VALÈNCIA. Si se ha preguntado esto, vamos a tratar de ayudarle a decidir. Es muy probable que ya oyera hablar de la criptomoneda hace dos o tres años, cuando tuvo una subida fulgurante que la puso en todos los titulares:
Las redes sociales se llenaron de veinteañeros haciéndose fotos con Lamborghinis y vendiendo cursos para hacerse millonarios comprando Bitcoins. Ninguna novedad: las redes están plagadas de vendedores de cualquier cosa apelando a nuestra avaricia.
Pero este ruido mediático tuvo un efecto irreversible: la criptomoneda quedó para siempre en el radar de los inversores más maduros. Bien es cierto que la caída del 80% posterior no fue tan celebrada:
¿Qué pasó después? Un periodo de volatilidad, cambios regulatorios, un debate sobre la mesa y desprecio por parte de la banca tradicional: Todas las señales que indican que el Bitcoin estará en el futuro.
Es nuestra opinión, apoyada en cómo se aceptan los nuevos paradigmas: los indicadores clave dicen que sí (más adopción, más volumen, más usuarios), pero los posibles perjudicados permanecen ciegos al cambio hasta que es demasiado tarde, y sólo les quedan dos opciones:
La cotización parece estar de acuerdo con ello, como muestra esta segunda subida fulgurante que probablemente le ha vuelto a interesar por invertir en el activo:
Aceptado el planteamiento de que el Bitcoin estará en el futuro, surgen las preguntas prácticas que vamos a tratar de resolver.
¿Se puede valorar el Bitcoin (BTC)?
Como el oro y otras materias primas, el coste mínimo del BTC es el coste de minarlo. La minería y algunos aspectos que conviene conocer los compartí en este artículo de 2017, cuando trataba de situarme.
Sin embargo, el coste de minería no es el único componente del precio. De hecho, está tan alejado que consideramos inútil hacer el ejercicio de valorarlo, francamente. Piensen ustedes que divisas como el Eurodólar son la horma del zapato de los analistas, cuánto más lo serán si hablamos de criptomonedas.
Ha subido mucho, ¿cómo sé si es buen momento para entrar?
No se puede saber. Lo que merece la pena preguntarse no es si 2021 es buen momento, sino si el BTC es un buen activo. Para ello lo reduciría a tres puntos:
¿Por qué BTC y no otras?
No hay una respuesta firme a un mercado en fase temprana. Es cierto que el BTC tiene características diferenciales, y la principal es que no está vinculado a ningún proyecto. Otras son su gran capitalización y un número de unidades limitado, por ahora.
Aun así, otras criptomonedas con gran adopción como Ethereum tienen también fortalezas diferenciales, entre ellas la de ser monedas establecidas y no ser BTC, lo que las convierte en buenos candidatos a diversificar.
Si quiero invertir a largo plazo, ¿hay riesgos aparte del riesgo de mercado?
El BTC por ahora se compra y vende en un mercado no regulado. Lo principal es eliminar o minimizar todos los riesgos operativos que conlleva hacer algo así.
Dado que el primer paso es abrir una cuenta en un exchange (el equivalente a un bróker cuando compramos acciones), el riesgo de estafa es el principal. A esto hay que añadir los costes de transacción, las plataformas inestables, los sistemas de almacenamiento primitivos, y el principal, que es el hackeo de la plataforma y de nuestra cuenta.
Finalmente, hay un riesgo tecnológico: Los ordenadores cuánticos supondrán un arma de primer orden para los hackers, así que las plataformas y algunas criptomonedas tendrán que seguirles el ritmo para que no colapse el principal pilar del blockchain, que es la inviolabilidad.
¿Cómo podríamos reducir los riesgos de mercado?
Mi opción ideal sería un ETF diversificado con exposición a las principales criptomonedas, algo que hoy por hoy queda lejos. ¿Por qué? Porque la capitalización está muy concentrada aún como para poder diversificar.
¿Es un mercado sólido?
Aparte de los riesgos operativos anteriores, y pese a que el BTC (y las criptomonedas en general) se han vendido como la rebelión de “los pequeños ante los grandes”, es justo lo contrario: un mercado concentrado y muy fácil de manipular (demostrada ya una de esas manipulaciones en 2017). Estos son los hechos.
Por ello hay que asumir que estamos permanentemente en situación de inferioridad frente a manipulaciones y sin organismo regulador que las controle, algo que simplemente hay que tener en cuenta al invertir.
En resumen: lo que nadie quiere oír
Si nos hemos interesado por el BTC a raíz de sus recientes subidas, planteémonos si estamos invirtiendo o apostando.
Si es una apuesta, recordemos que difícilmente podremos reclamar nuestro dinero si algo saliera mal, y busquemos plataformas de confianza. Dicho lo cual, hemos de plantearnos honestamente qué haremos si ganamos un 50%, pero también qué haremos si perdemos un 50%. Si vendemos ganando, jamás veremos rentabilidades asombrosas. Si vendemos perdiendo, tampoco.
Y si es una inversión, como cualquier inversión nos requiere establecer unas reglas para entrar y para salir. Posiblemente el factor a favor que tienen los BTC sea su carácter decano, que le dirigirá un pequeño porcentaje de muchas carteras de inversión.
Dicho lo cual, ¿cuántas compañías tienen el mismo potencial (o mayor) que tiene el BTC? Hay un gran número de compañías que han tenido desarrollos fulgurantes los últimos años, y muchas otras que lo tendrán. Y todas nos exigirán soportar caídas del 50% y subidas del 50% para poder desarrollar todo su potencial. Un día hablaremos de ello, pero no es necesario buscar 'el próximo Amazon' (que probablemente es Amazon).
Alejandro Martínez es socio director de inversiones y cofundador de EFE & ENE Multifamily Office
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