CASTELLÓ. Concienciar a la población sobre las nefastas consecuencias que tiene, tanto sobre el medio ambiente como sobre el entorno, arrojar por el inodoro o por el sumidero del fregadero residuos como toallitas húmedas, aceites alimentarios, productos de higiene personal o medicamentos. Es el objetivo de la campaña El wc no es un basurero que, coincidiendo este martes con la conmemoración del Día Mundial del Retrete, el Ayuntamiento de la Vall d’Uixó y Facsa han puesto en marcha.
En líneas generales la iniciativa persigue modificar el hábito de arrojar determinados residuos por el inodoro o los sumideros domésticos. Un gesto que tiene graves consecuencias económicas y medioambientales, ya que produce enormes atascos y averías en hogares, redes de alcantarillado, equipos de bombeo y estaciones depuradoras, además de contaminar el entorno.
La concejala de Salud Pública del Ayuntamiento de la Vall d’Uixó, Francesca Bartolomé, ha señalado que la campaña será visible en las marquesinas de las paradas de autobús “para llegar a un amplio sector de la población, porque es una labor de todas y todos actuar en conciencia con nuestro planeta”. En definitiva, se trata de “seguir unos sencillos consejos para evitar problemas a pequeña y gran escala”.
Para concienciar a la ciudadanía, el Ayuntamiento de la Vall d’Uixó y Facsa también han diseñado un tríptico informativo que se distribuirá entre la población y que expone de manera gráfica y directa los efectos de arrojar diferentes tipos de residuos por el wc o el fregadero en lugar de depositarlos en la papelera o el contenedor adecuado. De este modo, se persigue contribuir a que la sociedad tome una mayor conciencia de las repercusiones negativas que pueden llegar a tener este tipo de acciones, más allá de originar posibles averías en los hogares, tal y como ha informado la compañía de Grupo Gimeno mediante un comunicado.
A este respecto, desde Facsa han incidido en los graves problemas que genera en las infraestructuras urbanas desechar de manera inadecuada este tipo de residuos. En ese sentido Víctor Zorrilla, jefe de Explotación de Alcantarillado de Facsa en la Vall, ha explicado que “la acumulación de desperdicios como las toallitas obstruye la red de alcantarillado, lo que a su vez puede derivar en posibles desbordamientos del agua residual en los cauces, la vía pública y los propios hogares”. Factores que incrementan a su vez los costes de mantenimiento de las redes de alcantarillado y de las instalaciones de depuración de agua.
Junto a los hogares e instalaciones, cabe recordar que esta problemática afecta también al medioambiente, pues ciertos residuos contienen lo que se denomina contaminantes de preocupación emergente, que no pueden ser eliminados en las plantas depuradoras y acaban en cauces y mares contaminando el entorno. Para ayudar a la adecuada gestión de este tipo de residuos, el tríptico recoge una pequeña guía práctica en la que se informa sobre el lugar adecuado en que debe depositarse cada uno de estos productos, en lugar de desecharse por el inodoro.
Esta nueva iniciativa amplía a su vez la campaña El caos de las toallitas, que Facsa ya puso en marcha en la provincia con el objetivo de alertar de los riesgos asociados a la inadecuada eliminación de estos residuos. Ahora, al extender los consejos a otro tipo desperdicios domésticos, el Ayuntamiento de la Vall y la compañía ratifican su compromiso con la gestión integral del agua y dan un paso más a la hora de favorecer la concienciación ciudadana para promover una mejor conservación de los hogares, las canalizaciones y los sistemas de alcantarillado.