Los rituales forman parte de nuestra vida, y el sorteo de la lotería nacional ha cumplido con las expectativas, aunque este 2020 muchos tenemos la sensación de que nos ha tocado el gordo si tenemos salud y seguimos aquí junto a los nuestros
En estos últimos días de año las tradiciones cobran, si cabe, mayor importancia, y para quienes creemos en ellas y somos defensores de las costumbres y usos que dan consistencia a un pueblo son días de especial intensidad en todos los sentidos, las emociones se entrelazan, el júbilo, la nostalgia y también la tristeza. Pese a todo, siempre hay motivos para la alegría y la esperanza. Hace unas horas, volvió a celebrarse el tradicional sorteo de la lotería nacional, con los múltiples premios y el famoso Gordo que parece que todos anhelamos como solución a nuestros problemas cotidianos.
El 2020 es un año que quedará marcado y para muchos la lotería ha llegado en forma de salud, de poder seguir disfrutando junto a sus seres queridos y también de haber superado la maldita pandemia que se originó hace un año aproximadamente en el lejano Oriente, casualmente desde donde vendrán Sus Majestades los Reyes Magos, aunque no exactamente desde el mismo lugar. Este año, el premio es sobrevivir en todos los sentidos, a nivel físico, emocional, profesional y social. Las medidas que en el mundo occidental ha instaurado para teóricamente frenar los contagios, están siendo también un enemigo más a nuestra salud y a nuestra forma de vivir, y no es sólo por el hecho de juntarnos con los amigos, sino por la brutal crisis que estamos alimentando y que no permite ver con optimismo el año que en apenas una semana llegará al calendario.
Pero no todo es negativo, el hecho de reducir hasta el límite máximo la posibilidad de desplazarnos ha ayudado a que muchos disfruten de su barrio y su ciudad, o de su provincia y comunidad autónoma, que pongamos la mirada y la ilusión en mucha de la riqueza y belleza que tenemos tan cerca y que demasiadas veces ninguneamos e incluso ignoramos. Los habitantes de la Comunidad Valenciana podemos sentirnos muy privilegiados con todo lo que tenemos, días de sol radiante y productos exquisitos, el mejor turrón del mundo y los mejores cavas, ¿qué más podemos pedir?
Los juegos de azar forman parte de nuestra cultura, aunque cada vez, las leyes son mas duras para evitar la peligrosa y dañina adicción, en cambio, el sorteo de la lotería de Navidad, así como el próximo del Niño son tradiciones arraigadas en el pueblo español que nos despiertan bellos sentimientos de bondad y generosidad. Muchísimos pueblos y ciudades de España han amanecido hoy con el alivio que supone para muchas familias recibir un premio económico, lugares a los que tengo especial cariño como La Puebla de Vallbona o Jávea están entre los muchos municipios donde los diferentes premios se repartieron. Como es lógico, la inmensa mayoría no hemos obtenido ningún premio en dinero, pero si gozamos de salud, tenemos una familia y amigos con quienes pasar estas entrañables fechas y además podemos ganarnos la vida con nuestro trabajo, debemos sentirnos más que agraciados, bendecidos diría yo.
Quiero acabar este Tintero acordándome especialmente de todos los que bien por enfermedad o por problemas laborales vivirán estos días con especial dolor o preocupación, confiando en que lo que festejamos en Navidad, el Nacimiento de Jesús, pueda suponer que todos nosotros el nacimiento de una nueva alegría, motivación o resurgir de nuestros pesares y encontremos la esperanza necesaria para disfrutar de esta época, y sobre todo motivarnos para el nuevo año, porque seguro vamos a necesitar una gran dosis de entusiasmo. Si usted ha sido uno de los agraciados con la lotería, disfrútelo, sino ya sabe que aún nos queda el Niño y que por supuesto la esperanza es lo último que se pierde. Para todos los que han sufrido y sufren por el covid19 o cualquier otra enfermedad, mi sincero deseo de recuperación y de que puedan tener unos días de paz en esta atípica Navidad del 2020.