Con motivo de la efeméride del 8 de marzo, Dia Internacional de la Mujer, son muchas las organizaciones, instituciones y entidades que se suman a este día y a esta lucha de diferentes maneras. De todas las reivindicaciones que tenemos sobre la mesa, yo me voy a centrar hoy en la violencia sexual que vivimos las mujeres por ser mujeres
La violencia sexual es uno de los grandes dramas que vivimos las mujeres hoy día sólo por ser mujer. Y esa violencia sexual se plasma de muchas formas dependiendo del contexto al que miremos. La violencia cambia en función de la religión, la cultura, etc. Pero en cualquier caso las cifras hablan por sí solas.
La violencia contra las mujeres y las niñas es un problema universal y global que adquiere dimensiones alarmantes y que afecta a todas las regiones y grupos sociales. Según algunos estudios de Naciones Unidas, el 35% de las mujeres de todo el mundo ha sufrido violencia sexual por parte de un compañero sentimental o de otra persona.
Esta es una semana plagada de cifras que muestran la desigualdad que vivimos las mujeres por la condición de ser mujer. Una desigualdad que también se vive en formas y formatos diferentes según el contexto al que miremos pero que existe en cualquiera de estos contextos. En países en desarrollo esta desigualdad y esta violencia sexual a la que nos referimos es todavía más grave.
En todos los lugares no se ejerce las mismas formas de violencia sexual pero sí que en todos los lugares se ejerce algún tipo de violencia sexual hacia las mujeres y hacia las niñas.
Matrimonios forzadas, violencia sexual en contextos de conflicto, mutilación genital… son manifestaciones de violencia sexual que alcanzan una frecuencia alarmante en entornos del sur especialmente. Pero también hay violencia sexual en nuestros entornos más cercanos con esas violaciones no consentidas y esos abusos que han terminado en un clamor popular del… ¡ “No es no”! Tan violento es el abuso sexual allí como aquí y sin entrar en comparaciones sí que existe un paralelismo entre las mujeres del sur y las occidentales.
En ocasiones existe un argumento interesado por el cual se intenta establecer una comparación entre la situación privilegiada de las mujeres occidentales con los escenarios de horror a las que se enfrentan cada día mujeres de otros entornos donde las dimensiones de esas violencia sexual son abrumadoras. Y sin quitar gravedad ni comprar dramas , cualquier violencias sexual es una violación de los derechos humanos.
En Occidente se nos recuerda que tenemos poco de qué quejarnos como argumento para callar a las mujeres; pero se olvida que el feminismo es uno de los factores más poderoso que contribuye al progreso social.
El feminismo nos obliga a sentirnos interpeladas por aquello que le ocurre a una mujer en cualquier lugar del mundo por el mero hecho de ser mujer.
La razón última de violencia sexual ejercitada como mecanismo de poder. Todas estas reflexiones que nos llega de la Secretaria Autonómica de Cooperación , Belén Cardona, y muchas más saldrán a la luz y se expondrán en voz alta y con testimonios en primera persona gracias a la segunda edición de "II DIÁLOGOS DE MUJERES POR LA PAZ EN EL MEDITERRÁNEO. Prevención y Mitigación de la Violencia Sexual contra las Mujeres del Sur”, que tendrá lugar en València los días 26 y 27 de marzo de 2020 y cuyas inscripciones están abiertas.
Los diálogos llegan un año más gracias a la entrega y el compromiso con la mujer y la cooperación más que contrastado de la Secretaria Autonómica de Cooperación. Unos diálogos que muestran el trabajo real y efectivo que se hace desde la Consellería de Participació, Transparència, Cooperació i Qualitat Democràtica y que refleja la sensibilidad en este asunto del gobierno valenciano.
Además este año, la celebración de los diálogos coincide con el 25 aniversario de la Plataforma de Acción de Beijing. “La Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer, celebrada en septiembre de 1995, logró una asistencia sin precedentes: 17.000 participantes y 30.000 activistas llegaron a Beijing para participar en la inauguración. Pese a su gran diversidad y distinta procedencia mundial, compartían un único objetivo: la igualdad de género y el empoderamiento de todas las mujeres, en todas partes.
Luego de dos semanas de debates políticos, a veces acalorados, las y los representantes de 189 gobiernos consiguieron negociar compromisos de alcance histórico. Cuando la conferencia llegó a su fin, había producido la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, el plan más progresista que jamás había existido para promover los derechos de la mujer.”* Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y empoderamiento de las Mujeres
Belén Cardona asegura que es un momento para recordar que esas alianzas de voluntades que se hicieron por el feminismo ha sido tan poderoso que ha sido posible que se incluya la perspectiva de género en la agenda pública para combatir la violencia de genero.
Estos Diálogos suponen consolidar a la CV como referente internacional en la defensa por los derechos de la mujer y lucha contra la violencia sexual.
Como feminista que es, Belén Cardona, asegura que mientras que exista un solo caso de violencia sexual por la condición de ser mujer sea dentro de la Comunitat Valenciana o fuera y permanezcamos impasibles no tendremos una sociedad justa. Si queremos cambiar el mundo, tenemos que actuar con medidas concretas desde el puesto que cada una tenga y desde el lugar que pueda desde entornos universitarios, políticos, laborales o desde casa… Acciones como estas permiten sensibilizar que todavía queda mucho por hacer y que una sociedad evolucionada que pone su mirada en el progreso no puede dar la espalda a la población , en especial a la mujer por el mero hecho de serlo.
Y por ello, Cardona recuerda las palabras de Matilde Fernández que ha recibido el Premio Avançant en Igualtat (FeSP-UGT) como política y sindicalista por la lucha de la igualdad, el empoderamiento femenino y la defensa de los derechos de las mujeres. Interpeló a las mujeres a la acción y recodó que no todo está conseguido.
Cualquier logro y reivindicación que se lleve a cabo en el norte del mundo repercute en positivo para las mujeres del sur.
“Ellas somos nosotras”. Y ese es el punto. Las mujeres queremos unir nuestras fuerzas para transformar la realidad, crear alianzas que cambien el rumbo de la humanidad y atacar las causas profundas que subyacen la violencia sexual.
La semana que viene… más!