VALÈNCIA. No es la primera vez que ocurre. Compromís volvió este miércoles a rebajar su presión al Gobierno de España para evitar romper con sus socios del Consell, PSPV y Compromís. Si hace un mes la coalición bajó el tono con la reforma del modelo de financiación autonómica en el Congreso de los Diputados, esta vez hizo lo mismo con la eliminación de los peajes que el Ejecutivo de Pedro Sánchez planea implantar a partir de 2024.
La iniciativa la anunciaron la semana pasada. El síndic de la coalición valencianista Fran Ferri explicó antes de una Junta de Portavoces que su grupo parlamentario registraría una proposición no de ley para instar al Consell a dirigirse al Ejecutivo central y exigirle la "retirada inmediata" del plan para implantar peajes en toda la red statal de carreteras a partir de 2024.
En el texto original, también pedían que presentasen "un plan de choque con la financiación suficiente para la mejora de toda la red de cercanías, la conexión Gandía-Denia, la aceleración del Corredor Mediterráneo y una financiación no discriminatoria para el transporte público de las áreas metropolitanas valencianas". Asimismo, también instaban al Estado "a tener en cuenta en el conjunto de políticas de movilidad la especificidad del caso valenciano que ya ha soportado décadas de pagos de peajes, así como la necesidad de garantizar la equidad y la justicia social de los sectores más vulnerables".
Una serie de exigencias que el grupo de Ferri decidió rebajar horas antes del debate de este miércoles en el Parlamento valenciano para lograr el apoyo de socialistas y morados, que en un principio no habían firmado la propuesta de Compromís, y así evitar el enfrentamiento en el debate y la división en las votaciones.
El primer punto de la PNL realmente fue el que quedó más descafeinado tras la negociación entre los socios del Consell, pues los valencianistas pasaron de pedir al Consell que se dirigiera al Gobierno central para exigirle la "retirada inmediata del plan" a pedirle al Ejecutivo de Puig que manifieste "su posición contraria a la instauración de peajes generalizados que afectan al día a día de los valencianos, consolidando así la gratuidad de la AP-7".
Esto es, no solo accedieron a modificar el 'destinatario' de su iniciativa, sino que también variaron la exigencia: de pedir una "retirada inmediata" de un plan de peajes generalizado, pasaron a centrar su demanda exclusivamente en la AP-7 y en que el Consell manifieste simplemente que es contrario a los peajes que afecten a la Comunitat.
Un resultado que demuestra, en definitiva, la incomodidad en la que se mueve Compromís cada vez que opta por liderar un debate que afecta a cuestiones de la agenda valenciana en las que a sus socios del Consell les queda poco margen de maniobra por el hecho de gobernar en Madrid. Una incomodidad que, como ya viene siendo habitual, acaba con los valencianistas rebajando el tono de sus exigencias.
En los últimos meses, pero especialmente tras la llegada del PSOE y Unidas Podemos al Gobierno central, PSPV, Compromís y Unides Podem se han visto forzados a adaptar su discurso. Mientras los socialistas valencianos y los morados de Pilar Lima se esfuerzan por transmitir una imagen de "lealtad reivindicativa" la coalición busca posicionarse como la formación más combativa en la reclamación de mejoras para la Comunitat Valenciana.
Sin embargo, recientemente la coalición ha cedido en numerosas exigencias que forman parte de la agenda valenciana. Sin ir más lejos, el pasado mes de abril, la coalición se plegó y dio otros ocho meses a Sánchez para reformar el modelo de financiación a pesar de que llevaba días quejándose sobre el retraso en la reforma del sistema -caduco desde 2014 y que Sánchez prometió en su investidura iniciar en el plazo de ocho meses, pero que se fue incumpliendo con el paso del tiempo y nuevas promesas- o en exigir un Fondo de Nivelación.
Curiosamente, mientras Compromís optó este miércoles por rebajar sus exigencias en Les Corts, su grupo en el Ayuntamiento de València presentó una moción que será debatida este jueves en el pleno del Cap i Casal que mantiene la esencia del texto original presentado por los valencianistas. Por lo que, mientras en Les Corts se debatía un texto descafeinado, a la misma hora en el consistorio se presentaba otro.
Un texto que, no obstante, podría modificarse también a lo largo de la sesión plenaria de este jueves para terminar reproduciendo el mismo contenido que el que defendieron ayer en Les Corts. No en vano, en el consistorio el grupo de Joan Ribó también necesita al PSPV, su socio en el gobierno municipal, para sacar adelante cualquier iniciativa.