VALÈNCIA. Un nuevo modelo productivo "verde y social". Esa es la propuesta del think tank del valencianismo político representado por Compromís para superar la crisis del coronavirus en la Comunitat, recogida en la última publicación de la Fundació Nexe. Se trata de una suerte de New Green Deal valenciano, una "nueva visión" social y medioambiental con propuestas como una nueva "fiscalidad verde", la semana laboral de cuatro días o la superación del turismo masivo y depredador del territorio.
El trabajo, elaborado por Enric Nomdedéu, Joan Sanchis y Rafael Beneyto, plantea como principal novedad la creación de un Fondo Estratégico Valenciano de Inversión Pública (FEVIP) para "redirigir" los recursos hacia sectores estratégicos y que se financiaría con cargo a una tasa turística –una vieja aspiración de Compromís– y a nuevos impuestos medioambientales finalistas a los centros comerciales, los grandes barcos o los vehículos contaminantes.
Para ejemplificar cómo funcionaría ese fondo, la piedra angular de su propuesta, el economista Joan Sanchis citó durante la presentación del documento que llevó a cabo este miércoles el reciente ejemplo de Renault en Francia, donde el Estado a aumentado su porcentaje en el accionariado del fabricante de automóviles para apoyarle en la crisis post-Covid, pero a cambio de reorientar su estrategia para aumentar la producción de modelos no contaminantes.
Según expuso Sanchis, asesor de Enric Nomdedeu en la Secretaría Autonómica de Empleo, la intención es que el apoyo público se articule mediante la entrada en el capital y, por lo tanto, la administración se beneficie proporcionalmente de los beneficios futuros como un accionista más, a diferencia de lo que ha ocurrido con los rescates hasta ahora, cuando el Estado se hace cargo de las pérdidas sin ninguna contrapartida.
La propuesta estrella de Nexe recuerda irremediablemente al fondo de capital riesgo de 200 millones para invertir en empresas valencianas que pretende poner en marcha el Instituto Valenciano de Finanzas (IVF), en la que la Generalitat participaría con 50 millones de euros y el resto serían de inversores privados.
Esta herramienta, anunciada por Ximo Puig en Les Corts en los días previos a la declaración del estado de alarma como una de las grandes medidas que preparaba el Consell para combatir las consecuencias económicas y sanitarias de la pandemia, sí difiere sensiblemente de la planteada por Nexe en cuanto a la naturaleza de las inversiones a financiar.
Así, mientras el fondo diseñado en el IVF por Manuel Illueca se enfoca a apoyar a empresas de gran tamaño y grandes necesidades de capital para aprovechar su efecto arrastre sobre otras empresas de menor tamaño de su entorno, la herramienta que propone Nexe pretende actuar como motor o incentivo de aquellas empresas estratégicas en la transformación productiva que ellos proponen. Esto es, verde y social.
El fondo impulsado por el IVF supone el instrumento financiero de mayor envergadura que la Generalitat ha puesto en marcha hasta ahora para desarrollar su política industrial y será gestionado por una entidad privada "de reconocido prestigio" seleccionada mediante un concurso. Financiará hasta quince empresas ubicadas en la Comunitat mediante participaciones en su capital de entre 10 y 12 millones en cada una.
Por su parte, la estructura del fondo que propone Nexe aún está por definir. Según explicó Joan Sanchis, por el momento es una propuesta "abierta" de la que por el momento se definen más los objetivos que la estructura en sí. "Nos basamos en las iniciativas que se han puesto en marcha en otros países como los del norte de Europa o Corea del Sur", matizó.
Al respecto, Rafael Beneyto, director general Tributos y Juego, consideró que la crisis de la Covid-19 ha abierto la posibilidad de que el sector público tenga que acabar invirtiendo en empresas que, por su interés estratégico, haya que contribuir a sostener. Es, por ejemplo, lo que está sucediendo con las aerolíneas europeas y las decisiones que está tomando la Comisión Europea para facilitar el apoyo de los estados a estas empresas sin considerarlo ayudas de estado.
"La coyuntura nos invita a concretar la iniciativa y fijar los criterios de inversión y desinversión", remarcó Beneyto.
Tal y como está definido en el documento La economía valenciana y las políticas de empleo después de la Covid-19, el FEVIP debería servir para "reorientar estratégicamente" de la economía valenciana. "Sería financiado con recursos propios de la Generalitat, aunque podrían estudiarse fórmulas mixtas para a facilitar la cooperación y la participación de otros agentes" para tomar participaciones directas en el capital de las empresas.
Para dotarlo de recursos, Nexe aboga por vías directas de financiación mediante impuestos a actividades "no prioritarias con cierta capacidad de obtención de ingresos". Por ejemplo, mediante una tasa turística, la participación en los impuestos sobre construcción y transmisiones patrimoniales, o con la creación de nuevos tributos que graven "activos improductivos". "El objetivo sería trasvasar fondos entre sectores y orientarlos a estrategias prioritarias", añade el documento.