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El cambio climático pone en riesgo el comercio de críticos, viña y olivo, según un estudio de la UJI

22/05/2019 - 

CASTELLÓ. (EP). El cambio climático pone en riesgo la viabilidad comercial a medio plazo de los cítricos, la vid y el olivo. Un estudio del grupo de investigación en Ecofisiología y Biotecnología de la Universitat Jaume I de Castelló (UJI) -elaborado en colaboración con científicos de Francia, Grecia y Reino Unido- advierte que los efectos del calentamiento global reducirán la productividad de estas tres especies de frutales tradicionales e icónicos de la cuenca mediterránea.

Las conclusiones de este trabajo de revisión se han publicado en la revista Frontiers in Plant Science, según ha informado la UJI en un comunicado.

El profesor del Departamento de Ciencias Agrarias y del Medio Natural Vicente Arbona, coordinador de este estudio y también miembro del Seminario Interdisciplinario de Investigación en Cambio Climático de la UJI, argumenta que este fenómeno "provocará no sólo un descenso de la productividad de especies icónicas como los cítricos, la vid o el olivo, sino que el incremento de las temperaturas o el déficit hídrico también reducirán su competitividad comercial".

Además, las variaciones previstas en el territorio de Castellón, la Comunitat Valenciana y el ámbito mediterráneo en su conjunto, "especialmente vulnerable", afectarán a la fenología de estos frutales, "alterando sus patrones para brotar, florecer, dar y madurar la fruta".

En cuanto a la calidad de la fruta, en los cítricos, las temperaturas elevadas alteran el equilibrio entre azúcares y ácidos, dando lugar a frutos sin su característico toque acídico, "como se observa en aquellos procedentes de regiones tropicales", según los investigadores de la UJI.

En el olivo, el impacto puede ser "más dramático", en opinión de los expertos, ya que si bien se trata de un cultivo muy bien adaptado a las condiciones mediterráneas, la acción combinada de la falta de lluvia y los elevados valores térmicos en otoño y principios de primavera "determina el período de floración y su intensidad". De hecho, "la floración de esta especie se puede avanzar hasta 17 días a la vez que reducirse el porcentaje de cuajado de fruto y, por tanto, de producción", comentan desde el grupo de Ecofisiología y Biotecnología.

Estas alteraciones durante el período en que brotan o florecen incidirán de diferente manera en los insectos polinizadores: tanto es así, que puede producirse "una desincronización entre los ciclos de unos y otros, como ya se ha observado entre algunas especies herbáceas y sus polinizadores naturales, los zánganos, con su consiguiente efecto en la productividad de los frutales", matiza Arbona.

Herramientas de la biotecnología 

El autor principal del trabajo, Carlos de Olla, subraya que las perspectivas de variación climática en la cuenca mediterránea y su impacto en la agricultura "muestran la relevancia de la biotecnología como disciplina fundamental en la producción de frutales con mejores características que les permiten mantener e, incluso, mejorar, su productividad y su calidad".

"Los proyectos de secuenciación del genoma de estas especies de frutales han permitido acelerar el proceso de selección de variantes y acortar el tiempo necesario para obtener nuevas variedades mediante estrategias de mejora genética clásica, con lo que se ha convertido en un área prioritaria en investigación agraria", añade el científico.

El trabajo liderado por la UJI muestra también la importancia de las técnicas denominadas ómicas como herramientas "fundamentales" para el estudio de la variabilidad vegetal y de los mecanismos de respuesta a estreses ambientales.

Por ejemplo, estas herramientas, como afirma Vicente Arbona, "nos ayudan a averiguar las interacciones que, a escala molecular, controlan estas respuestas y a correlacionar las variaciones genéticas y metabólicas con un determinado comportamiento o fenotipo para identificar reguladores clave, susceptibles de mejora biotecnológica de las especies agrícolas".

Por otra parte, el grupo de investigación en Ecofisiología y Biotecnología ha participado recientemente en un estudio que ha revelado cómo la biodiversidad agraria es una herramienta "efectiva" para combatir las plagas y los efectos del cambio climático en los cultivos. Los resultados del trabajo demostraban que la conservación de variedades tradicionales mejora los efectos del déficit hídrico y los daños provocados por la araña roja.

Estos científicos también fueron pioneros en analizar el impacto conjunto de dos estreses fundamentales vinculados con el cambio climático sobre el cultivo de cítricos: la sequía y el calor, con el objetivo de avanzar en la formulación de herramientas para afrontar el calentamiento global.

El estudio profundizó sobre estos parámetros y la regulación hormonal en los dos patrones más comunes utilizados en citricultura, el pie Citrange Carrizo y el mandarino Cleopatra. Y concluyó que el primero -el empleado en la mayor parte de las variedades citrícolas cultivadas en el campo valenciano- parece ser más tolerante a la combinación de sequía y calor.

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