VALÈNCIA. Un punto de inflexión en el futuro del Partido Popular de la Comunitat Valenciana tendrá lugar en el próximo congreso de la formación que actualmente lidera Isabel Bonig. La principal duda de este cónclave -totalmente condicionado por la evolución del coronavirus- gira en torno a si la exconsellera tendrá una nueva oportunidad para continuar al frente y repetir como candidata a la Generalitat, una posibilidad que ha descendido enteros en los últimos meses por su poca sintonía con Génova y la emergencia de otros liderazgos pujantes como el del presidente de la Diputación de Alicante, Carlos Mazón.
En este recorrido para la cita congresual, la importancia del calendario no es una cuestión que ningún aspirante -ni tampoco las direcciones orgánicas- deje al azar. Teóricamente, y dado que Bonig fue elegida en marzo de 2017, el cónclave de su reelección debería celebrarse en unas fechas similares del próximo año. Sin embargo, algunas fuentes señalan que los plazos que maneja la dirección nacional serían entre julio y octubre de 2021.
La voluntad de postergarlo respondería a que todavía quedan por celebrar todos los congresos locales -además del de la provincia de Castellón-, en los que probablemente se tratará de colocar de nuevo a candidatos casadistas y afines a su número dos, Teodoro García Egea. Con la estructura orgánica lista casi al completo -y repleta de perfiles cercanos-, únicamente faltaría por cerrar entonces el liderazgo autonómico.
La fecha de marzo, por el contrario, y pese al debate existente incluso en su propio entorno, no disgusta a Bonig, que incluso ha llegado a comentar a algunos de sus colaboradores su deseo de que la cita se celebre "cuanto antes" (si la pandemia lo permite).
Una posición que distaría de otras que la presidenta del PPCV ha mantenido en el pasado, toda vez que el análisis estratégico invitaba a un deseo de posponer el cónclave ante la posibilidad de un debilitamiento del propio líder nacional, Pablo Casado, y su entorno, que no termina de confiar en Bonig para continuar al frente del partido. Ahora bien, la actual líder regional, que ha reiterado públicamente su intención de presentarse al proceso de reelección, estaría dispuesta ahora a medirse en marzo o incluso antes. Una de las circunstancias que contribuyen a esta reflexión es que quien podría ser su principal rival -y para muchos ya ungido por la dirección nacional-, Carlos Mazón, podría encontrarse en una situación más incómoda ante un cónclave tan inmediato.
El motivo es que el presidente de la Diputación de Alicante está apuntalando su gestión en la corporación municipal y además, se alzó el pasado mes de julio con el liderazgo provincial. Una cita en marzo del próximo año le obligaría a dejar su cargo orgánico y dificultaría la compatibilidad con su cargo institucional. Además, Mazón todavía no ha tenido el tiempo suficiente para realizar un trabajo de campo en toda la Comunitat Valenciana en clave congresual, por lo que quizás la convocatoria en primavera sería demasiado precipitada para sus intereses.
Desde su entorno, no concretan ni especulan sobre fechas deseadas pero sí puntualizan que la decisión sobre el calendario del cónclave regional dependerá, en última instancia, de Génova, "pese a las prisas que puedan tener algunos". En este sentido, cabe recordar que Casado también debe, en algún momento, celebrar el congreso ordinario del partido: el último fue en 2016, dado que el anterior celebrado hace dos años -en el que venció el actual líder- tuvo carácter extraordinario. Es decir, el presidente del PP puede convocar la cita para su reelección cuando considere conveniente, dado que el plazo de cuatro años ya ha expirado.
Con este escenario, y teniendo en cuenta que la tradición en la formación de la gaviota radica en que los procesos se produzcan en cascada del nacional hasta los locales, no resulta descartable que el cónclave regional se retrase o se celebre con posterioridad al nacional. En este punto, parece lógico que a Mazón le pueda convenir permanecer un tiempo más prolongado en los actuales puestos que ostenta, especialmente si desde Génova se prefiere además lograr primero la reelección de Casado como fórmula para allanar el camino para sus candidatos regionales.