ALICANTE. Pablo Rabanal es lo que se puede considerar un emprendedor de éxito. En 2011 decidió salir de su zona de confort -primero fue director de Esicma, una empresa de Elías Querejeta, Canal + Francia, el Grupo Correo y Mediapro y, posteriormente, CEO de una división de Bwin-, y montar su propia aventura emprendedora a raíz de un abuso sufrido por una compañía telefónica. Según comenta, le generó un problema que le dejó sin móvil durante casi una semana, por el retraso en la reposición de la tarjeta SIM, y además, una factura extra de 100 euros.
A pesar no de ser abogado -es licenciado en ADE- ello le llevó a fundar Reclamador.es, una legaltech que permite a cualquier persona poder iniciar un proceso de reclamación sin desplazarse a ningún despacho ni tener que presentar papeles de forma física ni presencial. Cinco años después, Rabanal dirige un equipo más de 80 profesionales -la mitad, abogados- que ha atendido a más de 300.000 personas en su reclamaciones contra empresas, consiguiendo hasta el momento 45 millones de euros de indemnizaciones. Tiene procesos de reclamación formalizados por valor de 210 millones.
Rabanal expuso alguna de las claves del éxito de Reclamador.es, cuyo principal objetivo es defender al consumidor a golpe de click, "universalizar el acceso a la justicia, sin tener que adelantar un euro". El negocio, como explicó, se basa en la experiencia de cliente y hacer que el lenguaje que se le ofrece sea comprensible. Según los datos expuesto, Reclamador.es tiene una tasa del éxito de 98% de los casos, ahora bien los procesos tardan una media de tres años en resolverse debido, claro está, a la lentitud del sistema judicial. Actualmente, uno de los problema que eso le genera a la empresa es que tiene 20 millones de euros pendiente de cobro en honorarios de abogados. "Lo más complicado es tener pleitos en los que, en base a juridisprudencia, tienes el 95% de posibilidades de ganar, pero no puedes cobrar porque no tienes la resolución definitiva", comentó Rabanal.
Por sectores, el 50% de los pleitos son litigios con compañías aéreas; le siguen con entidades financieras; plusvalías municipales, laborales o negligencias médicas, de acuerdo con los datos expuestos por el propio Rabanal.
Pese a que en España hay 92.000 despachos de abogados, con funciones muy parecidas a las que hace Reclamador.es, la startup se considera una empresa de base tecnológica porque todos los procesos se realizan de manera digital.
Rabanal estuvo la semana pasada en Alicante, en su condición de mentor de la aceleradora Seed Rocket, de la que ganó el primer premio a la mejor startup en 2012. Fue en el concurso que sirvió para elegir al proyecto empresarial de la Comunitat Valenciana y Murcia que optará en la final nacional de Seed Rocket. Como publicara Alicante Plaza, la murcia Wefish fue la seleccionada. En este encuentro, el CEO de Reclamador.es dio algunas recomendaciones para emprender.
Para Rabanal, emprender "es ofrecer un producto, que tiene una finalidad clara, que cubra una necesidad, bien de la gente o de las empresas, con un modelo de negocio detrás, de inicio, y que es escalabre". En caso de lo que tengas claro, y la respuestas a esas cuestiones es sí, su consejo es "lánzate ya", considera.
A la hora de poner en marcha estrategias, mejor debatir o proyectar con datos, no con hipótesis. "Aquí no vale esto de que mi amigo me dice o yo creo que...siempre con datos, centráremos mejor el tiro", dice Rabanal. Mejor si tienes la tecnología dentro del proyecto, que no dependas de un elemento externo y en caso de si la duda es hacerlo sólo o con socios, Rabanal aboga por dejarlo todo bien fijado en un contrato. "Cuando todo está escrito es más claro; en estos casos, hay que firmar el acuerdo, y contemplar también el divorcio, en caso de que se produzca", añade el CEO de Reclamador.
A su juicio, hay dos tipos de socios: los que se implican en el proyecto y trabajan como uno más; o los híbridos, a tiempo parcial, que alternan con otras empresas. Rabanal rechaza los socios híbridos.
Y dentro de ese contrato, bien con socios, bien con inversores, Rabanal también recomienda dejar bien explícitas todas las cláusulas: "Cómo serán las remuneraciones, si en dinero o acciones; quién cobrará primero en caso de que haya beneficios, etc...todo debe estar claro". En caso de que sean empleados, aconseja que se liguen la concesión de acciones a hitos que consiga la empresa y a las personas que cumplan con sus objetivos.