VALÈNCIA. El Congreso de los Diputados rechazó este jueves por segunda vez la investidura del candidato del PSOE, Pedro Sánchez, a la Presidencia del Gobierno. Sánchez necesitaba mayoría simple, más síes que noes. El resultado de la votación fue 124 votos a favor, 155 en contra y 67 abstenciones.
Sánchez obtuvo el sí de los 123 diputados del PSOE y el diputado del Partido Regionalista de Cantabria. Los diputados de Unidas Podemos (42) se abstuvieron, igual que los de ERC (14), PNV (6), Bildu (4) y el diputado de Compromís, Joan Baldoví.
En contra votaron los diputados de PP (66), Ciudadanos (57), Vox (24), Junts per Catalunya (4), Navarra Suma (2) y Coalición Canaria (2).
Los grupos aún tienen dos meses para negociar, ya que la ley establece que la convocatoria automática de elecciones por falta de acuerdo se producirá dos meses después de la primera votación, es decir, el 23 de septiembre. Aunque Sánchez anunció que no volvería a postularse si fracasaba en este primer intento, nada impide que en estos casi dos meses PSOE y Unidas Podemos retomen las negociaciones y el candidato socialista acepte volver a ser propuesto por el Rey y se someta a un segundo debate de investidura. Si no fuera así, las elecciones se celebrarían el 10 de noviembre.
En eso estamos, de investidura en investidura, una fallida, otra presumiblemente efectiva, con la amnistía por medio que algunos han querido orillar; es decir, sesión en el Parlamento en la que poco se ha hablado de lo que le interesa a los ciudadanos. Demasiado ruido, postureo y estrategia oportunista y de trampantojo. Y falta de respeto a las instituciones que ya empieza a ser un clásico.