VALÈNCIA. Hay una verdad irrenunciable en esta vida: todos cometemos errores. Todos los días. A todas horas. Los que más actúan, los que más decisiones toman, más errores cometen. Esto es algo que nadie puede evitar. Ni el empresario por muchos años y experiencia que tenga al frente de su negocio; ni el inversor por muchos análisis que realice.
En su última carta a los inversores, Warren Buffett habló de una provisión de 11.000 millones en su empresa Berkshire Hathaway por un error cometido en 2016. El 'oráculo de Omaha'. El hombre que más dinero ha hecho nunca invirtiendo comete errores. Errores de 11.000 millones. Nadie está libre de esto. Ni Warren Buffett, ni Julio César, ni el tendero de la esquina, ni usted.
Este punto debería hacernos reflexionar y liberarnos de la necesidad de ser perfectos, ayudarnos a gestionar nuestra vida contando con los errores, dirigir nuestras empresas, equipos de trabajo o familias aceptando estos errores; y, en definitiva, ayudarnos a aprender a vivir con las imperfecciones, dejando de dar vueltas y vueltas sobre los errores del pasado y buscando aquello que nos permita surfear una vida llena de equivocaciones.
Entones, ¿cómo podemos hacer esto?, ¿cómo podemos evitar el pánico de equivocarnos?, ¿en qué punto radica la clave de estar cómodo en el error? Lo que diferencia unos errores de otros, lo que hace que unos errores nos paralicen y nos hagan entrar en pánico; o como dice Jack Welch -famosísimo CEO de General Electric de los años 80- en su libro 'Jack, Straight from the gut', nos sumerjan en un 'Vortex' -una espiral de pérdida de confianza y errores continuados hasta la total aniquilación de nuestra capacidad de actuar-, es la formación.
La formación nos da el bagaje necesario para equivocarnos dentro de un orden y, sobre todo, las capacidades para afrontarlo y reconducirlo. La experiencia no evita los errores pero nos ayuda a entenderlos mejor y asimilarlos con más facilidad. Y, principalmente, si en esta formación se nos enseña lo más importante, es decir, la actitud de aprendizaje.
La actitud de aprendizaje es aquella que nos sitúa cada nuevo día como novatos frente a la vida, con ansias renovadas de aprender todo lo que pueda enseñarnos. Es la actitud de saber que estamos constantemente aprendiendo, con cada paso, y que debemos tener frescas siempre la capacidad de reacción, la adaptabilidad y espíritu de superación. Esta actitud y esa formación constante nos capacita para superar las fases más difíciles de cada situación de estrés y nos proporciona la armas para seguir adelante. Como decía Churchil "Un optimista ve una oportunidad en cada calamidad".
Por otro lado, nunca debemos confundir situaciones fortuitas y sobrevenidas con errores personales. A veces la suerte juega su partida, nos golpea y, aquello que menos podíamos imaginar, sucede. Como decía Napoleón, "a veces una batalla lo decide todo, y a veces la cosa mas insignificante decide la suerte de una batalla". No dejemos que la suerte o la mala suerte afecte a nuestra capacidad de discernir, a nuestra confianza; y, en todo caso, solo la formación nos capacita nuevamente para afrontar estas adversidades con recursos.
Si aplicamos todo esto en nuestra profesión, estaremos preparados para salir cada día a enfrentarnos con lo que venga. Y si hablamos de inversión -de gestionar nuestros ahorros-, la cosa no es diferente. No se consiguen buenos resultados a largo plazo solo por suerte sin sabiendo lo que se hace, evitando errores, aprendiendo de los cometidos, gestionando el miedo y conociéndonos profundamente. Y esto requiere grandes dosis de formación, formación y formación.
No hay otro consejo que se pueda dar, no hay otro camino que se pueda tomar. Por eso en Zonavalue, la empresa que presido, dedicamos un gran esfuerzo a formar inversores, y nos comprometemos cada día en mejorar la formación que ofrecemos de forma gratuita o previo pago, a través de Zonavalue TV o de la recién comprada Intefi, nuestra escuela de negocios.
Es difícil enseñar el gusto por saber, el disfrute de encontrar aquello que desconoces, la actitud de principiante que mi socio, José Iván García, conoce tan bien y práctica con mucho mas éxito que yo, y que Sócrates inmortalizó en su frase "solo se que no se nada". Eso debe aprenderlo cada uno. Lo que nosotros podemos hacer es poner los contenidos, acercar el conocimiento -no nuestro sino de aquellos que saben mucho más que nosotros- y ponerlo a tiro de click.
Pero hoy no importa lo que nosotros hacemos sino remarcar que, sea donde sea y de la forma que sea, el camino para la felicidad es el de la formación, el del error y el del aprendizaje. Tomar decisiones y equivocarse es maravilloso, pues nos pone ante una nueva oportunidad de aprender. Y aprender y formarse es lo principal para abordar cualquier cosa pues "la única profesión en la que no se necesita ninguna formación es la de ser idiota", como muy bien dijo Joseph Pulitzer.
Lorenzo Serratosa es cofundador de la EAF valenciana Kau Markets