MADRID. El Banco Sabadell deja atrás definitivamente la herencia de la crisis del ladrillo y los quebraderos de cabeza de la integración del TSB británico. A costa del beneficio del ejercicio 2018, que ha caído más de la mitad respecto a 2017 (un 56%, hasta 328,1 millones), la entidad que preside Josep Oliu da por cerrada definitivamente una etapa complicada ("ya es historia") para centrarse en afrontar el que consideran el próximo reto: la transformación digital del banco, con las fintech y las BigTech como principal preocupación. El banco ha sacrificado así su beneficio (sin los costes extraordinarios de 637 millones habría crecido un 9%) para dar portazo a una etapa y empezar otra.
Los problemas de TSB, obviamente, no estaban previstos (el banco esperaba culminar la migración un año antes, y desde luego no esperaba los fallos tecnológicos del pasado verano), y han supuesto 460 millones de costes extraordinarios (339 ocasionados por la migración, que más o menos podían preverse, y 121 por los problemas posteriores), pero lo que sí buscaba el banco y ha logrado ha sido reducir sustancialmente su exposición al ladrillo, el otro motivo de facturas imprevistas contra el benefcio: actualmente, quedan 7.300 millones de activos problemáticos, tras reducir 7.800 millones este año. El coste de las provisiones extraordinarias ha sido de 177 millones.
La 'limpieza' de ladrillo ha mejorado incluso las previsiones del plan estratégico 2020, según ha destacado Oliu, que preveía alcanzar el actual nivel de exposición dentro de dos años (en realidad, el objetivo era estar por debajo de los 9.000 millones en ese horizonte). "Ahora tenemos una exposición que puede considerarse normal, hemos superado completamente las consecuencias de la crisis inmobiliaria". Un 'adiós' que, según ha destacado Oliu, permitirá al banco "centrarse exclusivamente en el negocio bancario y en la transformación digital".
En cuanto al TSB, el consejero delegado del banco, Jaime Guardiola, ha destacado que, pese a los costes acarreados este año, los problemas están definitivamente resueltos y esperan una normalización comercial de su filial británica (cuya nueva CEO, Debbie Crosbie, se incorporará en el segundo trimestre del año), sin más "costes extraordinarios". "Las reclamaciones en el TSB ya son las normales de la práctica bancaria, no relacionadas con la migración: hemos atendido el 90% de las 200.000 quejas que llegaron por esta cuestión", ha subrayado.
Así las cosas, el Sabadell se prepara para sacar rendimiento a la costosa integración del TSB, que cuenta con una plataforma tecnológica de última generación sin competencia en el mercado británico. "Esperábamos que fuera un paseo militar y ha sido una dura batalla, pero la hemos ganado", ha dicho Oliu. Tan satisfecho está el Sabadell con su filial que el presidente del banco ha descartado, a preguntas de los medios, que estudie una venta o fusión, incluso con el Brexit a la vuelta de la esquina. "En dos o tres años no podremos consolidarnos en Inglaterra, pero la nueva plataforma hará que al final se consiga", ha asegurado.
En las cuestiones puramente bancarias, el Sabadell ha mejorado tanto en comisiones (11,3%) como en margen de intereses (1,1%), y gana cuota de mercado en casi todos los parámetros excepto en los fondos de inversión. En crédito a empresas alcanza el 11,6% de cuota de mercado, con un 52% de penetración en pymes, y roza el 5,5% de cuota entre particulares (un dato que es mucho más elevado en Alicante, obviamente). En fondos de inversión, la cuota de mercado pasa del 6,25% al 6,19%, pero Guardiola le ha restado importancia: "Depende mucho de acertar con el producto, de la competencia..."