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Ecograu Castelló: recuperación de la huerta y venta de agricultura ecológica

En Guía Hedonista queremos ser el único intermediario entre el campo valenciano y el consumidor final. Esta serie es una ventanilla única para conectar lectores con frutas, verduras y plantas aromáticas. Compra directa y de aquí

12/06/2020 - 

Nombre: Ecograu.

Productos: más de 60 variedades de hortalizas y fruta de otros productores ecológicos.

Localización: Grau de Castelló y Cabanes.

Cultivo: ecológico y de recuperación de la huerta de la ciudad de Castelló y su entorno.

Tienda online: sí, a través de un sistema de correo electrónico.

Venta directa: sí, mediante un sistema de cajas modificables.

Tienda física: no.

Reparto a domicilio: sí.

WhatsApp: 645 69 08 81

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¿Quiénes sois?
Ecograu Castelló. Una pareja que no tenía la menor relación con la agricultura. Somos un ex comercial y una abogada, convencidos de que podemos reescribir la relación de la huerta y la alimentación de Castellón.

¿Dónde cultivais?
En el Grau de Castelló y en Cabanes.

¿Qué nos vendéis?
Hortalizas de temporada. También incorporamos fruta a nuestras cajas provenientes de otros productores ecológicos.

¿Solo ecológico y de temporada?
Solo hacemos de temporada. Brócoli, kale y tomate ahora mismo tienen mucha demanda, pero es difícil destacar un cultivo. Según el momento del año, hay una cosa u otra. Ahora mismo, empezando el verano, nuestros clientes están locos por empezar con los primeros tomates. 

¿Cómo son vuestras cajas?
Hacemos una caja de 10 euros con nuestras hortalizas y una de 15 euros en la que añadimos 1,5 o 2 kilos de fruta ecológica que compramos a otros productores. Nuestra idea original era combinar horticultura y fruticultura, pero para la segunda hace falta una extensión de terreno mínima, y si pensamos en no menos de 50 cajas… era imposible. 

¿Es una cuestión económica o de terreno?
En Castelló el acceso a la tierra es casi imposible. La gente no vende a la espera de una recalificación. Los PAI han hecho mucho daño en ese sentido. Estamos rodeados de tierras yermas que podríamos cultivar. Pero nuestros vecinos no nos las venden por la sencilla razón de que creen que vamos a construir. Tampoco le damos más importancia porque hemos superado esa frustración, por así decirlo.

¿Por cierto, quién es vuestro proveedor de fruta ecológica para completar las cajas?
Trabajamos sobre todo con Punt de Sabor.

Ni vosotros ni vuestras familias provenís del campo. ¿Cuál ha sido la singularidad de vuestra cronología?
La cronología se divide en tres etapas. La primera, durante los cinco primeros años, sin que ninguno de los dos pudiera profesionalizarse. Intentándolo, torpemente. A partir del quinto año, conmigo como profesional, pero de una manera muy poco eficiente. Torpe, en ese sentido porque aprendíamos todo con un prueba y error que ahora es difícil de explicar. El año pasado hicimos el curso de agricultura ecológica del CERAI (Centro de Estudios Rurales y de Agricultura Internacional) y ahí cambió todo.

Y empieza la tercera etapa.
La actual, en la cual nos damos cuenta de lo poco productivos que hemos sido. Pero eso ha cambiado, gracias también a gente como Fermín Salcedo de Saifresc, porque nos han abierto las puertas de sus huertas. En Castelló el reto es recuperar una huerta donde ya no queda nadie para explicarte cómo y cuándo. Hace dos generaciones o más que ya solo hay monocultivos y lo que nosotros hacemos, desde la producción profesionalizada, para nuestros padres y abuelos es casi un misterio.

¿Cuántas personas trabajan en Ecograu?
Ahora mismo, cuatro. En el campo y en los otros trabajos que son igual de esenciales: redes sociales, difusión del grupo de WhatsApp, semillas… Ojalá seamos más dentro de un tiempo, porque aspiramos a vivir bien del campo y que las personas que estén con nosotros también estén bien.

¿Cómo os conocen y dónde comprar?
Sobre todo, por el boca a boca. Lo que hemos avanzado o conseguido a través de estar presentes en algún mercado ecológico o feria ha sido mínimo. Por el momento, el Ayuntamiento de Castelló no se anima con un mercado ecológico y en los convencionales no tiene sentido que estemos. Los ecológicos que podrían ser interesantes para nuestra venta están lejos, y no vamos a hacer 60 o 100 quilómetros porque eso iría en contra de nuestra idea de producir para un entorno muy próximo.

¿Quién es vuestro principal comprador?
Particulares de Castelló, el Grau, Benicàssim y otros pueblos. Usamos un grupo de difusión donde está todo el mundo que quiere comprar. El sábado se envía el mensaje (WhatsApp) con todo lo disponible y nos han de contestar el domingo antes de las 18 horas. El martes, mañana y tarde, hacemos el reparto a domicilio. Aunque hay empresas donde nos compran varios clientes y dejamos bolsas con los nombres correspondientes.

¿Qué lleva una caja esta semana (junio 2020), por hacernos una idea?
Patatas, cebolla, puerro, zanahoria, lechuga, calabacín y bajoca. Y de fruta: cerezas y manzanas, que son las últimas golden.

¿Cuál ha sido el mayor reto para recuperar una huerta ecológica en Castelló?
Que no hay agua no tratada para el campo. Es decir, que no hemos podido hacer un cultivo ecológico frutal sin abono químico. Porque ya viene con abono, aunque quizá a un usuario de la red convencional esto le sorprenda. En el agua para riego, aunque hay varios proveedores, el abono va inserto y pensado en el cítrico, en concreto en la clemenules. Nosotros podemos hacer huerta porque en los diferentes campos que tenemos hay pozo propio. Ahora, para hacer frutícola y contar con más agua, para tener más hectáreas, nos hemos tenido que ir a Cabanes (a 27 quilómetros). Eso ha sido un reto, pero también no tener el menor legado de conocimiento agricultor. 

Los que estudian la tierra reconocen que la potencialidad de Castelló para tener una huerta que le autoabastezca es real. Es todo potencial, pero no existe la inquietud. Tampoco desde lo público. Nosotros, a través de grupos de consumo y por nuestro propio crecimiento, vemos que hay muchísimo recorrido. De hecho, no nos preocupa que haya otros productores, porque la demanda es creciente y si nosotros no crecemos más es porque queremos hacerlo bien y con las condiciones adecuadas. En este momento, estamos contentos. Somos más eficientes que nunca, vendemos más cajas que nunca y la fidelidad de los clientes es máxima. Tenemos referentes muy claros, como Saifresc, así que seguimos avanzando por una venta directa al consumidor y solo de temporada, ecológico y desde el concepto consciente de una soberanía alimentaria para la sociedad. En concreto, la de Castelló y la de todas las personas que viven, como mucho, a 15 o 20 minutos de donde están nuestros campos.

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