VALÈNCIA. Los partidos que integrarán el Botànic II volvieron a reunirse este domingo. Un encuentro en el que se avanzó significativamente en el contenido del documento programático -el qué- casi hasta el punto de llegar a cerrarlo. No ocurrió lo mismo, sin embargo, con la arquitectura del Ejecutivo -número de consellerias, reparto de competencias entre las fuerzas y el diseño del mestizaje para esta legislatura-, cuyas negociaciones, al menos al cierre de esta edición bien entrada la madrugada, se encontraban en un punto similar en el que estaban al principio del fin de semana.
Era el sexto encuentro en menos de 15 días y las distintas fuerzas se citaron en esta ocasión en la sede de Esquerra Unida. Las formaciones comenzaron abordando la estructura del futuro Consell -el cómo- con intención de cerrar, al menos, el número total de consellerias. Sin embargo, apenas dos horas después del inicio de la reunión los representantes de los partidos decidieron cambiar de tema y pasar a debatir sobre el 'qué'. Estaban atascados.
¿Los motivos? Las discrepancias en torno al equilibrio entre las tres fuerzas dentro del Ejecutivo. De momento, socialistas, valencianistas y morados coinciden en que la estructura que tiene más probabilidades de salir adelante es la que contempla que el PSPV tenga 6 consellerias, Compromís 4 y Unides Podem, 2.
No obstante, existen dos aspectos que no permiten cerrar un acuerdo sobre esta cuestión: la vicepresidencia de los morados y la inclusión, o no, de Ximo Puig en el recuento total de áreas del Ejecutivo. Sobre esto último, los socialistas insisten en que la Presidencia de la Generalitat que ocupará Puig se contabilice fuera de ese reparto de 6-4-2, dado que se prevé un vaciado de competencias considerable respecto a la legislatura anterior en esta área del Ejecutivo. Un hecho que en la práctica supondría que existieran 13 consellerias (7-4-2). Compromís y Unides Podem, por su parte, se niegan en rotundo a que se efectúe esta división. Advierten que en ese caso, el PSPV tendría una mayoría absoluta sobre el resto de fuerzas y, por tanto, sus votos serían innecesarios en cualquier decisión que quisiera adoptar el Consell.
Con este escenario, también la vicepresidencia de Unides Podem-EUPV se tambalearía. Compromís aceptó la semana pasada -el PSPV también daba su beneplácito inicialmente- que la coalición que lidera Rubén Martínez Dalmau pudiera ostentar una vicepresidencia segunda dentro del Ejecutivo valenciano. Ahora bien, para ello los valencianistas deberían contar en el reparto con cinco consellerias, la misma cantidad que ya tuvieron en la legislatura anterior. Una cifra que, sin embargo, contribuye a un número total de consellerías que los morados consideran excesivo dado que el reparto quedaría en un 7-5-2 y esto modelaría un gobierno de 14 departamentos -15 contando a Puig-. Por el contrario, con el esqueleto de 6-4-2, la coalición de Mónica Oltra no está dispuesta a secundar una vicepresidencia segunda para Unides Podem.
En este sentido, distintas fuentes consultadas apuntaban a que la formación morada apostaba en la reunión de este domingo por ostentar la cartera de Vivienda y Urbanismo/Obras Públicas, si bien al cierre de esta edición no se había aclarado la aceptación o no de esta posibilidad.
Donde sí se prosperó en la jornada de este domingo fue en los ejes del programa. Las patas del Botànic II lograron casi cerrar un acuerdo sobre el contenido de los seis puntos que conforman el documento marco que sellarán antes del 12 de junio -jornada en la que tendrá lugar el pleno de investidura de Puig como president de la Generalitat-: Feminismos; Cambio Climático y Transición Ecológica; Servicios Públicos; Modelo Productivo; Empleo; y Fiscalidad.
Sin embargo, hubo una discrepancia en el contenido de PSPV y Compromís que no fue nada trivial. Mientras los primeros pretenden crear un Instituto de la Mujer, los segundos prefieren mantener esta área como una Dirección General, tal y como ha estado en este mandato con la socialista María Such al frente del departamento. Un punto de fricción que no lograron resolver y que los partidos pactaron finalmente que abordarán una vez esté definido el 'cómo' -estructura del Consell- y el 'quién' -la persona (y por ende el partido) que se encuentre a los mandos-.
Por lo que respecta al apartado de fiscalidad, el que se presentaba más complejo de negociar por las altas expectativas de Unides Podem -pues quería implantar hasta cuatro tasas: turística, azúcar, residuos y viviendas vacías-, logró cerrarse, si bien las fuentes de la negociación consultadas por este diario no terminaron de aclarar el grado de concreción y aplicación de estas propuestas.