VILA-REAL. La historia le debía una final al Villarreal. Y la logró, con muchos nervios, pero lo importante es que el conjunto de la Plana ya tiene su billete a Gdansk. Los groguets supieron sufrir durante la segunda mitad todos los intentos del Arsenal y lograron hacer bueno el 2-1 de La Cerámica.
Con ello, el Submarino amarillo se desprende por fin de la espina que llevaba clavada desde 2006, en aquella semifinal de ingrato recuerdo, y que se hizo más grande en 2009 cuando de nuevo el Arsenal impidió al Villarreal progresar en Europa. Qué bien sabe la revancha cuando es merecida.
Salió a la ofensiva Arteta alineando un once que no escondía sus intenciones de ir a por el partido. Finalmente recuperó a Tierney a última hora para ocupar el lateral izquierdo donde no tenía recambio natural, mientras que Emery no sorprendió y dio entrada a Mario por Foyth y a Coquelin por Capoue para solventar las dos bajas arrastradas desde el encuentro de ida.
Se había hablado de la importancia de marcar un gol, y no tardó nada en avisar el conjunto de la Plana. A los cinco minutos Chukwueze probó fortuna desde la esquina del área para testear al portero del Arsenal, que desvió el tiro, demasiado centrado, a saque de esquina. Los de Emery no estaban dispuestos a limitarse a defender el resultado de la ida y presionaban la salida de balón en campo rival en busca de ese error que les permitiese pillar descolocada a la zaga gunner.
El Villarreal tenía muy claro a lo que quería jugar y prueba de ello fue su continua presión y su buena colocación. No quería sustos, no quería que el Arsenal pudiera tocar en tres cuartos de campo, donde tenía a sus jugadores más peligrosos, y los acercamientos del conjunto inglés siempre acababan con centros laterales que daban ventaja a Albiol y Pau ante Aubameyang. Pero precisamente en uno de esos intentos llegó la primera ocasión de los británicos. La pelota le cayó al delantero gabonés, recuperado para la ocasión, y su disparo se marchó fuera tras golpear en la base del poste.
Justo después del primer acercamiento inglés llegó la primera mala noticia para Emery. Chukwueze, que estaba siendo de los más activos en el ataque groguet, se tiró al césped para pedir el cambio por una lesión muscular y Yéremi, autor del gol que dio la victoria frente al Getafe, salió en su lugar. Protagonista en una semifinal europea con 19 años.
El cambio pareció darle fuerzas al Arsenal, que empezó a sentirse cómodo con el balón en los pies, pero no lograba salir de su propio campo porque el Villarreal seguía muy atento para cerrar todos los huecos y espacios. El miedo de ambos equipos a cometer errores, decisivos en estos partidos, fue el principal protagonista de una primera parte que acabó tal y como había empezado.
El guion cambió completamente la segunda parte. El Arsenal, sabedor de que un gol le metía en la final, fue a por todas y adelantó líneas tanto ofensiva como defensivamente. Enseguida perdonó en dos ocasiones muy claras. Primero Pépé, a pase de Tierney, y luego Smith Rowe, en una mala salida de Rulli, que ya había tenido dudas en alguna jugada de la primera mitad, no encontraron el marco defendido por el argentino.
Con el Arsenal volcado al ataque, con mucha distancia entre Thomas Partey, situado como único jugador de contención en la medular, y los hombres de ataque, el Villarreal pudo encontrar ese gol que les diera tranquilidad. La presión a Thomas surtió efecto, pero Gerard, a quien se le hizo de noche, disparó muy tímidamente a las manos de Leno.
El Submarino consiguió aguantar el tirón inicial del Arsenal y poco a poco fue encontrando su juego de siempre, manejando la posesión y controlando el juego, aunque sin perder de vista lo que pudieran hacer los londinenses en cualquier jugada. Pero ese control no duró demasiado, porque los de Arteta enseguida volvieron a la carga y a través de Holding, con sendos testarazos que no vieron puerta, advirtieron de nuevo a Rulli.
El asedio inglés no cesó ya en lo que quedaba de choque. A diez minutos del final, Bellerín conectó un gran centro con Aubameyang, que de nuevo observó cómo el balón acababa golpeando en el poste, con lo que su intento por remontar la eliminatoria quedaba lastrado de nuevo. Empezaba la cuenta atrás en la que el Villarreal estaba dispuesto a sufrir.
Arteta no dudó en poner toda la carne en el asador e introdujo a Lacazette, ya recuperado de su lesión, y Willian para agotar sus opciones. Y los cambios obligaron al Villarreal a dar un pasito atrás y encerrarse en el área para no encajar gol. Y así fue. El sufrimiento de la segunda mitad dio sus frutos y el Villarreal, de forma merecida en el global de la eliminatoria, consiguió, a la quinta oportunidad, clasificarse para una final europea. El próximo 26 de mayo, en la ciudad polaca de Gdansk, se medirá al Manchester United, que se clasificó tras perder 3-2 en Roma gracias a su espectacular triunfo en la ida.
Ficha técnica:
Arsenal FC: Leno; Bellerín (Nketiah, m.90), Holding, Marí, Tierney (Willian, m. 79); Smith Rowe, Partey, Odegaard (Martinelli, m. 65), Saka; Pépé, Aubameyang (Lacazette, m. 79).
Villarreal CF: Rulli; Mario, Albiol, Torres, Pedraza (Alberto Moreno, m. 90); Chukwueze (Pino, m. 29) (Moi Gómez, m.90), Parejo, Coquelin, Trigueros; Gerard Moreno, Alcácer (Bacca, m. 71).
Árbitro: Slavko Vincic (Eslovenia). Amonestó a Marí y a Nketiah por parte del Arsenal y a Pino por parte del Villarreal.