VALÈNCIA. La Generalitat Valenciana y la patronal autonómica (CEV) rechazan la confrontación y restan importancia al anuncio del Gobierno sobre una planta de baterías en tierras catalanas. Un proyecto que ha levantado ampollas en diferentes autonomías con proyectos similares al que apoya el Ejecutivo central, en consorcio con Seat-Volkswagen e Iberdrola, y que será, además, el primero de los Proyectos Estratégicos para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE) del Gobierno.
Aunque sin detallar la ubicación exacta, la ministra de Industria, Reyes Maroto, sí desveló que la instalación se ubicará "cerca" de la planta que Seat tiene en Martorell, en Barcelona. Una apuesta que deja en el aire las pretensiones de algunas autonomías de implantar una planta de estas características en sus territorios. Así, Galicia, Navarra, Aragón o Extremadura mostraron su malestar por esta decisión. “Tenemos diez comunidades autónomas en España que tienen fabricantes y, por lo tanto, podrían y podemos estar en condiciones de optar a un proyecto de estas características”, señaló el vicepresidente segundo de la Xunta de Galicia, Francisco Conde.
La Comunitat Valenciana también cuenta con su propia iniciativa de 'gigafactoría' de baterías, encabezada por Power Electronics en alianza con otras 22 compañías y el apoyo de la Generalitat. De hecho, desde que se hicieran públicos los planes del Gobierno, desde el Consell se ha intentado minimizar el posible impacto de esta decisión en el proyecto valenciano, defendiendo que la 'gigafactoría' valenciana va "más allá de la automoción".
Una diferencia sobre la que volvió a insistir este miércoles el presidente de la Generalitat, Ximo Puig. La patronal autonómica valenciana fue más allá, al señalar que "la competencia es sana" y que podría haber una interrelación entre diferentes factorías. Un mensaje dirigido a rebajar la tensión e incluso a no dar por perdidas las aspiraciones de un proyecto con sello valenciano en el que durante más de dos años están trabajando las empresas.
En rueda de prensa este miércoles, el presidente de la CEV, Salvador Navarro, señaló que la futura fábrica de baterías "no necesariamente tiene que estar en un territorio único", dado que "las empresas están acostumbradas, por la globalización del mercado, a trabajar en paralelo con otras empresas y competidores".
No obstante, sí mostró su apoyo a la iniciativa valenciana que, frente a las demás propuestas, "va más allá de la automación y tiene más recorrido", subrayó. "Los fondos europeos tienen que llegar primero a España y luego, como se suele decir, la competencia es sana", valoró.
Por su parte, el 'president' de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, explicó que ahora se ha abierto "un espacio de participación de empresas y proyectos en distintos ámbitos" y una de las temáticas que más apoyos suscita es la generación de gigafactorías y el almacenamiento de energía. Y, dentro de ese nuevo escenario, mostró su "confianza absoluta" en que el proyecto que lidera Power Electronics "es potente y nace de la propia fortaleza de la empresa".
"Este proyecto es bastante diferente al de otras gigafactorías, porque participan diferentes empresas y la conexión directa con el automóvil está más reducida que en otros proyectos", reivindicó el 'president'. En este sentido, resaltó que el Consell continuará dándole su apoyo.
El presidente de Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), Antonio Garamendi, manifestó que no tiene por qué haber una sola fábrica de baterías para coches eléctricos, sino que "podría haber una, dos o tres", dado que se enmarcan dentro de "macroproyectos" que aspiran a obtener fondos europeos. Además, destacó que la presentación de varias iniciativas evidencia que "la economía funciona, porque hay competencia".
Según el líder de la patronal española, los fondos europeos "son para el estado español, para 'macroproyectos' que en muchos casos son transversales". Así, "la fábrica de baterías viene por un macroproyecto de construcción de coches eléctricos pero podría haber más proyectos", señaló.
La 'gigafactoría' de baterías es una de las dos propuestas que forman parte de la Alianza Valenciana por las Baterías, un consorcio de 23 firmas valencianas que busca impulsar las nuevas formas de movilidad, no solo terrestres, sino también marítimas y ferroviarias. La previsión es una inversión superior a los 2.000 millones, la creación de 30.000 puestos de trabajo y la aportación al crecimiento del PIB valenciano de 2.500 millones anuales.
Forman parte importantes compañías, como Ford, Stadler, Iberdrola, Zeleros, UBE, Idom, Ampere Energy, Nutai, Astondoa, Grupo Segura, Endurance, Grupo Gimeno, Itera, Mettecno 2.000 o Witrac. También participan universidades, institutos de investigación y la propia Generalitat.