LE HAVRE (EFE/Lucía Santiago). Mientras Marta Torrejón relataba este viernes en rueda de prensa el recorrido del fútbol femenino español, a su izquierda Jorge Vilda asentía. Hablaba ella de un camino que "ha sido largo". Subía y bajaba él la cabeza. "El camino tampoco ha sido fácil", prosiguió la jugadora del Barcelona.
La catalana es la futbolista que más veces ha vestido la camiseta de La Roja. Con 88 partidos a cuestas, este viernes retomará en Le Havre, contra Sudáfrica, su cuenta regresiva hacia el centenar, con una expectación inédita: 135 países seguirán por televisión el desempeño de las 24 selecciones participantes en el Mundial de Francia.
La FIFA, de hecho, pronostica la venta de un millón de entradas y una audiencia global de 1.000 millones de espectadores.
"La verdad es que en todos estos años el fútbol femenino ha cambiado muchísimo", contó Marta Torrejón en respuesta a EFE.
"Yo estoy muy orgullosa de haber vivido esta evolución positiva para nosotras, para las niñas que vienen y para las chicas que también han estado aquí y quizás no han podido vivir esa evolución en sus propias carnes", expuso la capitana del equipo con el deseo de que "esto no pare, siga hacia delante" y en un futuro la disciplina "esté en un lugar mejor, donde se merece".
Las internacionales españolas abrieron los ojos hace justamente cuatro años, coincidiendo con su estreno en una cita mundialista. La experiencia de Canadá les permitió descubrir la realidad existente en otros países. "Vimos que otras federaciones estaban a años luz de la nuestra", recordó Priscila Borja en declaraciones a EFE.
Fue allí donde se enteraron, por ejemplo, de que la FIFA "daba dinero a la federación para poder disputar un Mundial". Y fue allí donde se rebelaron contra el método del anterior seleccionador español, Ignacio Quereda, fijo en el cargo durante 27 años.
"Estaba un poco obsoleto, los entrenamientos eran arcaicos", expuso la delantera del Betis. "Yo, que estudié magisterio, sería incapaz de dar clase ahora sin antes coger unos libros y ver cómo es la nueva metodología. Creo que un entrenador, un maestro o un médico que no se recicla se queda obsoleto. No podemos operar a una persona con las técnicas de hace veinte años", subrayó.
De una preparación incorrecta, de los amistosos inexistentes, de la aclimatación escasa y del insuficiente análisis de los rivales se quejaron las 23 jugadoras convocadas en un comunicado fechado en Toronto y emitido tras su eliminación en la fase de grupos, con un balance de un empate (ante Costa Rica) y dos tropiezos (ante Brasil y Corea del Sur).
"Hasta ese momento nosotras íbamos a la selección por gusto, como un hobby. El plantarnos fue decir: 'aquí estamos y si queréis que sigamos tenéis que reconocer nuestro mérito, nuestra labor y nuestra profesión'. Teníamos mucho mejor equipo para haber hecho mucho mejor Mundial", convino Borja.
Pese a sus buenos números esta temporada -terminó con 16 goles y 8 asistencias- no tendrá una reválida en Francia. Ni ella ni otras 9 futbolistas que compitieron en Canadá. Algunas están ya retiradas, como Natalia Pablos, Leire Landa o Eli Ibarra. Otras, como Ruth García, Sonia Bermúdez o Vero Boquete -incluida en el once ideal de la NWSL estadounidense del mes de mayo-, hace tiempo que no figuran en las convocatorias de La Roja.
"Ese comunicado nos perjudicó mucho; sobre todo, a las veteranas. No volvimos a ir a la selección. Yo no me arrepiento. Creo que tampoco ninguna de mis compañeras porque hacía falta dar un paso adelante y creo que ahora estamos mejor que hace cuatro años", cerró Priscila Borja.
De la mano de Jorge Vilda llegó la remodelación y el rejuvenecimiento del combinado español. Es, de hecho, el tercero más joven del torneo, por detrás de Jamaica y de Japón. La media de edad es de 25 años y 2 meses. Patri Guijarro, Aitana Bonmatí, Mariona Caldentey, Lucía García, Andrea Falcón o Nahikari García derribaron con fuerza la puerta de la absoluta presentando un currículo sobresaliente en categorías inferiores.
En esas edades cimentó su crédito Jorge Vilda, promocionado a la selección mayor el 30 de julio de 2015. Con él llegaron los incontables éxitos de los equipos sub-17 (bronce mundialista en Trinidad y Tobago 2010 y plata en Costa Rica 2014) y sub-19, con el que el año pasado celebró la consecución del título europeo.
2018 fue un año soñado. España logró su primer título mundial, con Toña Is, en categoría sub-17; y también pisó la final del Mundial sub-20, con Pedro López en el banco.
"Yo creo que podemos tener confianza y ser optimistas porque en un futuro o en un futuro próximo la selección absoluta va a estar entre las mejores", auguró Jorge Vilda en una entrevista a EFE.
Para La Roja es tiempo de emprender con él un segundo demarraje, tras la funesta experiencia de la Eurocopa en 2017. Una victoria en cuatro partidos y 348 minutos sin gol fueron una gran losa.
El conjunto español, sin embargo, acude revitalizado a Francia, aun con esa gran tacha realizadora ante las grandes selecciones mundiales. No goleó ante Estados Unidos ni ante Alemania. También se quedó a cero ante Canadá. La selección española tampoco ha conseguido ganar a la anfitriona ni a la inglesa.
Por suerte el primer paso en la Copa del Mundo será algo menos exigente. La debutante Sudáfrica marca el inicio del certamen para La Roja. Ambas perseguirán este sábado en Le Havre (18:00 hora local) su primera victoria un Mundial.
España: Sandra Paños; Marta Torrejón, Irene Paredes, Mapi León, Leila Ouahabi; Amanda Sampedro, Vicky Losada, Virginia Torrecilla o Silvia Meseguer, Alexia Putellas; Jenni Hermoso y Mariona Caldentey.
Sudáfrica: Andile Dlamini; Lebohang Ramalepe, Nothando Vilakazi, Noko Matlou o Bambanani Mbane, Janine van Wyk; Amanda Mthandi, Refiloe Jane, Linda Motlhalo, Sibulele Holweni; Thembi Kgatlana y Rhoda Mulaudzi.
Árbitra: María Belén Carvajal (CHI).
Estadio Océane de Le Havre (Francia)
Hora: 18.00 (CET).