EL INVERSOR ESTÁ DESNUDO / OPINIÓN

Entorno de tipos bajos ¿hasta cuándo?

6/03/2019 - 

En 2018 entramos en Europa en la dinámica de ir reduciendo el volumen de compra de bonos del programa del Banco Central Europeo que luego iba a dar paso a una supuesta reducción del balance tal y como lo marcaba también la agenda de la Reserva Federal americana. Significa que de manera oficial el BCE ya no compra bonos desde diciembre 2018 aunque puede que todavía quede alguna partida suelta por ahí fuera.

Así pues todo indicaba que la normalización del entorno de tipos de interés estaba bien encaminada. Pero esta sensación solo duró hasta que aparecieron las primeras voces alertando de un posible frenazo económico por regiones y con primeros signos durante el último trimestre de 2018. Muy probablemente un efecto colateral de los conflictos políticos y de las tensiones comerciales actuales pero suficientemente significativas para que en EE.UU. ya no tengan tan claro si seguir durante 2019 con el plan inicialmente trazado en cuanto a subidas de tipos de interés. 

Para que nos hagamos una idea: una normalización sostenible del entorno de tipos necesita grosso modo 3 años seguidos de buen crecimiento económico y una divisa relativamente estable. Aquel fue el caso de Estados Unidos. Cuando se cumplió dicho momento en el ciclo y con un dólar apreciándose, empezaron a ajustar lentamente su política monetaria. Si ahora resulta que la política americana podría seguir un camino algo menos restrictivo, traería consecuencias colaterales también para la evolución del entorno de tipos en Europa.

Primero porque Europa es difícil que coja un camino opuesto (aunque con retraso) al que marca la tendencia americana. Segundo porque no cumple con la premisa de haber logrado las condiciones adecuadas para una normalización sostenible de tipos (solo algunos pocos países europeos podrían presumir de haber logrado buen crecimiento económico seguido durante los últimos 3 años). Luego está la divisa, el Euro. A priori una moneda estable sí, pero no exenta de críticas, especialmente por parte de algunos sectores concretos, cuando ‘afloran’ nuevas tensiones políticas dentro de la UE (que no ha habido pocas últimamente).

La encrucijada a la que se enfrenta Europa en los próximos meses y años por tanto es compleja. Está demostrado que el aparato de la UE es lento (burocracia) y cuasi incapaz en adoptar en un breve plazo de tiempo medidas necesarias para impulsar crecimiento (miren USA: rápido QE cuando lo necesitaban, rápida reforma fiscal cuando lo necesitaban, etc…) y así las consecuencias son obvias: cuando el mundo crece, tardamos más en coger carrerilla y crecemos menos que otros. En cambio cuando la economía se resiente, sufrimos al igual y no menos que los demás…

¿Entonces qué escenario necesitamos en Europa para que la normalización de tipos pueda ser una realidad? Probablemente necesitaríamos que la locomotora americana siga tirando del carro un buen ratito más (2-3 años más). Sin duda una petición muy exigente cuando estos ya llevan un buen tiempo haciéndolo muy bien. A partir de ahí no veo mucha más alternativa, la verdad. Es más, cualquier otro escenario haría cambiarme el concepto por completo y me haría la pregunta si Europa se encuentra en la misma situación que Japón desde hace ahora más de dos décadas. 

Como consecuencia de una crisis que golpeaba fuertemente al sector financiero e inmobiliario en los años 90, los tipos de interés de aquel país nunca más han vuelto a crecer fuerte (ni siquiera en el boom antes de la crisis de 2008) y se mueven desde entonces en un rango muy cercano al nivel 0. Si lo pienso bien, tampoco me parece tanto despropósito imaginar que aquí estuviéramos en un tal escenario. ¿Una Europa que se habría ido ‘japonizando’ durante los últimos años y que lo que todavía le espera serian varios años de tipos bajos? Sería sin duda el caso anormal aunque en este nuevo mundo ya sabemos que todo vale, así que no lo descartemos. Y sino pregúnteselo a los japoneses!

Christian Dürr es responsable de Gestión Patrimonial en ETICA Patrimonios