VILA-REAL (EFE). El Villarreal CF ha cerrado su pretemporada con más dudas que certezas a la espera de jugarse en tres días el segundo título de su historia, ya que el próximo miércoles se medirá en Belfast al Chelsea con la Supercopa de Europa en juego.
El equipo de Unai Emery ha cerrado un verano accidentado, lo que les ha impedido preparar con deseaban el partido de la final de la Supercopa, ya que tuvo que parar su preparación y anular sus dos concentracioness lejos de nuestro país a causa de un brote de Covid, lo que truncó el plan de trabajo.
Fueron cinco jugadores contagiados hace algo más de diez días, por lo que su recuperación y pruebas negativas completas, siguen en duda de cara al viaje del martes a Belfast.
Además, el equipo suma dos bajas seguras por lesión como las de Dani Parejo y Samu Chukwueze, a los que se les deba añadir la posible baja de Capoue y Paco Alcácer, ambos con molestias musculares.
A esa lista de ausencias casi seguras, se les suman las posibles ausencias de Gero Rulli, Francis Coquelin y Moi Gómez, que son también duda para esta final.
En lo deportivo, el equipo ha jugado seis partidos de pretemporada sin conocer la victoria, en los que han sumado tres derrotas y tres empates, en los que ha perdido con el Valencia, Olympique de Marsella y Leicester; y ha empatado con Levante, Olympique de Lyon y Leeds United.
Estos resultados han generado ciertas dudas de cara a la final del miércoles, aunque es verdad que el equipo ha acusado las ausencias, a lo que se ha sumado el no haber podido realizar una pretemporada como esperaban con pocas sesiones de entrenamiento en conjunto y la disputa de dos partidos menos de los que el equipo tenía previsto.
De esta forma, el equipo regresa al trabajo este lunes con la idea de preparar la final de Belfast, pendientes de los jugadores con molestias y de los futbolistas que Emery puede recuperar.