos se han ido desacoplando de los europeos, y que casi la mitad del PIB mundial lo aportan los países emergentes. Europa es un mercado pequeño, de poca liquidez, con alta regulación y poca amplitud de sectores. En parte debido al estado convaleciente de su sector bancario (medio plazo), en parte debido a la falta de un ecosistema para la prosperidad (largo plazo), en parte debido al momento del ciclo (corto plazo), pero la situación es la que es.

En nuestra casa dividimos las áreas de inversión en Financiera, Inmobiliaria y Empresarial y cada una de acuerdo con tres características: riesgo, rentabilidad y liquidez. Los mercados destacan por su liquidez, pero es un error buscar una rentabilidad extra en esta área si no estamos dispuestos a asumir el riesgo que conlleva en forma de volatilidad. Cuando no sea una cosa será otra, pero la volatilidad es inherente a los mercados. ¿Cómo cuadrar el círculo?


La respuesta suele estar en nosotros, como en tantas ocasiones. Nuestro cerebro es una máquina de proyectar situaciones al futuro, tanto las buenas como las malas. Por eso los momentos buenos tienden a generarnos una peligrosa euforia, mientras los malos tienden a generarnos una ansiedad que puede convertirse en pánico. En ambos casos acabaremos tomando malas decisiones, salvo si somos conscientes de cómo funcionamos. Entonces tendremos opciones.

Por otro lado, ser consciente del comportamiento del mercado nos da más opciones aún. El mercado no sabe cuándo hemos invertido. Tampoco sabe si vendemos, ni nos espera, ni nos vigila para estropearnos la operación (aunque a veces lo parece). El mercado simplemente refleja las apuestas de una masa variable de inversores con información desigual, formación desigual y dinero desigual, todos creyéndose más listos que el otro y todos sujetos a las emociones que hemos visto anteriormente.

Estoicismo, no resignación

¿Cómo abordarlo y vencer el desánimo? Con estoicismo (no confundir con resignación). El mercado nos da liquidez a cambio de volatilidad, y la rentabilidad es el resultado de hacer bien los deberes. Pocos años será de doble dígito (viendo los últimos 200 años), y pocos será catastrófica. La mayoría se ajustará al momento del ciclo porque los principios no han cambiado: El dinero sigue tendiendo hacia las empresas con mejores beneficios, las crisis son oportunidades y la diversificación divide el riesgo sin dividir la rentabilidad. Más, no podemos hacer.

Por eso, si sabemos cómo funciona nuestro cerebro y sabemos cómo funciona el mercado, ya sólo nos queda admitir que el mercado no está ahí para cumplir nuestras expectativas. Ya que no podemos luchar contra él, tan sólo colaborar, son nuestras expectativas las que deben ajustarse. Nos irá mejor, con o sin BCE coaccionando.

Alejandro Martínez es socio director de inversiones y cofundador de EFE & ENE Multifamily Office

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