grand place / OPINIÓN

Cruzando fronteras

18/05/2021 - 

“Atención, a todos los pasajeros. Recuerden guardar la distancia social, el lavado frecuente de manos y el uso de mascarilla por todo el recinto”. Una voz robotizada repetía monótonamente las normas de prevención contra la covid-19 en el aeropuerto, en la estación de tren, en el autobús urbano… Nos habíamos acostumbrado a caminar por el pasillo de la derecha siguiendo la direccion de las flechas, a entrar por la puerta de entrada y a salir por la de salida, a bajar por un ascensor y a subir por otro. Nos habíamos acostumbrado a inmunizarnos periódicamente, con independencia del nuevo brote o de cada mutación. Nos habíamos resignado a la NuevaNormalidad.

La reserva en la terraza era extraordinaria. Por primera vez iba a quedar con dos personas más. Teníamos el eHealth en regla y contábamos con todos los permisos para un encuentro multilateral y al aire libre. La ocasión lo requería. Una representante del Territorio-Rusia llegaba para dar una conferencia sobre las nuevas relaciones bilaterales con el Territorio-Europa. 

Aunque aún no lo sabía, Ana-Katerina iba a conocer a la delegada de LosOtros en la ZonaZero-VLC. Sería un encuentro informal conmigo y con Victoria, en principio, con mascarilla. En recuerdo de la Tieta, y gracias a mi investigación académica sobre LaResistencia, LosOtros “valencians” habían confiado en mí para contactar con el movimiento subversivo del lejano Este.

Las relaciones entre ambos territorios se encallaron durante los últimos coletazos de la Era Putin, cuando el opositor Navalni intentaba llegar al poder con ayuda del gobierno de la Unión. Fue en el AñoUno, cuando todos miraban hacia LaGranFábrica, cuando la Unión Europa declaró a Rusia como el “enemigo-público-número-uno”. 

Previamente, el gobierno de Putin había publicado un listado de “Estados no-amigos” o “unfriendly States”, que tampoco gustaron en el territorio Europa, llegando a llamarse “tontos” directamente, como calificó el presidente checo al presidente ruso. 

 

Los enemigos estaban más lejos, incluso sentados en la misma mesa. Pero, en plena emergencia sanitaria, las relaciones internacionales no eran objetivo prioritario. Había que salvar vidas… 

Hasta que llegó la masacre, el horror en el Próximo Oriente. El terror y la violencia reaparecieron entre Israel y Palestina, un conflicto que incluso hoy en día, en 2070, está sin resolver. El odio ha dominado la zona desde entonces, convirtiendo ese territorio en un “no-mans-land” o tierra de nadie donde los fundamentalistas de las dos religiones monoteístas que quedaban en la Tierra aún se disputan los despojos. De un lado están los ortodoxos judíos, que convirtieron su zona en un ghetto inexpugnable y armado hasta los dientes. Y, del otro, una extensión indeterminada bajo la dictadura islámica. Esto es lo que ha quedado tras 50 años de covid-19 de aquella vieja disputa.

-Lo siento David, tengo que dejar mi chat por ahora. Tengo la cita en la terraza y no quiero llegar tarde. Espero verte pronto, al menos antes de que cruces el Mississippi…