VILA-REAL. (EFE). El Villarreal CF cumplirá este miércoles un mes sin competir y casi poco más de tres semanas sin entrenar en grupo, lo que supone que los castellonenses se acerquen ya al que seria un periodo de inactividad oficial parecido al veraniego como consecuencia del estado de alarma decretado por la crisis sanitaria por el coronavirus.
El equipo que entrena Javier Calleja jugó su último partido el pasado ocho de marzo, con una derrota en casa frente al Leganés por un gol a dos, un partido que supuso un paso atrás en la pelea por alcanzar las plazas europeas, además de certificar una de las peores rachas de la temporada, al sumar con la misma la tercera derrota consecutiva de la campaña.
Por ello, al equipo amarillo esta situación le ha llegado en un momento crucial y con las peores sensaciones de la temporada después de que los castellonenses hubieran sido capaces de meterse en plazas europeas, aunque las derrotas del último mes le estaban alejando del objetivo.
El equipo afrontaba en este mes en el que no se ha competido un calendario clave, ya que se enfrentaba a Celta de Vigo fuera, Mallorca en casa y Granada a domicilio, partidos en los que era obligatorio reaccionar.
En el capítulo de entrenamientos, el equipo de Javi Calleja trabajó una semana más tras la última jornada liguera, ya que se ejercitaron hasta el viernes 13 de marzo, con la idea de jugar ese fin de semana el partido frente al Celta de Vigo.
Tras esa semana de trabajo, el equipo decretó tres días de descanso, a la espera de ver como evolucionaba la crisis del coronavirus, ya que el club castellonense fue de los últimos que anunciaba que dejaba de entrenar y su ciudad deportiva cerró definitivamente sus puertas el 17 de marzo.