CASTELLÓ. El verano es tradicionalmente la época más complicada para los paraísos forestales de la provincia en lo que a incendios se refiere. Para luchar contra la amenaza del fuego, la Conselleria de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica ha licitado la construcción de cinco depósitos para la extinción de incendios forestales en otros tantos municipios de Castellón, que se espera estén preparados para la primavera de 2021. Para ello, la inversión prevista es de 1,45 millones de euros.
Las localidades donde se ubicarán estos depósitos son Cabanes, Morella, Cinctorres, Rossell y Xert. La entidad responsable ha elegido estos municipios porque los dispositivos antiincendios han de estar construidos en montes gestionados por la Administración pública. En este sentido, fuentes de la conselleria destacan que la disponibilidad de presupuestos y de terrenos "componen dos de las condiciones más importantes para la elección de la ubicación de estos depósitos".
Los pliegos de la licitación recogen además diversos estudios que definen e identifican la peligrosidad de cada zona y ayudan a ubicar los depósitos. En las demarcaciones de Sant Mateu y Vall d'Alba "los vientos de poniente y terrales auguran situaciones propicias para que haya un incendio", recogen los documentos, que también remarcan que esta situación se da sobre todo en verano, cuando el 10% de los días siguen estos patrones.
Así, la Generalitat ha dividido los municipios en distintos planes antiincendio. Tres planes se ubican en Castellón (Segorbe, Vall d'Alba y Sant Mateu). En la demarcación de Sant Mateu, la más al norte de la autonomía, se enmarcan Morella, Cinctorres, Rossell y Xert. Mientras, en la zona de Vall d'Alba solo está Cabanes, que es el municipio –en comparación con los otros cuatro- que más incendios ha sufrido (41) en diez años, los que analizan los informes. Rossell es el siguiente más perjudicado con 20, Morella y Xert han padecido un incendio menos, 19; y, en cambio, Cinctorres solo ha visto tres veces arder su territorio.
Todo ello ayuda también a la hora de ubicar los futuros depósitos contra el fuego. Asimismo, también que, a excepción de Cabanes, todos los municipios castellonenses es ubican en zonas de gran interés paisajístico.
Ya determinadas las zonas en las que construirán los depósitos, la conselleria prevé comenzar con las obras en octubre, "ya que agosto es un mes raro para la Administración", matiza el director general de prevención de incendios forestales, Diego Marín, responsable del proyecto. Asimismo, el impacto de la covid-19 ha retrasado la tramitación. Con todo ello, el plazo de presentación de ofertas se cerró el pasado 21 de julio y al día siguiente se abrieron los sobres con los criterios sometidos a juicios de valor. Por último, el día 29 de este mismo mes se conocerán las ofertas económicas.
"La idea es que se empiece a construirlos a partir de octubre, si no hay ningún problema, si no hay alegaciones", continúa Marín. Y, dado que el plazo de ejecución de estos depósitos contra incendios forestales es de 7 meses, en la conselleria esperan tener a pleno rendimiento estos dispositivos en la primavera de 2021.
En el mismo concurso público, la conselleria también ha sacado a licitación la construcción de otro depósito en la provincia de Alicante, concretamente en la Vall de Gallinera, por un importe de 260.075,69 euros. Asimismo, desde la administración autonómica destacan que en el último ejercicio se han realizado obras de "mantenimiento y mejora" en más de 90 depósitos de todo el territorio autonómico.