VALÈNCIA. El adiós de los cuatro diputados de Ciudadanos de este viernes y su paso a no adscritos tendrá consecuencias para el partido que preside Inés Arrimadas más allá de la pérdida de representación en Les Corts Valencianes, donde los naranjas se quedan ahora con 14 escaños. También supondrá un importante varapalo económico para sus arcas, puesto que dejará de ingresar 118.913 euros anuales por la subvención que concede Les Corts a los grupos por número de diputados.
Así, la asignación a los grupos parlamentarios aprobada al inicio de la legislatura establece dos tipos de subvenciones variables a cada los grupos parlamentarios por el número de diputados con el que cuentan. Cada uno de ellos tiene derecho a percibir una cantidad de 1.400 euros al mes y, aparte, otra de un importe de 1.077,44 euros para contratar personal.
Con la salida de Jesús Salmerón, José Antonio Martínez, Cristina Gabarda y Asunción Sanchis Ciudadanos dejará de ingresar un total de 9.909,4 euros cada mes. Una cuantía que se incrementa hasta casi los 120.000 euros anuales y que, por tanto, mermará de manera considerable sus arcas.
A lo largo de la mañana de este viernes, la dirección de Ciudadanos reclamó a estos diputados que entregasen el acta "en virtud del compromiso suscrito con la formación naranja a través de la Carta Ética de Cs". Dicha Carta Ética exige a todos los cargos elegidos bajo las siglas de Ciudadanos que devuelvan el acta en el supuesto de abandonar el partido. Una petición que, por el momento, ninguno de los cuatro atenderán y continuarán siendo diputados no adscritos. Según dijo Salmerón en una entrevista en Plaza Radio, "es el partido el que ha cambiado" y no él y seguirá defendiendo "los intereses de los valencianos" bajo el ideario con el que él se afilió a Cs.
La portavoz del grupo parlamentario en Les Corts, Ruth Merino, por su parte, criticó el "transfuguismo" porque a su juicio "conlleva la degradación de la política". Unas declaraciones que se produjeron apenas unos minutos después de mantener una reunión telemática con la secretaria general, Marina Bravo, el vicesecretario general, Edmundo Bal, y representantes del Comité Autonómico en la que mostraron la "condena unánime" del partido al transfuguismo.
Ahora bien, a pesar de la crisis interna en la que sume al partido este movimiento, lo cierto es que el número de diputados que se marchan dejan a la formación con los escaños justos para todavía ser relevantes para poder negociar con el tripartito las iniciativas en las que PSPV, Compromís y Unides Podem requieran mayoría cualificada. No en vano, el Botànic II suma 52 escaños y Cs se queda ahora con 14 parlamentarios.
Precisamente la reforma de la ley electoral en la que se pretende bajar la barrera electoral del 5% al 3% -algo a lo que Ciudadanos se negaba hata ahora pero que su resultado en las elecciones del 4 de mayo parece que ha cambiado posicionamientos- requiere un total de 66 diputados.
El tripartito también necesitaría su apoyo, por ejemplo, para poder nombrar a los integrantes del Consell del Audiovisual, órgano que sigue sin constituirse casi tres años después de que se aprobara la ley que daba vida al ente que debe velar, entre otras cosas, por la imparcialidad de À Punt o al que corresponde proponer un candidato para la presidencia de la Corporació Valenciana de Mitjans de Comunicació (CVMC).
Ahora bien, la marcha de estos cuatro diputados, no obstante, podría no quedarse en un episodio aislado. En las últimas horas se ha rumoreado en pequeños círculos del partido que otros diputados del grupo estarían dilatando su salida unos días más pero tendrían la decisión tomada de seguir a los cuatro tránsfugas. Un movimiento que, en caso de producirse, sí supondría una estocada para el grupo, dado que entonces sus votos se tornarían irrelevantes.