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El coaching familiar para resolver problemas en casa

Pilar García, coach de ‘Soluciones en Conflictos’, destaca la importancia del coaching familiar para resolver conflictos.

22/02/2020 - 

VALÈNCIA. Hace unos años arrancó la figura del coach (entrenador en inglés) en el mundo deportivo para, posteriormente, hacerlo en el mundo laboral. Ahora, y gracias a su éxito en ambos ámbitos, irrumpe con fuerza para tratar los problemas personales y de pareja. De hecho, Pilar García, coach de ‘Soluciones en Conflictos’, destaca las bondades del coaching familiar para resolver conflictos y favorecer el desarrollo de cada uno de los miembros de la familia, así como de la familia como sistema. “El coaching arranca en los años setenta en el mundo del deporte y más tarde irrumpe en el mundo laboral de tal manera que, en la actualidad, está presente en toda gran empresa”, detalla resaltando la utilidad de aplicar todas estas técnicas al mundo familiar. 

Preguntada sobre las diferencias entre la psicología y el coaching, Pilar García especifica que la psicología trata el pasado, las carencias, los traumas y la falta de salud desde un modo generalista; es decir, una vez realizado el diagnóstico, se establece un tratamiento estándar. Por su parte, el coaching “enfoca el desarrollo y la solución de conflictos desde el presente y el futuro, desde las cualidades de una persona; sus aspectos positivos en personas sanas. Además, lo hace de forma individual, partiendo de la base de que cada persona interpreta la realidad de una manera particular y de acuerdo a sus valores heredados y adquiridos mediante sus experiencias personales —y subraya—: “las soluciones que encuentre también serán personales”. 

Dicho esto, ¿por qué se plantea ahora y no en generaciones anteriores? La coach lo tiene claro: “en generaciones anteriores la sociedad ‘remaba’ en la misma dirección que la familia, el entorno era más normalizado, más homogéneo y mucho más sencillo. Actualmente, los menores viven en un mundo donde reciben una media de 2.000 estímulos publicitarios, que en la mayoría de los casos transmiten valores contrarios a los valores recibidos en otros entornos, acceso a información falsa o incompleta, además de inadecuada para su edad. Esto los convierte en seres muy vulnerables”.

Pilar García matiza que pese a esa vulnerabilidad, los menores y adolescentes son flexibles y adaptativos, lo que les convierte en “individuos ideales para aplicar técnicas de desarrollo personal puesto que están más abiertos al cambio para la adaptación”. Esto, expresa, se debe a que ante cualquier situación o conflicto, el adulto tiene la oportunidad de influir positivamente en la evolución del menor hacia su autonomía y, ésta, es la tarea principal de cada adulto: “acompañar al menor para que se lance a sus propios objetivos”.   

Asimismo, subraya que la buena voluntad no es suficiente pues se requiere de una preparación para este acompañamiento. Es por ello que Pilar García, como coach de familia, ayuda a tomar conciencia y a resolver cuestiones tan habituales de los padres como ¿sabré cuándo le estoy ayudando a crecer? ¿Cuándo lo estoy frenando?, ¿Cuándo lo estoy malcriando?,¿Cuándo me estoy pasando de duro?, ¿Lo voy a perder?,¿Cómo me voy a sentir cómodo/a en el papel de madre / padre?¿Será manipulado por los demás?,¿Cómo podré ayudarle en el tema sexual, para que no comenta errores graves? 


Unas preguntas que Pilar García argumenta que los padres intentan resolver a través de sus referentes familiares o prestando atención a los mensajes de su entorno, que no terminan de convencerles y que en ocasiones son contradictorios. “La solución reside en encontrar el propio camino, el camino de su propia familia de acuerdo a lo que cada uno de los miembros necesita por lo que cada familia tendrá unos valores propios y diferentes a los de la familia en la que los padres crecieron”, comenta Pilar enfatizando que “cada familia debe crear sus propios modos y hábitos sin dejarse influir por el entorno”.  

Pilar García llama a la tranquilidad a los padres pues es consciente de que se equivocarán en más de una ocasión. Sin embargo destaca que, como “conviven con los hijos y les profesan un amor incondicional y, al mismo tiempo, una vez preparados, saben qué pautas generales seguir. Deberán insistir y nunca, nunca tirar la toalla”. Es por ello, que mediante las sesiones y la formación complementaria, Pilar García les da las herramientas necesarias para que sean conscientes en qué punto o momento se equivocaron y, así, reencauzar la relación de nuevo. 

Un coaching familiar centrado en la infancia y adolescencia 

El bagaje de Pilar García en el mundo de la empresa —comercio exterior, calidad, negocios propios— le permitió conocer de qué manera actúa el sistema sobre los elementos que lo componen y viceversa, la influencia de la inteligencia emocional sobre la capacidad intelectual y la necesidad de la filosofía de la mejora continua, la adaptación constante… Con el tiempo, Pilar entendió la oportunidad de aplicar estos enfoques a todos los ámbitos de la vida, incluida la familia y las etapas vitales más delicadas del ser humano —la infancia y la adolescencia, colectivos con los que tiene una gran empatía— y decidió formarse en Programación Neurolingüística (PNL), Inteligencia emocional, Coaching, mediación de conflictos, bullying, neuropsicología… “amplié los principios básicos para el desarrollo, personal o familiar, planteando un sistema de trabajo que comienza con la autoconciencia y la conciencia en general a través de la técnica del coaching, complementándolo con la entrega de documentación —en formato escrito o audio— sobre todas las materias involucradas en el comportamiento para que se produzca el verdadero aprendizaje; el verdadero crecimiento”. Igualmente, subraya que “estas dos bases son comunes a todos los procesos, aunque después y en base al tipo de trabajo a realizar, se complementarán con otra serie de elementos, de entrenamiento, relajación…”.

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