entrevista al secretario general de la Unió

Carles Peris: "En Europa solo funcionan las cosas para los sectores organizados como lobby" 

23/12/2018 - 

VALÈNCIA. Carles Peris no ha tenido un aterrizaje plácido en la Secretaría General de la Unió de Llauradors i Ramaders. En apenas un mes al frente de la organización agraria tras tomar el relevo de Ramón Mampel, el productor de cítricos castellonense ha tenido que lidiar con una de las peores crisis de precios del sector citrícola de las últimas campañas.

Para atajarla, no solo reclama medidas urgentes como la aplicación de la cláusula de salvaguarda para la entrada de fruta sudafricana, sino que además urge ayudas económicas urgentes para evitar la ruina de los productores que han tenido que dejar las naranjas en el árbol. A medio plazo, considera esencial la implicación de la administración para la reconversión varietal y el control de la producción, por lo que espera mayor interlocución y agilidad de los gobiernos.

Pero Peris tampoco rehúye la autocrítica y reconoce que al sector le falta cohesión para hacer llegar su mensaje de forma unitaria y una presencia organizada y permanente en Bruselas para ejercer una función de lobby que considera imprescindible

¿Están satisfechos de la reunión con el Ministerio de Agricultura de este jueves para abordar la crisis citrícola?

No estamos del todo satisfechos porque medidas coyunturales como la retirada de parte de producción llega tarde y es insuficiente. Es el 5% de la producción, unas 50.000 toneladas, pero en este momento de la campaña ya llega tarde.

Han pedido una ayuda excepcional y con carácter temporal para todos los productores de cítricos a los que se les quede la cosecha en el árbol sin recoger, en términos muy parecidos a las concedidas por el veto ruso a las exportaciones europeas, ¿qué esperanzas les dio el ministerio?

Las ayudas de la retirada de la producción siempre van a la industria, pero los productores que no han cogido la fruta van a tener una pérdida económica muy elevada y un incremento de costes por tener que tirar la fruta. De ahí que hayamos reclamado una medida compensatoria que en su día ya se tomó de forma excepcional con el veto ruso. El Ministerio se comprometió a valorarlo con el Ministerio de Hacienda.

¿Y si no lega esa ayuda...?

Estaríamos en una situación en la que el productor, una vez más, se quedaría sin medidas compensatorias directas y sumido en la ruina cuando ha sido quien más ha padecido en la primera parte de la campaña el impacto de las importaciones de países terceros.

"Si no hay una ayuda excepcional para los productores de cítricos se les aboca a la ruina"

El Gobierno ha restado importancia al volumen de las importaciones de Sudáfrica, por lo que no piensa pedir limitaciones…

Hemos sido contundentes, pensamos que la ministra de Economía parece más sudafricana que española al responder de esa manera a un problema real del sector. La percepción de la administración está muy lejos de la realidad del campo valenciano. Las movilizaciones de los agricultores responden a un problema real y la administración no está entendiendo el mensaje: estamos ante un problema que impacta de forma muy negativa en toda la economía valenciana. No entendemos cómo el Ministerio no dispone de los datos que puedan armar la activación de la cláusula de salvagurda.

La ministra Nadia Calviño alega que no puede pedir a la aplicación urgente de la cláusula de salvaguardia para que no se importen cítricos procedentes de Sudáfrica porque, al no existir aún una denuncia, aún no hay expediente de investigación… 

Alegan que, con sus datos de importaciones, ven poco probable la activación de la cláusula. Pero hoy ya vemos que están matizando las declaraciones y están dispuestos a elaborar un documento con datos para su activación. Pero esto no es más que una medida puntual; nosotros queremos que se avance en temas estructurales como la reciprocidad en los productos fitosanitarios autorizados porque nosotros tenemos pocos productos autorizados y muy caros, mientras que nuestros competidores tienen muchos más productos activos que no son tan respetuosos con el medio ambiente, ni tan seguros para la cadena agroalimentaria y además son más baratos. Si la UE prioriza la seguridad alimentaria del consumidor y la sostenibilidad de la producción, no entendemos por qué solo nos exige a los productores europeos.

"La administración es irresponsable si no impone el tratamiento en frío a productos de terceros países"

El tratamiento en frío, obligatorio para los productores españoles es el único que garantiza el control de plagas y no entendemos por qué la UE no obliga a los países terceros a aplicarlo. De las últimas once plagas que han entrado en España, cuatro tienen origen en Sudáfrica. Eso nos cuesta dinero para combatirlas y a la administración le consume recursos de investigación y control de plagas. Este es otro ámbito en el que competimos en inferioridad porque la administración actúa de forma irresponsable si no obliga a esos tratamientos en frío a las importaciones de países terceros. 

Ahora son las naranjas de Sudáfrica, pero antes fueron las de Marruecos, ¿estamos ante un viejo problema al que no se ha dado solución?

Es un problema enquistado porque los acuerdos internacionales penalizan continuamente a la agricultura mediterránea. Países como Túnez, Egipto o Turquía están creciendo mucho en citricultura y acudiendo al mercado europeo, lo que nos penaliza mucho por la situación de competencia desleal. No se le pueden cerrar las puertas a nadie, pero creemos que de una vez por todas se han de equilibrar las cosas y exigir a los países terceros los mismos estándares de calidad que se nos exigen a los productores europeos. Si no es así, no podemos competir en igualdad de condiciones; es una competencia desleal total. De una vez por todas se han de hacer cosas de forma urgente.

¿Sienten el respaldo de la Generalitat en esa cruzada?

Creo que a todas las administraciones les cuesta mucho asumir las propuestas del sector para trabajar sobre ellas. Es muy lenta para dar soluciones a los productores. La mesa de cítricos que se reunió a principios de mes con la Conselleria de Agricultura recogió todas las propuestas, la consellera fue receptiva con medidas novedosas como la que lanzó La Unió para dotar la oficina de Bruselas con personal específico para los tratados internacionales, una suerte de lobby para presionar y que al mismo tiempo nos pueda informar de lo que sucede allí. Parece que en Europa solo funcionan las cosas para los sectores que tienen un lobby para sus asuntos. Es momento de jugar con las mismas bazas.

¿Los agricultores, como sector económico, han descuidado esa función de lobby en Bruselas?

"Nuestro problema como sector es que estamos demasiado dispersados"

Intercitrus, donde está todo el sector menos nosotros, es quien podría hacer el trabajo de promoción, abandonado desde hace años, y de lobby. Nuestro problema como sector es que estamos demasiado dispersados. Nuestro mensaje llega por demasiados sitios; el sector necesita una interprofesional, pero en la que estemos todos y con una única voz. Intercitrus ha estado diez años inactiva, ni estaba ni se le esperaba hasta que le hemos tirado de las orejas.  

Al menos ha desaparecido la amenaza de huelga de los collidors…

Estamos pasando una fuerte crisis de precios, pero el sector tiene puntos fuertes en la exportación de fruta en fresco. Ahora tenemos que arreglar los abusos en la cadena agroalimentaria e incrementar los ingresos del productor que, según nuestro último estudio, solo son del 19% del valor que generamos. La cadena ha de ser más justa y transparente y el productor percibir una retribución digna, porque de otra forma no atraeremos a los jóvenes a nuestro modelo agrario pequeño y medio. De lo contrario acabaremos en un modelo copado por grandes multinacionales.

¿Se sienten apoyados por las empresas exportadoras en la lucha por las condiciones en la entrada de productos de terceros países?

Han tenido un perfil muy bajo.

¿Y el comercio, está aprovechando la crisis?

El canal comercial aprovecha cualquier crisis para presionar al más débil de la cadena. Ante cualquier escenario negativo, como competencia de terceros países o producción elevada, lo aprovechan.

¿Hay alguna rama del sector agrario que esté funcionando bien?

Este año no. El aceite ha bajado mucho en producción y no lo va a compensar con los precios. La almendra, que estaba funcionando bien, está muy ajustada en precio. Y en el sector apícola la situación ha sido sangrante porque la importación de miel china ha obligado a bajar mucho los precios y, además, está costando mucho sacar al mercado la miel almacenada. El vino también tiene problemas serios porque el vino a granel está saliendo a precios muy bajos.

Además, necesitamos más ayuda de la administración en la ganadería extensiva, sobre todo para luchar contra la despoplación del interior. Sin una ganadería y agricultura fuertes en el interior, todas las políticas contra la despoblación rural serán ineficaces porque la gente necesita medios de vida. 

¿Preocupa el acuerdo final entre la UE y UK tras el Brexit ante la posible entrada de productos hortofrutícolas de terceros países a través de UK?

Sí, mucho, porque las importaciones de terceros países a Reino Unido están creciendo exponencialmente y, además, para nosotros es un mercado importante. De hecho ya están aplicando controles más laxos de plagas tanto en Reino Unido como en Holanda. 

El secretario autonómico de Agricultura, Rodríguez Mulero, les ha hecho muchas promesas para paliar la crisis citrícola. ¿Ya les ha respondido el Consell a su petición de créditos bonificados?

Nos dijeron que no había problema en destinar una dotación para ello, pero hace dos años salió una línea de 700.000 euros y solo se presentó una solicitud. Eso demuestra que algo no está funcionando con el mecanismo, el acceso para el productor ha de ser más fácil. Necesitamos normativa asumible y adaptable para el campo. La administración ha de trabajar más con nosotros. Por ejemplo, la Ley de Estructuras Agrarias está muy bien sobre el papel, pero si no se dota con un presupuesto digno, no se va a poder aplicar. O la Ley de la Cadena Agroalimentaria, que es una buena herramienta para denunciar abusos, pero las sanciones son tan irrisorias que no se está corrigiendo el problema. Necesitamos mecanismos contundentes y presupuestos dignos.

¿La planificación de la producción puede ser una solución a la crisis citrícola?

"La administración peca de demasiada normativa de despacho. Falta interlocución clara con el sector y más presupuesto"

Es muy importante porque la citricultora valenciana está muy enfocada a las variedades Navelinas y Clemenules. Eso se tiene que ordenar, lo cual requiere que la administración aporte fondos para que el productor pueda asumir el cambio varietal porque viene de varias campañas flojas y está descapitalizado. La ordenación de variedades es necesaria, pero veremos qué presupuestos destinan a esto.

¿Qué relación tiene con la Conselleria? ¿Se siente atendidos por la consellera Elena Cebrián?

En el poco tiempo que llevo como secretario general, diría que la relación es correcta. Pero incido en que a la administración le falta escuchar más al sector y recoger sus propuestas porque somos quienes conocemos el sector. Muchas veces veo normativas de despacho, pero hace falta que la normativa surjan de la interlocución con el sector porque tenemos muchas cosas que aportar, con propuestas claras de todos los sectores. Creo que la administración está pecando de demasiada normativa de despacho y falta interlocución clara. Necesitamos que nos escuchen porque todo sería más ágil. El productor necesita realidades.

¿Cree que se está afrontando de manera eficiente la crisis de la Xylella?

Estamos contentos con los mecanismos de control de la bacteria, porque es peligrosa y hay que ser contundente, pero han fallado los mecanismos de pago en tiempo y forma. Los afectados a quienes les han arrancado el campo lo han perdido todo de un día para otro, pero los primeros expedientes de indemnización están empezando a pagarse ahora, un año después. Las indemnizaciones tienen que llegar en tiempo y forma. El problema no es autonómico, sino de toda Europa. También en esto, la administración ha sido demasiado lenta. Y se necesita presupuesto para investigar posibles cultivos alternativos.

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