VALÈNCIA. El peso de las reivindicaciones de la Generalitat -y de buena parte de la sociedad civil valenciana- apunta a recaer únicamente sobre las espaldas del presidente y líder del PSPV, Ximo Puig. Esta es una de las conclusiones que se desprende de la primera ronda del debate investidura que concluyó este martes con el rechazo a la candidatura del socialista Pedro Sánchez, quien no mostró en la trona ninguna sensibilidad especial hacia las exigencias que puso sobre la mesa Compromís.
Así, el aspirante a repetir en La Moncloa solo obtuvo el 'sí' de su partido y del Partido Regionalista de Cantabria (PRC). Un total de 124 apoyos muy alejados de los 176 donde se sitúa la mayoría absoluta necesaria en la primera votación. No obstante, las abstenciones de Unidas Podemos, PNV y EH Bildu, además de la Compromís, dejan a Sánchez en una posición de cierta maniobrabilidad de cara a la segunda convocatoria el próximo jueves, donde solo es necesario obtener más votos positivos que negativos.
Así, le bastaría -aunque no es tarea fácil- sacar adelante el acuerdo con Pablo Iglesias y con el PNV para seguir como presidente contando con la abstención ya segura de Bildu y más allá de lo que hagan tanto los independentistas catalanes como el representante de Compromís. De hecho, Gabriel Rufián también anunció, tras la votación, que ERC no impediría la investidura de Sánchez si llega a un acuerdo con Unidas Podemos, de manera que con la abstención de los republicanos catalanes y la de Bildu Sánchez no necesitaría ni siquiera al PNV y mucho menos a Compromís.
Tal vez por esta razón, por la intrascendencia aritmética del único voto de la coalición valencianista cuyo representante en el Congreso es Joan Baldoví, el aspirante socialista a La Moncloa se mostró esquivo a las reivindicaciones valencianas -que son prácticamente las mismas que esgrime el PSPV de Puig- exigidas en los últimos tiempos. El calendario concreto para la reforma del sistema de financiación, los mecanismos de compensación mientras se aplica, la deuda histórica, o el aumento hasta el 50% de los fondos del Gobierno para los dependientes, fueron algunas de las propuestas de Compromís a las que Sánchez evitó atarse.
De esta manera, el candidato socialista, quien en la primera jornada mencionó brevemente en dos ocasiones la reforma del sistema de financiación sin bajar al detalle, no se explayó tampoco en la réplica a Baldoví, quien llegó a espetarle: "Queremos que sea presidente, pero negocie". Un guante que no quiso recoger Sánchez, quien se limitó a recordar que en los presupuestos que no salieron adelante en primavera se contemplaba una mejora de inversiones para la Comunitat y la condonación de la deuda de La Marina -lo cual es cierto, aunque fueron más bien logros de Puig- , si bien no entró en el resto de disquisiciones a las que le invitaba el diputado de Compromís.
¿Por qué Sánchez se mostró tan distante con la agenda valenciana? Desde luego, la posición del candidato socialista para con unas reivindicaciones que también pertenecen al propio PSPV-PSOE y a buena parte de las formaciones políticas valencianas, además del tejido social y empresarial, no resulta alentadora. No obstante, mientras que algunas fuentes socialistas daban por bueno el discurso de Sánchez y confiaban en que los compromisos ya se encuentran adquiridos y se cumplirán en esta legislatura, otros puntualizaban que el candidato del PSOE no tenía intención de conceder un éxito a Baldoví cuando el rédito puede llevárselo Puig. Es decir, no darle peso al voto de Compromís puesto que no es necesario para la investidura.
Por su parte, distintas fuentes de la coalición mostraron su malestar y estupor con la posición de Sánchez durante el debate respecto a las reivindicaciones abanderadas por Compromís. "Si lo que ha dicho Sánchez lo hubiera dicho Rajoy, lo habríamos criticado muy duramente. Y si las críticas valían para el PP, igual valen para el PSOE", señalaron fuentes de la dirección de la fuerza valencianista.
En esta línea, las citadas fuentes consideraron que el discurso del líder socialista rayó "la falta de respeto hacia cinco millones de personas que viven en la Comunitat" dado que, a su juicio, no se comprometió "con ninguna de las condiciones" propuestas. "Es incoherente y muy sorprendente que el PSOE firme un pacto en la Comunitat para formar el gobierno autonómico con un programa que después contradice en el Congreso de los Diputados y que contribuye a seguir marginándonos injustamente", resaltaron desde la dirección de la fuerza valencianista.
Pese al enfado existente, los dirigentes consultados recalcaron que entre el miércoles y el jueves queda tiempo para que existan "gestos" que permitan "cambiar el sentido del voto" de Compromís, que este martes se limitó a abstenerse, si bien aclararon que no se plantean rechazar la investidura puesto que sería alinearse con PP, Ciudadanos y Vox.