VALÈNCIA. La moderación, desde luego, no imperó este miércoles en el debate sobre la nueva Ley de Función Pública valenciana en el pleno de Les Corts. Una jornada marcada por la polémica y las tensas discusiones que protagonizaron los partidos de la oposición y del Consell en la que no faltaron insultos, descalificaciones ni llamadas al orden por parte del president de Les Corts, Enric Morera, por el tono que estaban adquiriendo las intervenciones de sus señorías. En particular, la del diputado de Cs Vicente Fernández, que precisamente es uno de los candidatos para relevar a Toni Cantó como síndic del grupo naranja.
La disputa viene motivada por un apartado de la ley con nombres y apellidos: el conocimiento del valenciano que deberán tener aquellos que deseen acceder a un puesto en la Administración valenciana. En realidad, la norma recoge en una disposición que será un reglamento -todavía por elaborar- el que determine el nivel de conocimiento del valenciano que deberán tener los funcionarios. Es decir, que la ley todavía no contempla que el valenciano sea un "requisito" para acceder a una plaza de la Generalitat.
En concreto, la Ley de Función Pública dicta que en el plazo de un año "desde la entrada en vigor de la presente ley el Consell aprobará, a propuesta de la conselleria competente en materia de función pública, la disposición reglamentaria que determine, respetando, en todo caso, los principios de proporcionalidad y adecuación a las funciones correspondientes [...] el nivel de conocimiento de valenciano exigible en el ámbito del empleo público de la Comunitat Valenciana, previo informe favorable en lo relativo a esta materia de la conselleria competente en materia de política lingüística".
Sin embargo, desde el principio de la tramitación de esta normativa los partidos de la oposición han criticado que el tripartito compuesto por PSPV, Compromís y Unides Podem pretenda "imponer" un requisito lingüístico para presentarse a unas oposiciones de la Administración valenciana y han batallado por que el Botànic recogiera en la norma que el conocimiento del valenciano sea un "mérito" que no limite a los profesionales el acceso a la Función Pública. Y este jueves, apenas a unas horas de que socialistas, valencianistas y morados validen la nueva ley, los diputados de PP, Ciudadanos y Vox volvieron sobre lo mismo.
Eso sí, las buenas formas se perdieron. El momento de mayor crispación se produjo con la intervención de Fernández, que tras calificar de "bodrio" la ley del Botànic acusó a Compromís de querer "arrinconar aquellos que no hablan valenciano": "Quieren marcar a los funcionarios que no hablan valenciano como se hacía con los judíos". Las palabras hablan por sí solas.
Una intervención más aplaudida por los diputados Vox que por los diputados de su propio grupo y a la que replicó la diputada de Unides Podem Estefanía Blanes, quien defendió que lo que la oposición llama "adoctrinamiento", otros lo llaman "derechos". La también portavoz adjunta del grupo morado en Les Corts advirtió, además, que las formaciones del Botànic protegerán "la lengua catalana que hablan los valencianos".
Una frase que generó un revuelo como pocos se han visto antes en el Parlamento valenciano. Desde el PP exigieron a Morera que la parlamentaria retirase esas afirmaciones, a lo que el president de la Cámara respondió que en Les Corts "se respeta la libertad de expresión". Un corte por el que la síndica del Partido Popular y presidenta de la formación en la Comunitat Valenciana, Isabel Bonig, reprochó a Morera que no conociera el Estatuto de Autonomía, que recoge que la lengua de los valencianos es el valenciano.
El alegato fue reproducido de manera idéntica por el diputado de Vox José María Llanos, que se preguntó dónde había quedado la Carta Magna valenciana en Les Corts y acusó al Botànic de "querer subyugar a los valencianos a unos inexistentes Països Catalans". Un argumento sobre el que también pivotó la intervención del diputado del PP José Antonio Rovira, que acusó al Botànic de querer imponer el valenciano y lamentó el papel de "tonto útil" del PSPV por dejar que Compromís siga con su hoja de ruta para construir "la nación valenciana".
Por si fuera poco, en el último turno de réplica el tono, lejos de rebajarse, se intensificó. El diputado de Cs acusó entre gritos al grupo de Fran Ferri de ser "nazi-onalistas", criticó el "papelón" del PSPV por tener que tener que gobernar con Unides Podem y, en especial, con Compromís, a quienes denominó "búnker de la barraqueta". Acto seguido se limitó a pronunciar una retahíla de insultos: "Caraduras, pandilla basura y atajo de sinvergüenzas". Ahí es nada. "Ustedes lo que quieren es matarnos", sentenció como colofón final.
De nuevo, los aplausos más efusivos vinieron por parte de Vox, y varios de los parlamentarios de Cs se 'olvidaron' de hacerlo o lo hicieron sin ganas. Fuera, en los pasillos, diferentes diputados bromeaban sobre si Fernández estaba tratando de "sumar puntos" para que el partido de Llanos lo tentara en las próximas semanas si decidiera abandonar la formación en la que milita.
En cualquier caso, el president de Les Corts no quiso dejar pasar esta aseveración final. Morera le advirtió al diputado que retirase esas palabras y solicitó que no constaran en el diario de sesiones por su gravedad, a lo que el parlamentario trató de excusarse al explicar que en su intervención se refería a "matar socialmente y arrinconar", pero no a "matar" en sentido literal.
Un debate bronco que concluyó, incluso, con deseos por parte de Cs, pero también del resto de partidos de la derecha de que cualquier gobierno "decente derogue" cuando alcance la Generalitat la ley que este jueves saldrá adelante con los votos de los grupos del Botànic después de que comenzara a elaborarse en 2016.
La dirección general de esta materia también se encargará de la formación y de la promoción de los funcionarios