Hace referencia al efecto de la reinversión de los beneficios y su efecto acumulativo sobre las rentabilidades futuras como bien lo explica el analista de fondos de inversión de Kau Markets
VALÈNCIA. Todo inversor ha escuchado alguna vez hablar del interés compuesto -así como los beneficios que aportar para la inversión a largo plazo- pero no todos tienen claro su impacto real, pese a entender el concepto. En este post quiero comentar en detalle qué es, sus beneficios a largo plazo y al final compartiré una herramienta para calcular el patrimonio que podríamos tener a largo plazo gracias a su efecto. Pero, ¿qué es el interés compuesto? El interés compuesto hace referencia al efecto de la reinversión de los beneficios y su efecto acumulativo sobre las rentabilidades futuras. Esto, que puede parecer poco intuitivo de primeras, se ve con el siguiente ejemplo.
Imaginemos que tenemos 100.000 euros invertidos en un fondo de inversión y dicho fondo sube un 10% a lo largo del año, lo que supondrá 10.000 euros de beneficio. El resultado final será que nuestra inversión será de 110.000 euros con los que afrontaremos el siguiente año.
Ahora supongamos que no retiramos el capital y el siguiente obtenemos otro 10% de beneficio. Nuestro saldo final será de 121.000 euros lo que significa un beneficio de 11.000 euros con el mismo rendimiento que el año anterior. Esto se debe a la reinversión de los beneficios que gracias al efecto del interés compuesto nos hace ganar 1.000 € más, lo que supone un 1% extra de rendimiento sobre el capital inicial.
Esto es únicamente con un año de efecto, cosa que se multiplica con los años hasta hacer un efecto palanca enorme sobre nuestra cartera. Una cartera con un rendimiento promedio del 10% durante 10 años que no reinvierta los beneficios tendrá un patrimonio final de 200.000 euros. mientras que una cartera que lo reinvierta tendrá 259.000 euros.
Pero, ¿y si lo tiramos a 15 años? A 15 años el patrimonio final sin reinversión será 250.000 euros, mientras que si lo reinvertimos pasa a ser de 417.000 euros. Aquí ya se empieza a ver el efecto del interés compuesto pero… ¿y a 20 años? Pues el patrimonio final sin reinversión será de 300.000 euros y con reinversión pasa a 672.000 euros. Como se puede ver la diferencia respecto a no reinvertir es de 372.000 euros, es decir, más del doble de rendimiento.
Sobre el efecto del interés compuesto y conocer qué patrimonio podríamos tener a largo plazo influyen los siguientes factores:
Estas variables determinan nuestro patrimonio a largo plazo siendo, curiosamente, el capital inicial el dato menos relevante en la mayoría de los casos. Pero, ¿cómo calcular el efecto del interés compuesto? Existe una web muy útil para realizar los cálculos y simulaciones llamada Compound Interest Calculator que animo a utilizar. Sirve tanto para comprobar el efecto a largo plazo como para hacer simulaciones de nuestro plan de inversión poniendo los datos necesarios.
Creo que es especialmente útil hacer cálculos teniendo en cuenta los años y las aportaciones mensuales. Lo primero nos permite ser consciente del impacto de los años nos ayuda a mentalizarnos de la importancia de invertir de cara a la jubilación y no para comprar algún capricho. Por otro lado, hacer pruebas con las aportaciones nos muestra el gran impacto que puede tener a largo plazo un pequeño esfuerzo mensual.
Personalmente considero que en la mayoría de los casos la cantidad que aportemos mensualmente es el factor más importante de cara a la construcción de un patrimonio a largo plazo… y por desgracia no es una costumbre que tengan la mayoría de los inversores. La mayoría tiene claro que es un ahorro a largo plazo pero las aportaciones mensuales suelen brillar por su ausencia.
De hecho el ejemplo del interés compuesto se ha tomado sin realizar aportaciones mensuales, así que voy a poner el resultado de una inversión de 100.000 euros, al 10% anual y durante 20 años con aportaciones:
En la web podrá hacer estos cálculos por sí mismo y ver que son ciertos.
Le invito a realizar pruebas 'jugando' con las variables de tipo de interés (lo marca su perfil de riesgo aunque quizá conocer su impacto a largo plazo ayude a modificarlo), inversión regular y número de años para hacer una simulación del patrimonio final que podría obtener.
Al principio cuesta creer que es posible acumular dicho capital a largo plazo pero cuando se digiere la forma de ver la inversión cambia por completo. Todo es cuestión de respetar las variables bajo nuestro control (inversión inicial, tiempo e inversión periódica) y ser realistas con la rentabilidad objetivo, de forma que se ajuste a la realidad y nuestro perfil de riesgo.
Daniel Pérez es analista de fondos de inversión de Kau Markets