VALÈNCIA. (EP). El estudio 'Influencia de la ingesta de cerveza sobre la fisiología gastroesofágica y síntomas digestivos postprandiales', liderado por el doctor Enrique Rey Díaz-Rubio, jefe del Servicio de Aparato Digestivo del Hospital Universitario Clínico San Carlos de Madrid indica que un consumo moderado de esta bebida fermentada no aumentaría los episodios de reflujo gastroesofágico gaseoso en sujetos sanos. Este estudio fue publicado en la revista científica internacional Neurogastroenterology & Motility.
Este estudio, pionero en su área, ha sido presentado este viernes en el marco de las XXXIII Jornadas de la Sociedad del Aparato Digestivo de la Región de Murcia (SARD) y describe los efectos del consumo moderado de cerveza en términos de reflujo gastroesofágico, acomodación gástrica y síntomas digestivos. La investigación ha analizado a un grupo de adultos sanos mayores de 18 años, sin síntomas digestivos frecuentes ni enfermedad por reflujo gastroesofágico conocida.
El objetivo principal fue evaluar si el consumo moderado de cerveza se asociaría con la generación de síntomas digestivos altos como, acidez, regurgitación y saciedad precoz, en el período posterior a las comidas.
El doctor Enrique Rey ha explicado durante su conferencia que "a la luz de los resultados del estudio, en una situación real, la cerveza no parece promover los síntomas dispépticos, aquellos que provocan una digestión pesada y de reflujo cuando es consumida de forma moderada, es decir, 2 cañas al día para los hombres y 1 para las mujeres". El estudio apunta, además, que el consumo moderado de cerveza no provocaría un aumento de trastornos gastrointestinales o de sensibilidad gástrica que alteren la digestión.
De acuerdo con los resultados presentados, la cerveza no parece modificar el reflujo gaseoso como podría sugerir al tratarse de una bebida procedente de la fermentación natural de sus ingredientes. Además, no alteraría la acomodación gástrica después de las comidas y no provocaría un aumento significativo de síntomas digestivos que nos puedan producir molestias o digestiones más pesadas de lo normal.
De igual modo, el consumo moderado de cerveza podría reducir el riesgo de infecciones producidas por el H. pylori, según el estudio 'Inverse relationship between alcohol consumption and active Helicobacter pylori infection'.
Precisamente existen otros estudios sobre la composición de la microbiota intestinal que sugieren que ésta se modula gracias a los polifenoles, como los contenidos en la cerveza, mediante la inhibición de bacterias patógenas y por la estimulación de una microbiota beneficiosa. Una de las principales funciones de los polifenoles es la de regular la microbiota intestinal, pudiendo involucrarse en el crecimiento de algunas bacterias e impidiendo la proliferación de otras perjudiciales.
El Centro de Información Cerveza y Salud recuerda que el consumo inadecuado de alcohol puede ser perjudicial para la salud. Además, si se está tomando medicamentos, si se va a conducir, y en el caso de las mujeres embarazadas o en periodo de lactancia, el consumo de alcohol debe ser cero.
Añaden que la cerveza es una bebida fermentada, con unas características específicas en su composición que la diferencian del resto de bebidas y que le confieren un especial interés nutritivo.
Elaborada a partir de ingredientes naturales (agua, cebada malteada y lúpulo), tiene un bajo contenido calórico (45 kcal/100 ml) y nutrientes como vitaminas, minerales, polifenoles (antioxidantes), maltodextrinas y fibra soluble.