VALÈNCIA. Los institutos tecnológicos de la Comunitat Valenciana han vuelto a recobrar fuerzas tras los difíciles años de la crisis. Después de acometer las fusiones necesarias, dejar de lado impagos de la administración y recuperar inversión, los centros afrontan el final de la legislatura con una mejor salud para seguir impulsando la innovación en la empresas valencianas. Una estrategia que ahora está capitaneada por Gonzalo Belenguer, nombrado el pasado enero como nuevo director de la Red de Institutos Tecnológicos de la Comunidad Valenciana (Redit) tras la marcha de Cristina Del Campo a Ainia.
Licenciado en Ciencias de la Información, en la especialidad de Relaciones Públicas y Publicidad por el CEU San Pablo y MBA en comercio internacional por el ICEX, ha sido ejecutivo del mundo del marketing y la comunicación empresarial y durante los últimos 14 años ha ejercido como Director de marketing y comunicación de la multinacional Global Omnium.
- ¿Cómo ha sido el paso de la empresa privada a la dirección general de Redit?
- Me ha sorprendido muy gratamente por el potencial a nivel profesional y de conocimiento que se genera en toda la red. Tenemos 11 institutos que son 11 referencias no solo a nivel nacional, sino también internacional, porque están desarrollando proyectos de ámbito global y contando con partners de primer nivel.
- ¿Valora o conoce poco la sociedad valenciana los institutos tecnológicos?
- Considero que se conocen, pero no todo el potencial que tienen y todo el valor que aportan tanto a la pyme valenciana como a otras en clave nacional e internacional. Tenemos referentes internacionales trabajando al máximo nivel y liderando proyectos de vanguardia que todavía no han salido al mercado, pero que cuando los conoces te das cuenta del grado de excelencia que tiene esta comunidad y del trabajo que hay que hacer todavía por parte de los agentes de innovación para dar a conocerlo.
Por este motivo, vamos a presentar en breve un trabajo de nuestro think tank, un estudio de percepción social. Hay gente que relaciona innovación con tener el último móvil, pero la innovación es producto, servicio, proceso, organización y hay que incidir en ello.
- En esta etapa, ¿se han marcado nuevos objetivos?
-Es necesario que la sociedad valenciana se dé cuenta de ese activo tan importante que tenemos en la red y en los institutos. Cuando lo conoces y lo valoras te das cuenta de los grandes pasos que ha dado la Comunitat Valenciana en este ámbito y los próximos años deben servir para consolidar un modelo de economía inteligente donde se ponga en valor todo el conocimiento que se está generando por parte de institutos, de las empresas y de los diferentes agentes del sistema. Se está haciendo una gran labor de trabajar todos al unísono para hacerlo de forma eficiente.
- El Consell trazó un Plan de Acción para la Transformación del Modelo Económico. ¿Es una vía o se ha avanzado poco?
- Si queremos tener una economía inteligente lo que hay que garantizar es una estabilidad a los diferentes agentes del sistema. El reto es consolidar un gran pacto autonómico, donde los agentes puedan aportar lo mejor de ellos mismos para cambiar entre todos y conseguir un reto transversal que nos lleve a posicionar a la Comunitat Valenciana como un referente en la sociedad del conocimiento.
- ¿Qué planes se han diseñado para este año?
- Por un lado la de think tank, donde tenemos proyectos que nos van a aportar una información mucho más profunda tanto del sistema de innovación actual como comparativa con otras referencias internacionales y que nos debe llevar a una mejora del propio sistema. Por otra parte, estamos trabajando para profundizar y abrir nuevas alianzas estratégicas que nos permitan consolidar toda la red de institutos.
- ¿Innovan e invierten suficiente las empresas valencianas?
- Se ha avanzado muchísimo en los últimos tiempos. Sí que es verdad que comparativamente estamos por detrás de la media española. En un estudio que hicimos con la Universitat Politècnica de València se apunta a que el 42% de las empresas valencianas están trabajando o invirtiendo en I+D. Si lo comparas con la media española que se sitúa en un 53% estamos por detrás, pero si además lo comparas con la media europea que está en 64% ves que todavía es necesario seguir articulando los mecanismos para que las empresas participen más.
También es verdad que tenemos algunas particularidades en el tejido empresarial de la Comunitat Valenciana. Por un lado, el tejido empresarial es pequeño, tenemos una gran diversidad sectorial y hay una gran dispersión geográfica. En ese sentido los institutos constituyen una activo vertebrador de la propia Comunitat Valenciana. Estamos a pie de fábrica, muy cercanos a las decisiones de la empresa, eso es un elemento añadido.
- ¿Ha revitalizado el actual Consell a los institutos tecnológicos?
- En términos de inversión, el presupuesto para este año es de 48 millones, volveríamos a la cifra de hace diez años. Tanto a través del Ivace como la Agencia Valenciana de la Innovación la colaboración es máxima, se está trabajando bien para apuntalar las bases sólidas que nos conduzcan a un sistema de innovación estable. En temas de I+D+i es necesario es generar un gran pacto que incluso establezca unos plazos quinquenales más allá de la agenda política, porque eso garantizaría esa estabilidad que necesitan los institutos y las empresas para desarrollar investigación.
Se han dado pasos importantes y esto es la base. Cuando te comparas con otros agentes europeos te das cuenta que su apoyo es mayor pero el paso ha sido ímprobo y volvemos a tener una situación óptima para seguir aportando valor a las empresas valencianas y a las que están fuera de la Comunitat pero confían en la red de institutos tecnológicos para desarrollar sus proyectos.
- Aún se sigue dando vueltas a si los institutos deben ser rentables o no. ¿Cuál es su salud financiera? ¿Es necesario que sean rentables?
- Es otro modelo diferente. Nuestro valor consiste en desarrollar de acuerdo con las necesidades de la pyme valenciana, detectarlas y adelantarnos aportando soluciones de conocimiento. En ese sentido, los más de 800 proyectos que salen anualmente de los institutos tecnológicos en términos de I+D+i es una rentabilidad más que suficiente para ser valorado por la sociedad. Hay un dato que aporta un estudio de la Federación Española de Centros Tecnológicos (Fedit) que habla de que el ahorro de los institutos tecnológicos anualmente al Estado es de 2.200 a 2.400 millones de euros en políticas de I+D+i.
Yo creo que es un valor más que suficiente. Los institutos tecnológicos tienen que ser sostenibles. Si al final nosotros hiciéramos lo mismo que la empresa privada seríamos una empresa privada. De hecho, de la cifra de negocio de la red el 64% obedece a proyectos de I+D con las empresas, pero también hacemos muchas cosas que no son rentables para las pequeñas empresas. Los fondos públicos están para ir por delante de las necesidades de las compañías. 11 de los 32 centros tecnológicos de Fedit son nuestros y el 69% de los clientes de Fedit son de Redit, para que contextualizamos la importancia que tiene una red como la de la Comunitat Valenciana.
Se ha conseguido un modelo de éxito que aporta un valor y los datos están aquí para avalar esta tesis. El número de proyectos anuales que sacamos, 1.500 personas trabajando en generar conocimiento, 20 observatorios tecnológicos del mercado de tendencias, estamos generando un conocimiento que posteriormente trasladaremos a la empresa.
- ¿Qué ha supuesto la creación de la Agencia Valenciana de la Innovación?
- Nuestra relación con la AVI, desde el principio, es de máxima colaboración. El generar una alianza entre los diferentes agentes siempre es algo positivo porque fomenta esa participación y dinamización de la innovación, clave para aportar valor a la sociedad. La colaboración debe ser la base para cambiar el modelo productivo de la Comunitat Valenciana.
-¿Sería la compra pública innovadora una oportunidad?
- Todo lo que sea colaborar con la administración para avanzar hacia un modelo del conocimiento va a tener en los institutos tecnológicos un aliado. La administración ha dado pasos en este sentido con el objetivo de cambiar las cosas y apuntalar un sistema productivo del conocimiento y esto no se cambia de un día para otro. Lo interesante sería crear ese marco estable para que todos creen y aporten porque la innovación no se improvisa, hay que generar estabilidad.
- Si hubiera que pedirle algo al Gobierno valenciano, ¿qué sería?
- Sería ese gran marco estable y que se simplificara la sistemática administrativa a la hora de desarrollar proyectos. Por otra parte, sería interesante ya no la dotación de más fondos, que siempre es bienvenida, sino la derivación hacia fondos propios. Cuando analizas otros sistemas de innovación europeos te das cuenta de los apoyos importantes que los gobiernos locales hacen, y eso facilitaría mucho que tanto empresas como institutos pudiéramos participar más activamente en los programas de I+D+i.
- Estamos hablando de confiar menos en los fondos europeos...
- Ahora mismo hay una parte que viene por fondos europeos en los que, en algunas ocasiones, no encajamos. Sería derivar esas cantidades a fondos propios. Queremos que la apuesta sea estable y decidida. Eso es un poco el reflejo de ese compromiso que debe servir para clarificar una estabilidad que permita a los institutos y a las empresas dimensionarse y trabajar en líneas estables y duraderas y hacer proyectos que luego transferirán a la sociedad.
- ¿Existe muchas trabas administrativas?
- Por una parte están los controles, que son necesarios, pero sería mucho más óptimo que tanto Ivace como otras instituciones tuvieran más posibilidad de recursos para agilizar este trabajo. Cada proyecto puede pasar cinco y seis filtros para justificar el destino de los fondos públicos. Hay que ser más flexibles y más ágiles porque es un elemento incentivador. Hay veces que los controles europeos de un proyecto de millones de euros tiene menos burocracia que uno de Ivace.
- ¿Va la empresa grande a colaborar con los institutos de Redit?
-Hay proyectos con Indra, Coca Cola, ... Las colaboraciones desde los institutos van desde la pequeña empresa que busca ensayos a las grandes compañías. La actividad de los institutos sería un 67% I+D, un 24% laboratorio y un 3% de formación más otras cuestiones residuales. Vamos desde la pequeña pyme a las grandes multinacionales que vienen a la red buscando el conocimiento de innovación. Ese es el activo oculto que tenemos y que debemos trasladar a la sociedad.
- ¿Cuáles son los retos de los institutos tecnológicos para evolucionar?
- El reto es llegar a cuanto más empresas posibles mejor. Somos 5.000 asociados y hay que ampliar ese número de asociados y clientes. Ese es el camino. Toda la red está trabajando en esa vocación de servicio de arraigarse el territorio. Otra línea estratégica es convertirse como un aliado estratégico y un referente en todos los ámbitos en los que se hable de innovación. Somos un caso de éxito que en otros países se ha copiado. Hemos tenido contacto con Perú, Marruecos, Túnez,... donde el contacto con los institutos tecnológicos ha propiciado que creen sus homólogos en esos países. Ese es el reto, además de generar más conocimiento para consolidarnos.