CASTELLÓ. El cese de las actividades futbolísticas a consecuencia del coronavirus podría tener una incidencia directa en los ingresos del Castellón la próxima temporada. La crisis sanitaria ya ha hecho mella en las finanzas de los clubes en las tres últimas semanas a causa de las medidas de emergencia decretadas para frenar la expansión de la epidemia, pero sus efectos podrían prolongarse hasta el próximo curso.
Y es que la intención de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) es finalizar como sea la temporada 2019-20 con la disputa de las 10 jornadas restantes de la fase regular y los play off de ascenso, lo que significaría romper la barrera del 30 de junio como fecha de cierre del ejercicio y acortar el calendario de la próxima campaña. Así lo ha reconocido, en sus últimas comparecencias, el presidente del organismo rector del fútbol español, Luis Rubiales.
Así las cosas, un formato más reducido en la temporada 2020-21 implicaría una pérdida de ganancias para los clubes, en una proporción que dependería de la extensión del parón y del tiempo que se tarde en cerrar el curso actual.
En lo que respecta al Castellón, sus buenos números deportivos le otorgan opciones de jugar en una categoría superior la próxima campaña y obtener un oxígeno económico providencial para sus arcas, pese a que en Segunda también se reducirían los ingresos respecto a otros ejercicios.
En la Junta General de Accionistas del 27 de enero, el Castellón anunció una previsión de déficit para este curso de 673.992 euros, que se reduciría a la mitad en caso de subir a Segunda. Como es evidente, el contexto actual provocará un incremento en las cifras pronosticadas que difícilmente podría frenarse la próxima temporada, a menos que se logre el ansiado ascenso.