VALÈNCIA. La decisión del president de la Generalitat, Ximo Puig, de adelantar las elecciones autonómicas para hacerlas coincidir con las generales el próximo 28 de abril tambalearon la semana pasada los cimientos del Botànic. Cargos de Compromís, contrario desde el principio a que se ejecutara esta posibilidad porque una cita en las urnas solapadas le perjudicarían al ser una fuerza eminentemente autonómica, manifestaron que la resolución y actitud del jefe del Consell no había sido leal con los valencianistas.
Durante esa jornada del 4 de marzo resultó significativo el perfil bajo que mantuvo Podem. Pero apenas 24 horas después, se resolvió el enigma: Puig se había reunido con los morados -que no forman parte del Ejecutivo valenciano- dos días antes que con la propia vicepresidenta de la Generalitat, Mónica Oltra, para trasladarles su intención de adelantar las elecciones autonómicas. Un encuentro en el que la formación que dirige Antonio Estañ no recibió la noticia de forma hostil.
No en vano, con el desplome que le vaticinaban las encuestas a nivel autonómico, la coincidencia con las generales podría servir para obtener un mejor rendimiento en los comicios en la Comunitat Valenciana debido a la implicación en la campaña electoral de Pablo Iglesias. El tanteo de Puig a Podem antes que su socio en el Consell, por tanto, sirvió para explorar la disposición de la tercera pata del Botànic que podía ser más beneficiado con esta determinación y, de esa manera, no adoptar el peso de la decisión en solitario con dos socios de gobierno en contra.
Con este escenario de escalada de tensión, Podem puso encima de la mesa la semana pasada la necesidad de que los tres partidos firmantes del Pacto del Botánico mantuvieran una cita para analizar cómo se podrían sacar adelante todas las cuestiones que habían quedado pendientes de validar en esta legislatura y así se lo trasladó a PSPV y Compromís. Un guante que los valencianistas no parece que vayan a recoger. "O tiempo, o elecciones anticipadas. Lo que no tiene sentido es estar a favor del adelanto electoral y ahora querer juntarse para ver qué cosas han quedado pendientes de aprobar cuando ya no se pueden validar precisamente por ese adelanto", explicaban desde Compromís a Valencia Plaza este martes.
Un razonamiento del que se desprende que la coalición valencianista no está dispuesta a mantener este encuentro. De hecho, la formación morada así lo deslizó este martes en una rueda de prensa que habían convocado para hacer su particular balance de la legislatura. En ella, el secretario general de Podem en la Comunitat, Antonio Estañ, reveló que el PSPV era "más proclive" que Compromís a mantener esta cita por las respuestas que ambos les habían trasladado -si bien no profundizó en cuál había sido la respuesta de la coalición valencianista-. Así, Estañ instó a ambos a que hubiera "más responsabilidad y menos precampaña". Eso sí, lo pidió después de enumerar y celebrar las políticas llevadas a cabo por el Botànic en esta legislatura y remarcar cuáles habían sido propuesta de Podem.
En este sentido, el dirigente morado también planteó que muchas leyes que habían quedado pendientes de aprobar podrían validarse mediante Decreto Ley del Consell, por lo que sería necesaria la convocatoria de la Diputación Permanente. Una probabilidad que tanto Compromís como los servicios jurídicos de la cámara valenciana descartaban por una razón: la Diputación Permanente aprueba normas o decretos ley "por razón de urgencia y necesidad justificada", tal y como dicta el artículo 58.1.cuarto del Reglamento de Les Corts. Esto es, por ejemplo, si se produjera una "calamidad o catástrofe" natural que obligara a realizar una transferencia de créditos a municipios afectados. Pero no está pensada para aprobar leyes que han decaído por la finalización del periodo de sesiones o mandato.
Por otra parte, cabe apuntar que las normas que se quedaron pendientes de ser aprobadas contaban con enmiendas presentadas por parte de todos los grupos parlamentarios. Por lo que la idea de que el Ejecutivo realizara un decreto ley sobre alguna de ellas para conseguir sacarla adelante, supondría que el Consell sortearía al legislativo al no atender estas enmiendas que ni siquiera pudieron llegar a votarse.
En tota, el adelanto electoral de Puig ha frustró 15 leyes, entre ellas, la Ley del Juego cuyo objetivo principal era implantar medidas para prevenir la ludopatía entre los menores.