Jobandtalent y Wallapop también estuvieron al borde de la muerte 

El riesgo de que te roben ‘la tostada’ cuando emprendes si te quedas parado

17/12/2018 - 

VALÈNCIA. Contaba hace escasos días Félix Ruiz, actual director ejecutivo de Jobandtalent y antes cofundador de Tuenti, los problemas que habían tenido hasta conseguir hacer de la primera una empresa rentable. De forma muy  resumida, Jobandtalent se encontró en la perentoria situación de reconocer que su modelo de negocio no funcionaba al poco de haber conseguido levantar una financiación de 40 millones de euros. Pese al tremendo enojo de todos los inversores, la decisión del equipo fue virar y pasar de lo que pretendía ser una plataforma de búsqueda y ofertas de empleo a cerrar el círculo y convertirse en una Empresa de Trabajo Temporal, que es su core business actual. 

La historia de Jobandtalent tiene un final más que feliz teniendo en cuenta que hace dos años cerró el ejercicio con tres millones de euros de facturación y que las perspectivas para el final de este son de 160 millones de euros facturados. Un crecimiento espectacular que poco tiene que ver con aquellos años en los que se vieron al borde de la muerte y todo “gracias a habernos atrevido a mover la última ficha”.

En esa sensación de ver la muerte cercana dice también haberse sentido Agustín Gómez, presidente y cofundador de Wallapop en determinados momentos. Sin embargo, en el caso de su empresa, sirvió de revulsivo para hacerles más inteligentes que nunca y actuar con el mismo empuje e intensidad con el que actúan los que saben que les quedan pocos días de vida. “Igual si no ves esa fecha límite, esa dead line, te relajas y te olvidas del dinamismo. Esto es muy importante, vivir cada día como si fueras un superviviente, buscarte las castañas y estar siempre alerta”.

Valgan ambos ejemplos para ilustrar los riesgos que corren aquellos que se empeñan en aferrarse a algo sin aceptar la evidencia de los datos. Pero tampoco es necesario verse al borde del precipicio para actuar, ni siquiera es recomendable esperar a que las cosas vayan mal. 

“Yo creo que el mundo está cambiando a un ritmo sin precedentes. Para lo que ahora se revoluciona en 10 años antes se requería el transcurso de 100. Primero llegó internet, luego aparecieron los smartphones, las redes sociales, las conexiones inalámbricas…y, con todo ello, los nuevos hábitos de los consumidores. Si nosotros, no somos capaces de seguir esas tendencias con nuestra empresa, perdemos esa masa de usuarios y clientes que nos ha costado tanto esfuerzo y tantos recursos conseguir. Por eso yo estoy convencido de que apostar por la innovación ya no es una opción ni algo para ponerte una medalla, es una necesidad para poder sobrevivir en un entorno camnbiante”, opina Víctor García Montero, CEO y cofundador de la empresa GoFoodie. 

El suyo es el ámbito de la restauración, un sector que considera muy reacio a los cambios y con predominio de pequeñas empresas. “A muchos les parece que esto de innovar no va con ellos, que solo afecta a los grandes, pero se equivocan. Lo que pasa es que, como humanos, estamos mejor en la zona de confort haciendo las cosas de la misma forma de siempre. Lo que no queremos reconocer es que, precisamente por mantenernos en esa zona de confort, llegamos siempre muy justos a fin de mes o cómo se resiente el negocio porque tus clientes se pasan al de enfrente. Pero, una vez que se deciden a incorporar determinadas tecnologías en su negocio para automatizar procesos, comprueban no solo que mejora su calidad de vida sino también que su empresa es cada vez más competitiva”.

También se mueve el suelo de las profesiones

Por otro lado, Eliana Cascales y Alberto Menna, cofundadores de Lyzaroo, advierten de que el suelo se mueve no solo para los empresarios sino también para los profesionales. “Se estima que dentro de unos años el 47% de las profesiones que existen actualmente van a desaparecer. Bien por la globalización, bien por la robotización de las empresas, bien por la llegada de nuevos servicios sustitutorios…Independientemente de la causa que lo provoque, la mayoría vamos a tener que reinventarnos profesionalmente”, declaran.

Añade también Eliana que ella de pequeña soñaba con ser ilustradora. “Me pasaba el día rodeada de lápices, colores y papeles y ahora soy incapaz de concebir el trabajo de un ilustrador sin un Mac o cualquier otra computadora al lado. Siempre surge una herramienta nueva que facilita la ejecución y mejora la calidad de tu trabajo y, por mucho que te empeñes en rechazarlo, la tecnología avanza, la innovación llega y tienes dos opciones, quejarte y luchar porque todo siga igual, o adaptarte y tratar de sacar provecho a todos estos cambios que llegan con la tecnología que, si no la usas tu la usa la competencia y te quita la tostada”.

También  Silvia Mazzoli, mentora residente del Programa Coworking EOI Madrid de aceleración de startups y experta en Marketing, entiende que “hoy en día no podemos quedarnos quietos ni un momento porque enseguida te quedas desfasado. Es cierto que todavía sobreviven algunas pequeñas empresas sin apenas haber introducido cambios, pero no les auguro largo futuro si no asumen la transformación digital”.

No solo es cuestión de tecnología

Aunque el vocablo ‘tecnología’ aparezca en la mayoría de los casos citados asociado al concepto de innovación, los expertos consultados comparten que no siempre es necesaria esa ligazón. “La tecnología es muy importante y hay que conocerla, pero no es lo único cuando hablamos de innovación”, dice Mazzoli. “No siempre es tecnología. Puede ser suficiente con cambiar el canal de distribución, diversificar o cualquier otra cosa que se te ocurra, pero sí hay un elemento común para todos los que quieran sobrevivir que es estar muy atento a tu público y a lo que demandan para servirles. Si ello requiere tecnología, tendrás que aplicarla, si no…”.

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