CASTELLÓ. Al día siguiente de ascender a Segunda División, el técnico del Castellón, Óscar Cano, explicó que el capítulo de refuerzos para el curso 2020/21 iba a estar condicionado por las restricciones económicas, lo que obligaba al club albinegro a recurrir a las cesiones para mejorar su plantilla.
Sin embargo, el club de la Plana ha obtenido muchas adquisiciones en propiedad, algunas de jugadores ya consagrados en el fútbol profesional. El conjunto orellut, que ha estado especialmente activo en el mercado, ha firmado hasta el momento a nueve jugadores con contratos de dos o tres años, mientras que solo uno ha llegado a la entidad en calidad de cedido, en una prueba de la habilidad que ha tenido la dirección deportiva para encontrar futbolistas libres que respondieran a los perfiles exigidos y que no estuvieran en la órbita de equipos con más caudal económico.
Los jugadores por los que el Castellón ha apostado a presente y futuro son Jesús Carrillo, Marc Mateu, Iago Indias, Álvaro Fidalgo, Gus Ledes, Jordi Sánchez, Guilem Jaime, Óscar Whalley y Paolo Fernandes. Este último, que llega como una de las incorporaciones estrella para esta temporada, apuntaba a jugar como cedido, pero finalmente el Castellón se ha hecho con él en propiedad y le ha fichado por tres temporadas después de que haya rescindido con el Manchester City.
El único que ha llegado a título de préstamo es Josep Señé. Salvo este futbolista, que pertenece al Mallorca, los demás jugadores han firmado como albinegros tras cumplir contrato o rescindir el que tenían con sus anteriores clubes. Ninguno ha requerido coste alguno por traspaso.
Así pues, el Castellón no solo ha logrado perfilar su plantilla antes de que empiece la liga -faltan un par de retoques para cerrar definitivamente ese capítulo-, sino que ha asegurado la continuidad de sus fichajes por varias temporadas o, en su defecto, una garantía económica en caso de que otros clubes traten de hacerse con sus servicios.