el billete / OPINIÓN

Confesión de parte

Foto: EDUARDO MANZANA
22/11/2020 - 

A confesión de parte, relevo de pruebas. El axioma jurídico que Rubén Martínez Dalmau debe de conocer muy bien porque es profesor de Derecho Constitucional significa que cuando una parte admite unos hechos la otra ya no está obligada a aportar más pruebas. Y esto es precisamente lo que ha hecho el vicepresidente segundo del Consell con la pretendida rectificación enviada a Castellón Plazapublicada este sábado sobre la noticia de la adjudicación a dedo de ayudas a los municipios. Más que una rectificación es una autoinculpación, una confirmación de todo lo publicado, como no podía ser de otra manera tratándose de un trabajo riguroso de una gran periodista como es Marta Gozalbo, con el apoyo de otros compañeros y compañeras de las redacciones de València, Alicante y Castellón.

Es una constatación de los siguientes hechos: el también conseller de Vivienda y Arquitectura Bioclimática anunció a los ayuntamientos unas ayudas para actuaciones urbanas en sus municipios y les animó a presentar proyectos, la conselleria publicó en su web unos "criterios de oportunidad, necesidad y proporcionalidad" para seleccionarlos, estableció un baremo, los técnicos clasificaron los proyectos con una puntuación según ese baremo y Dalmau se saltó la lista para colar 24 municipios —algunos puntuados con un cero— que, según los técnicos del departamento, merecían esa ayuda menos que otros que quedaron fuera.

Entre los agraciados por esta decisión figuran su pueblo y los de la contornà —Teulada, Benissa, Xàbia, Poble Nou de Benitatxell y Gata de Gorgos—, debilidad humana en la que caen no pocos gobernantes —el morellano Ximo Puig, sin ir más lejos—, así como lugares que Dalmau había visitado antes de la adjudicación y a los que no podía dejar en la estacada. Esos 24 municipios obtuvieron la ayuda a criterio del conseller y no según la clasificación establecida por los técnicos. A dedo, aunque Dalmau prefiere llamarlo de otra forma y por eso envió a quien esto escribe una carta de rectificación.

Martínez Dalmau, en una visita a Gata de Gorgos el pasado mes de febrero. Foto: GVA

En ella, dice el vicepresidente segundo que "no ha habido una adjudicación a dedo" en la medida en la que no firmó ninguna resolución de adjudicación, sino que las partidas correspondientes "constan" en la Ley de Presupuestos como líneas nominativas que han de ser aprobadas por Les Corts. Obsérvese ese impersonal "constan", como si esas líneas nominativas hubiesen aparecido en el proyecto de Presupuestos por arte de magia y no por indicación suya. La subvención llegará en 2021 como línea nominativa, pero la selección de los municipios agraciados la hizo la conselleria en la primavera de 2020 mediante una convocatoria de concurrencia competitiva, aunque allí lo llamen "proceso participativo". Pero es lo mismo: si no hay dinero para todos, se eligen los prioritarios según unas reglas.

Por si se quedara corta la confesión, en su carta a este periódico el conseller explica que el proceso participativo se hizo "para poder identificar con mayor fundamento aquellos (proyectos) que mejor se ajustaban a las líneas estratégicas establecidas por la Vicepresidencia segunda". Pues el proceso participativo no se respetó y la selección se hizo, en parte, a dedo.

Dalmau se habría ahorrado problemas si en lugar de organizar un proceso participativo con unos criterios de selección hubiese dicho que iba a dar la ayuda a quien le diera la gana tras visitar personalmente a los alcaldes, a la manera de Carlos Fabra en Castellón. Tiene razón el conseller en que no era un concurso ni una convocatoria de subvenciones publicados en el DOGV —en ese caso habría sido un delito como el de Rafael Blasco—, pero si convocas un proceso de selección con unas reglas no puedes hacer como À Punt cuando se presentó Pere Valenciano al puesto de director general con mejor currículum que Empar Marco; o como Carmen Montón cuando convocó un proceso selectivo para darle un cargo de gestión sanitaria de libre designación a un amigo profano y se le presentaron cuatro expertos en la materia que la dejaron en evidencia.

Dalmau con Rubén Alfaro, alcalde de Elda -una de las agraciadas- y presidente de la FVMP. Foto: GVA

En su escrito de 'rectificación' que confirma todo lo relatado por este periódico, Dalmau elabora a continuación un falso silogismo que viene a decir que "es imposible" que el conseller se salte los criterios de su departamento porque, como "órgano jerárquico superior" de la conselleria, es él quien pone los criterios. Transcribo la frase: «Por otro lado, es imposible que el Vicepresidente se "saltara" los "criterios de la Conselleria" puesto que, de acuerdo con el artículo 29 del Estatuto de Autonomía de la Comunitat Valenciana y el artículo 44 Decreto 105/2019, de 5 de julio, del Consell, el Vicepresidente segundo y Conseller de Vivienda y Arquitectura Bioclimática "es el órgano jerárquico superior del departamento y ejerce todas las atribuciones conferidas por la Ley del Consell". Por tanto, no puede actuar contra los criterios que él mismo instruye». Los ejemplos anteriores demuestran que es perfectamente posible que quien pone las normas se las salte luego.

Cuando se publicó la lista de beneficiarios, la conselleria publicó los "criterios de selección", pero no hizo pública la clasificación realizada por los técnicos porque dejaría en evidencia la cacicada del vicepresidente segundo. Y sigue sin hacerla pública, a pesar de la petición de los alcaldes. La transparencia de este gobierno ha caído en picado desde que se marchó Manuel Alcaraz.

Concluye en su escrito el conseller Dalmau que la noticia en cuestión tiene como "objeto manifiesto" el menoscabo de su credibilidad "acusándole de realizar actos de dudosa legalidad y de favorecer a unos municipios frente a otros, lo que es totalmente falso". Pues que les explique a los alcaldes y a los ciudadanos de Herbés, Barracas, Altea, Cullera, Sueca, Catarroja, La Pobla Llarga, Albaida, Ontinyent, Ademuz, Muro de Alcoy o Cortes de Pallás por qué motivo se quedaron sin ayuda frente a otros peor puntuados en esa "valoración de proyectos" que admite que existía.

A confesión de parte, relevo de pruebas. El conseller mantiene que nuestra información es "no veraz, inexacta y difamatoria". Pues pruebas tenemos de sobra. Y testigos.

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