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 según un estudio

El área del cerebro que controla la memoria social también está detrás de la violencia

8/12/2018 - 

VALÈNCIA. (EP). Científicos del Instituto Zuckerman de la Universidad de Columbia (Estados Unidos) han identificado una región del cerebro, llamada CA2, que controla tanto la memoria social como la violencia. Así, ayuda a decirle a un animal cuándo atacar a un intruso y cuándo aceptarlo en su hogar.

Ya se sabía que CA2 estaba especializaba en la memoria social, es decir, la capacidad de recordar encuentros con otros. Según revela esta investigación, publicada en la revista 'Nature', debido a que la disfunción de CA2 se ha implicado en enfermedades psiquiátricas, como la esquizofrenia y el trastorno bipolar, estos resultados brindan un respaldo adicional de que la función alterada de CA2 puede contribuir a comportamientos sociales anormales asociados con dichas enfermedades.

"Los humanos y los ratones son criaturas sociales. Ambos nos involucramos en interacciones sociales aprendidas e innatas que a veces fomentan la cooperación, y otras veces conducen la competencia por compañeros, alimentos y dominación. Cómo el cerebro media estos impulsos conflictivos ha sido una pregunta desconcertante", recuerda el autor principal del estudio, Steven A. Siegelbaum.

Aunque se sabe mucho acerca de las otras regiones del hipocampo, el pequeño tamaño de CA2, junto con su ubicación inaccesible intercalada entre áreas más grandes y vecinas, hace que sea un "reto" para estudiar. Pero en 2014, el laboratorio de Siegelbaum desarrolló un enfoque genético para activar o desactivar CA2 y descubrió que esta región es esencial para la memoria social.

Como primer paso para determinar si CA2 puede regular otras conductas sociales, los investigadores examinaron las regiones del cerebro que reciben información de CA2. Encontraron que este área envía una fuerte conexión al tabique lateral, una región del cerebro que desempeña un papel importante en la limitación de la violencia. De hecho, tanto los estudios clásicos como los más recientes han demostrado que las lesiones cerebrales del tabique lateral en varias especies, incluidos los humanos, promueven un estado hiperagresivo.

Para averiguar si la conexión entre CA2 y el tabique lateral significaba algo más, los investigadores apagaron temporalmente el CA2 en un ratón que vivía solo en su jaula. Después, introdujeron un intruso en la jaula y observaron su comportamiento. Cuando se apagó CA2, se produjo una marcada disminución en la tendencia de los ratones a atacar, en comparación con lo que normalmente ocurriría. Esta diferencia sugiere que CA2 normalmente actúa para impulsar un comportamiento agresivo, además de regular la memoria social.

"Pero, ¿por qué una región cerebral que controla la memoria también se usa para regular la agresión? Una pista proviene del hecho de que los ratones machos desarrollan una jerarquía social cuando viven juntos; un macho alfa dominante es la cabeza de esta jerarquía, seguido por una sucesión de hombres cada vez más sumisos. Cuando se introduce un nuevo ratón en una colonia, hay combates entre el extraño y los otros ratones hasta que se reestablezca la jerarquía social", explican los investigadores.

De acuerdo con sus hallazgos, una hormona llamada vasopresina también puede ser parte de este fenómeno. Cuando se libera en el cerebro, regula una serie de comportamientos sociales, por lo que el equipo preguntó si la vasopresina podría ayudar a determinar si un ratón decide atacar. "La capacidad de las células CA2 para activar de manera eficiente el tabique lateral aumenta mucho cuando se libera vasopresina en el tabique lateral", comenta Siegelbaum.

Como los niveles de vasopresina se alteran en las personas con esquizofrenia y autismo, los investigadores esperan explorar más a fondo si estos trastornos están relacionados con la disfunción de CA2. En 2016, Siegelbaum y el investigador principal del Instituto Zuckerman, Joseph Gogos, encontraron que los ratones portadores de una mutación humana relacionada con la esquizofrenia tienen un CA2 disfuncional. Esto proporcionó una evidencia sorprendente de que los déficits de memoria social, una característica clave de la esquizofrenia, pueden tener sus orígenes en la CA2.

"Las personas con esquizofrenia exhiben una amplia gama de alteraciones en el comportamiento, incluyendo la memoria social deteriorada y los niveles alterados de agresión. ¿Podría esto ser el resultado de una pérdida o cambio en la actividad de CA2? ¿Y podrían aliviarse estos déficits al aumentar artificialmente la actividad de CA2? Eso es algo que nuestra investigación, y la de otros, espera revelar", concluye el científico.

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